Cerca de ti

Capítulo 05

Cada vez queda menos tiempo para la actividad que tenemos planeada para San Valentín, así que estamos afinando los últimos detalles. Por mi parte, el tema de las flores ya está resuelto: hablé con mi tía y encargamos doscientas rosas rojas. La reunión de hoy es breve, solo para discutir algunos asuntos académicos adicionales. No sé en qué momento dejé de prestar atención al tema y me perdí en su voz. Esa voz grave que siempre me transporta a otro lugar, mientras sus labios se mueven al hablar y me resulta imposible apartar la mirada. En cada reunión es lo mismo: el castaño captura toda mi atención, y como este es uno de los pocos momentos del día en los que puedo admirarlo sin reservas, me lo permito. O al menos, solía hacerlo.

Las cosas han cambiado. Ahora no solo Chris es el centro de atención, sino también yo. Ya no puedo mirarlo en secreto porque demasiados ojos curiosos me observan, incluidos los de mis compañeros del Consejo Estudiantil.

Cuando finalmente aparto la mirada de Chris, me encuentro con los ojos divertidos de Danielle. Me ha pillado. No sé cuánto tiempo llevaba mirándolo, pero por la sonrisa en su rostro, probablemente demasiado. Un ligero pánico se apodera de mí mientras bajo la vista hacia mis manos, preguntándome si esta es la primera vez que alguien, aparte de Elizabeth, nota lo evidente que es mi fascinación por él.

—¿Faltaba algo más? —pregunta Chris, devolviendo la conversación al tema de la reunión.

De repente, recuerdo que yo también tengo algo que discutir. Me enderezo en mi asiento y saco un folder de mi mochila. Hace unos días, una chica del club de literatura me pidió ayuda para redactar una carta solicitando un nuevo salón para sus reuniones. Justo hoy debía entregarla. Después de todo, el Consejo Estudiantil está para velar por los estudiantes y asegurarse de que sean escuchados.

—Ah, también está este asunto —digo, atrayendo todas las miradas hacia mí—. El club de literatura me pidió ayuda con una solicitud. Tengo que entregar esta carta a la administración.

—Si quieres, te puedo acompañar —responde Chris sin dudarlo.

No puedo evitar sonreír. A mi lado, Elizabeth se remueve en su asiento, conmovida por la actitud del Presidente. Me mira y me aprieta el brazo con emoción.

Quien no parece nada contenta es Danielle. Mientras guarda sus cosas, se vuelve hacia Chris con un tono cargado de sarcasmo.

—Ay, Romeo, no se va a perder en el camino. Nada va a pasar si se separan un segundo —se cuelga la mochila al hombro y camina hacia la salida—. Adiós.

Joel la imita, recogiendo sus cosas sin decir mucho. Antes de salir, nos dedica un “Hasta luego” y desaparece por la puerta.

Elizabeth se inclina hacia mí y susurra con una expresión traviesa:

—Ah, a Danielle le gustaba Chris.

Mis ojos se abren con sorpresa. No tenía idea.

—Seguramente por eso se comporta así —añade—. Está celosa porque tú te ganaste al presi y ella no. No le hagas caso.

Su revelación me deja pensativa. Me pregunto si cuando Chris salía con Kristen, las cosas eran iguales. No solo por Danielle, sino por todas las demás chicas que estaban enamoradas de Christopher Williams. ¿También se ponían celosas de la capitana del equipo de animadoras? Nunca escuché nada al respecto. De hecho, la mayoría la admira y quieren ser como ella.

Pero conmigo… ¿las cosas son diferentes?

Aunque no tengo que esperar mucho para conocer la respuesta. Después de dejar la carta junto con Chris, me dirijo al baño de chicas por un momento. Estoy a punto de salir de uno de los cubículos cuando unos pasos acercándose me hacen quedarme en mi lugar. No precisamente porque hayan llegado algunas personas, sino por la conversación que están teniendo.

No soy capaz de identificar las voces, así que doy por hecho que no las conozco o, al menos, nunca he hablado con ellas. Claro, hasta que escucho una voz inesperada unirse a la conversación. Instintivamente, me llevo una mano a la boca. No es mi intención escuchar conversaciones ajenas, pero simplemente no me atrevo a salir.

—… Se le veía muy feliz a Chris hablando con Kristen hoy. A veces siento que no se han olvidado del todo —dice una de ellas. Es Danielle Jones, a quien no hace mucho acabo de ver.

Al escuchar esas palabras, una sensación extraña se instala en mi pecho. No puedo evitarlo, esos sentimientos negativos me invaden aunque no quiera. En mi mente solo ronda una cosa: Kristen y Christopher siguen hablando, a pesar de todo… Como si nada hubiera pasado entre ellos. Pero, de cierto modo, entiendo a qué se refiere ella. Chris nunca me mira de la forma en la que lo hace con Kristen.

La otra chica suelta una risilla burlona.

—Es normal, Dani, fueron novios por mucho tiempo.
—Sí, pero se me hace raro verlo con Andrea. Ella es… rara, creída. Además, siempre que estamos en las reuniones, Chris casi nunca le presta atención.
—Bueno, en algo tienes razón. Es extraño verlos en una relación.
—Por favor, eso no es una relación, es un proyecto de caridad —escucho decir a Danielle, su voz resonando con esa mezcla de risa burlona y veneno—. Me sorprendería que él tenga tanta paciencia. Digo, ¿cuánto tiempo puede alguien soportar estar con una enciclopedia andante?

Aprieto los dientes con fuerza y contengo todas las emociones que se alojan dentro de mí en ese momento. Me digo a mí misma que está bien, pueden pensar lo que quieran sobre mí, no voy a dejar que eso me afecte. Las únicas personas cuya opinión me importa son mis seres queridos, las más cercanas a mí, las que sí se han tomado el tiempo de conocerme. No ellas, que no saben nada acerca de mí.

Aunque lo último sí logra tocar una fibra sensible. Porque, en el fondo, sé que tienen razón. No quiero engañarme a mí misma; he notado que las únicas veces que me habla o se acerca a mí es cuando hay suficiente gente alrededor para que nos vean.

—Esa relación no va a durar mucho, simplemente no se ven bien juntos —asegura nuevamente la otra chica. Y, como si no hubiera quedado claro, escupe—: Christopher se merece a alguien mucho mejor. Todos lo dicen.




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