Cerca de ti

Capítulo 14

Chris estaciona el auto frente a mi casa, la noche ha caído por completo y el frío se empieza a sentir más. Enseguida me desabrocho el cinturón y me vuelvo hacia el castaño. Tiene las manos aún puestas sobre el volante, por lo que puedo ver sus bien definidos brazos. Tiene el cabello mojado porque ha tomado una ducha rápida antes de venirme a dejar. Es por eso que huele tan bien.

Me mira por un segundo y me pierdo en la belleza de sus ojos oscuros, como el fondo del mar o el cielo de noche. Detengo el impulso de acercarme más a él, de acariciarle el rostro, de que estemos tan juntos que podamos sentir al otro. De pedir que me bese una vez más…

Una figura se ve desde la ventana. No tardo mucho en darme cuenta de quién se trata. Mamá está inclinada de modo que tiene una vista perfecta del interior del auto.

Ay, Dios mío.

Ambos nos quedamos en silencio sin saber cómo reaccionar. Mamá sonríe mientras mueve una mano hacia nosotros en forma de saludo. Luego hace una seña con su dedo índice. Sé lo que eso significa, quiere que salga de inmediato.

—Mamá—digo, abriendo la puerta del auto—, ¿qué haces aquí?

Se me escapa una risita nerviosa a la vez que escucho una puerta cerrarse. Cuando me doy cuenta, Chris está a mi lado, con la misma cara de consternación que yo.

La cara seria de mamá lo ha espantado, estoy segura.

—Andrea Holland—habla mamá en tono autoritario y yo entro en pánico—, ¿cómo te atreves a venir aquí con un chico…?

—Mamá, verás…

—¿... y no avisarnos antes?

¿Eh?

El gesto de mamá se relaja tan solo un poco, pero aún así puedo ver un poco de molestia en su rostro. Niega con la cabeza y se dirige a Chris para luego darle una amplia sonrisa. Casi se me escapa una mueca de horror. Esa actitud no le va para nada a Megan Boe. No obstante, a mi lado el castaño parece relajarse un poco y toma una pose que proyecta mayor seguridad en sí mismo.

—De haber sabido que venías con tu novio había cocinado algo especial—Me reprende, pero luego se vuelve hacia Chris—. Soy Megan, la mamá de Andrea. Tú debes ser Christopher, Andrea me ha hablado mucho de ti. Es un placer.

El presi me vuelve a ver con una ceja enarcada y yo lo único que quiero es que me trague la tierra. Se me cae la cara de vergüenza porque en un principio acordamos que sólo fingiríamos en el instituto, pero yo también se lo comenté a mis padres. ¿Por qué tuvo que aparecer mamá justo en este momento y decir eso?

—El placer es todo mío —responde Chris y mi madre parece encantada.

—¿Cenas con nosotros? —Le pregunta mamá, con ese tipo de tono que hace que las cosas suenen más como una orden que como una pregunta.

De solo imaginarme a Chris entrando a casa hace que me entre el pánico. ¿Estará todo ordenado? ¿No habrá ropa interior de papá tirada en el sillón? ¿Lex no estará haciendo alguna de sus cosas raras? ¿Le agradará mi familia?

En mi mente se reproducen todo tipo de escenarios donde las cosas salen mal.

—Mamá, Chris está muy cansado, acaba de salir del entrenamiento…

—Me encantaría —responde Chris, sorprendiéndome.

Estoy perdida.

Los tres nos encaminamos hacia el interior de la casa, con mamá al frente de nosotros. El castaño y yo caminamos tan cerca que incluso llegamos a rozar nuestros brazos brazos.

—¿Le contaste a tus padres que estábamos saliendo? —susurra Chris.

La vergüenza hace que de repente sienta calientes las mejillas.

—Es que no quería que se enojaran conmigo si se enteraban después—Me encojo de hombros, como si le estuviera restando importancia al asunto.

Chris asiente, sin embargo aún sonríe de forma divertida hacia mí y yo no puedo evitar hacer lo mismo.

Dentro de la casa, las cosas no parecen estar tan mal como esperaba. Lex se encuentra acostado en el sofá, jugando algún videojuego en su teléfono. Mientras papá coloca la mesa con mucho esmero. Hay cinco platos en total. Levanta la vista en cuanto escucha que hemos entrado.

—¿Sí era?—pregunta papá y sonríe en cuanto nos ve.

—Sí—responde mamá.

—Se los dije—escucho que dice Lex, sin siquiera molestarse en mirarnos.

Papá se acerca con una gran sonrisa hacia nosotros y se dirige de inmediato hacia el castaño, para luego extenderle una mano, la cual Chris estrecha con la misma efusividad.

—Hola, soy Matthew, el papá de Andrea—dice, moviendo la mano de mi supuesto “novio” con tanta emoción que creo que se la va a despegar del brazo—. Andrea nos ha contado mucho de ti, ya queríamos conocerte.

Otra vez no.

Siento la mirada de Chris sobre mí, pero finjo que no me doy cuenta y camino hacia la cocina, donde mamá se encuentra sacando un pollo al horno. La cantidad es tan generosa que perfectamente alcanza para todos nosotros. Es como si hubieran estado esperando a alguien más.

Ayudo a mamá a llevar el resto de cosas. Ya hay tres espacios ocupados en la mesa, mi hermana no ha dejado de usar el teléfono en ningún momento, pero Chris y papá están hablando muy animadamente. Algo me dice que no lo soltará en todo el rato que esté aquí.

Contemplo la escena con dulzura. Me alivia y me pone muy feliz que a mis padres les haya agradado el chico que me gusta. De cierto modo, es muy importante para mí

—¿Te gustan los partidos de fútbol, Chris?—le pregunta papá, se ha sentado justo a su lado.

—Soy capitán del equipo, señor—responde él.

Papá lo mira con cara de sorpresa, pero también con cierta admiración en su rostro.

—Te iremos apoyar en el próximo partido sin falta—asegura—. Y llámame Matt.

Chris asiente con una sonrisa. Mamá y yo terminamos de poner las cosas en la mesa y nos unimos a ellos. Me siento justo al lado del castaño. Nuestros ojos se encuentran por un momento. Sé que ha sido un día largo para él, probablemente está cansado, pero aún así logra ser tan amable con los demás.

—Pásame la salsa, Topher—dice mi hermana menor frente a nosotros, señalando el tazón en el centro.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.