De vez en cuando, resulta extraño tener frente a mí un rostro serio, de piel oscura, con la espalda erguida y los labios apretados, mientras que, a mi derecha, otro rostro idéntico se muestra relajado y divertido. Siempre es un poco confuso, especialmente cuando la gente nueva conoce a este par de mellizas: iguales por fuera, pero polos opuestos en todo lo demás.
Miro de reojo a la tía Lou, quien disfruta tranquilamente de su espagueti, y luego a Lex, que está al frente, aparentemente absorta en su teléfono bajo la mesa. De vez en cuando levanta la vista, como si quisiera disimular su distracción. Lleva su esponjoso cabello amarrado en una coleta en la parte de adelante, lo que la hace parecer como si tuviera un cuerno. Siempre me ha llamado la atención que su cabello sea rizado y el mío prácticamente lacio. Bueno, más bien arrepentido.
Saco mi móvil del bolsillo de mi short y me dispongo a revisar mi Instagram, la conversación entre los adultos está un poco aburrida como para que se lleve mi tiempo. Noto que tengo una notificación: Chris me ha etiquetado en una publicación. Es una foto de ambos, tomada el día de ayer en la cafetería a la que fuimos con Eli y Noah. Se me escapa una sonrisa de ternura y se me para el corazón al leer la descripción. “Con la única persona que me gustaría compartir el almuerzo, un café, un helado y hasta cualquier cosa. La mejor novia del mundo”
Nunca habíamos acordado nada de subirlo a las redes sociales, pensé que sería un poco fuera de lugar, ya que nuestros demás familiares nos verían en las redes sociales y tendríamos que dar explicaciones a más gente. Además, ahora que me ha etiquetado, creo que ahora fijo mi tía Liza lo verá desde Texas. Debido a su forma de ser, estoy segura que se mete a revisar mis redes sociales cada vez que puede.
—Oye, Andrea—escucho.
La tía Lou me da un ligero golpecito en el hombro, levanto la cabeza y la miro con un signo de pregunta en mi rostro.
—¿Pasa algo? —pregunto.
—No lo sé, has estado un poco distraída toda la cena.
—Eso es cierto —La apoya mamá desde el otro extremo de la mesa.
¡Oh, por Dios! Se va a acabar el mundo, mamá y la tía Lou de acuerdo en algo. ¿Y para qué más si no para hablar de mí?
—Debe estar mensajeando con Chris —espeta de forma tosca mi hermana menor, Lex.
La fulmino con la mirada para evitar que diga algo, pero ya es demasiado tarde. Ese pequeño comentario ha despertado la curiosidad de la tía Lou, quien se vuelve y, con una ceja enarcada, pregunta:
—¿Quién es Chris? —Sonríe la morena—. ¿Algún guapo chico que anda tras tuyo?
Pongo los ojos en blanco y se me escapa una pequeña risilla nerviosa, me preparo para decirle la verdad a Lou o simplemente para evadir el tema. La verdad no lo sé, no estaba lista para responder esa pregunta a mi tía. No se lo había comentado porque en realidad quería que la menor cantidad de personas lo supieran, primero quería que las cosas entre los dos fueran reales para sentirme en el derecho de presumir con los demás.
—Es… el novio de Andrea.
Me vuelvo hacia papá, quien está sonriente y complacido mientras se lleva un bocado de pasta a la boca. Me da una sonrisa de labios y yo se la devuelvo. Aún no me acostumbro al hecho de que mis padres hubieran aceptado que estaba saliendo con alguien tan fácilmente, y eso que todavía no conocían a mi supuesto novio. Me llevo el vaso de agua a los labios y bebo su contenido, más bien es algo que hago para entretenerme mientras espero que venga lo peor. Sé que Lex me mira divertida, sabe que odio que yo sea la del tema de conversación.
Y ahí viene el terremoto Boe.
—¡Oh, por Dios, Andrea! ¡Andy!—exclama la tía Lou—. No me habías dicho que tenías novio. ¿Y cómo es él? ¿Guapo? Espero que sí porque no aceptaría que salieras con cualquiera… ¿Y hace cuánto?
Trago el agua de mi boca.
—Es reciente. La verdad es que no sabía si en verdad iba a funcionar, por eso no te lo dije.
Ella asiente.
—Pero si hasta tus padres saben, es obvio que es serio—dice sonriente.
Uh, no sabes cuánto. Claramente no estamos engañando a medio instituto…
—No te imagino a ti diciéndole a tus padres que tienes novio. Matt es muy comprensivo, pero ¿Megan? Seguramente se debió poner peor que Cruella.
—Que chistosa andas hoy, Louisa. Tanto polen te está afectando el cerebro —se defiende mamá mientras mira con desdén a su gemela.
Lou solo ríe.
—Ese estuvo bueno, Megan.
Me parece divertido que, en lugar de ser Alexia y yo las que peleemos, son las dos adultas quienes lo hacen. Las disputas entre mi hermana y yo se limitan básicamente a que ella me ignore y yo le dé su espacio para que se que calme. Algo que últimamente pasa muy seguido. O si me dice algo grosero trato de dejarlo pasar. Siempre evito discutir, es demasiado agotador para mí.
—Bueno…—pronuncia palabra Lex, lo suficientemente fuerte para llamar la atención de todos en la mesa—. Creo que, si Andrea puede salir hasta tarde con su novio, entonces yo también puedo… no sé. ¿Ir a una fiesta el próximo viernes?
Todos nos volvemos hacia el miembro más joven de la familia y que cursa primer año de preparatoria. Trato de no reír al ver las expresiones en los rostros de mamá y papá.
—De ninguna manera—sentencia mamá.
—Ay mamá, pero todo la clase va a ir es por el día de San Valentín.
Mamá pone los ojos en blanco mientras responde:
—Alexia, con eso me dijiste todo. No vas a ir.
—Ay mamá, por faaaaa.
—¿Irán Cam y Jafet?—indaga ella.
—No…
—Entonces tú tampoco.
La morena de cabello revoltoso hace una mueca con el labio y frunce el ceño tanto que temo le queda una marca en la frente de por vida. Se cruza de brazos e inesperadamente me señala a mí. Detuve de golpe el bocado de spaghetti que se dirigía hacia mi boca al ver su expresión.
—Ah, si fuera Andrea si la dejarías ir.
Mamá rueda los ojos en su lugar, claramente no se ve muy a gusto discutiendo este tema con su hija menor nuevamente. Sí, porque estaba segura que yo había escuchado una conversación parecida hacía algún tiempo. Los ojos oscuros de mi madre me enfocan y de repente vuelvo a ser el centro de atención.