Cerca de ti

Capítulo 16

—Noah, ¿cómo te atreves a mirarla? —escupe Elizabeth a su novio, completamente ofendida—. ¡Jihyo es mi esposa! Ni siquiera la mires, eh.

—¡Pero ella también es mi bias! —recrimina él en voz chillona.

Cambio de plumón a uno rosa mientras levanto levemente la mirada hacia ellos. Hoy Elizabeth va peinada con dos trenzas. Qué envidia, yo nunca he sabido cómo peinar mi cabello.

—¿Podrían callarse y dejar de pelear por una mujer que ni siquiera sabe de su existencia?—pregunta Cherry con verdadera molestia en su voz.

Ambos giran la cabeza hacia ella casi de forma sincrónica.

—¡No!

Decidimos venir a la biblioteca en nuestra lección libre ya que la rubia quería que la ayudara a corregir sus ejercicios de matemáticas y yo aproveché la ocasión para pasar mis apuntes de dicha materia a limpio.

—Nos van a echar de la biblioteca si siguen gritando—Les recuerdo mientras borro una letra que me salió torcida.

—Sí, vayan a hablar de sus chinos a otra parte. Aquí hay gente que quiere estudiar—Les recuerda Cherry mientras da pequeños golpecitos con su lápiz en la mesa e intenta resolver el problema de matemáticas.

—No son chinos, son coreanos, eh—aclara la castaña con una mueca.

— Qué genio. ¿Desde cuándo Cherry es tan aplicada en los estudios?—inquiere Noah enarcando una ceja, incrédulo a lo que está presenciando.

—Para tener mayor posibilidad de entrar a una universidad es necesario tener buenas notas en tu último año—Le explico.

—Si pero eso no va a pasar si no me concentro y no puedo hacerlo si ustedes están hablando como imbéciles—dice la rubia alzando notablemente la voz, casi al borde de un colapso y eso que solo hemos visto un ejercicio.

La bibliotecaria nos hace una seña para que guardemos silencio y puedo sentir la mirada de algunos estudiantes curiosos sobre nosotros.

—Cherry…—murmuro.

—Ya, perdón —dice Eli, por su tono de voz puedo percibir que se siente un poco culpable al respecto—. Vamos a caminar un rato por ahí, amor.

—Está bien, amor — Noah se encoge de hombros.

Elizabeth se levanta primero, recoge todas sus cosas y luego se aleja aferrándose al brazo de su novio, su trenza se balancea de un lado a otro con cada movimiento. Ahora sólo somos dos personas en la mesa. La rubia tiene la cabeza gacha mientras borra con brusquedad la respuesta que había escrito.

—Cherry, sé que estás muy estresada porque los exámenes están cerca, pero fuiste un poco brusca con ellos.

—Es que no se callaban—dice ella, pero puedo ver cómo sus hombros se tensan.

—Aún así…

—¿Crees que Eli se enojó?—dice de repente, alzando la cabeza.

En sus ojos azules puedo ver reflejada la culpa y no me sorprende. Cherry es demasiado buena y amable, siempre pone a los demás primero antes que ella. Aunque a veces suele sobresaltarse un poco, su orgullo tampoco la deja pedir perdón..

—Sabes que ella no es así—digo tratando de reconfortarla.

Ella me dedica una mirada que me dice que el tema la va a estar molestando el resto de la lección. No obstante, vuelve su atención a los ejercicios y se inclina un poco más hacia adelante para señalarme algo que no ha entendido. Trato de explicarle de la forma más sencilla que puedo porque sé que es un tema complicado y para ella es más difícil. Así que reviso mis apuntes mientras trato de recordar todo lo que vimos en esa clase.

Cherry me escucha atenta a todo lo que le digo, frunciendo el ceño fuertemente cada vez que no entiende algo, pero también pregunta nuevamente y se asegura de que lo ha captado antes seguir con lo siguiente.

Sonrío al verla tan decidida en aprender y conseguir su objetivo. Yo sólo me limito a estudiar para sacar las mejores calificaciones. Pero, ¿para qué estudio realmente? Es como si no tuviera más que metas vagas y objetivos vacíos. Aún no he pensado en qué hacer con mi futuro, lo he pospuesto lo más que he podido y me he centrado en otras cosas.

Tal vez no soy más que una holgazana.

Dejo escapar una fuerte exhalación.

—¿Qué tienes?—pregunta de repente la rubia alzando levemente la cabeza—. Es como la quinta vez que suspiras.

Me encojo de hombros. No me había percatado que estaba actuando de forma extraña.

—No es nada—Le digo, no es momento para que se distraiga por mis cosas.

Ella me mira en silencio por un momento, la mueca en sus labios forma una perfecta línea recta.

—Ah—Es todo lo que dice.

Cuando terminamos de resolver todos los ejercicios, recogemos nuestras cosas y salimos a los pasillos. Nos encontramos con Noah y Elizabeth casi de forma inmediata.

—¿Terminaron?

—Estudiamos todos los temas y Cherry está lista para ser de los mejores promedios esta vez—comento, dándole una mirada a la chica.

La rubia rebusca algo en su mochila y cuando al fin lo encuentra se acerca a la pareja frente a nosotros. Miro con sorpresa cómo le entrega a cada uno una pequeña paleta de envoltorio rosa.

—¿Y esto?

—¿Por qué nos das esto?—inquiere Elizabeth, elevando las cejas.

La rubia se limita a encogerse de hombros y prosigue con su camino por el pasillo como si nada hubiera pasado.

—Por nada.

Elizabeth y Noah empiezan a molestar a Cherry sobre algo que dejo de captar por completo cuando, al final del pasillo, un chico en particular logra acaparar toda mi atención. De repente, parece que el mundo se reduce a él, y mi corazón da un vuelco en el instante en que se gira hacia mí. No sé cómo ni cuándo, pero termino acercándome a donde está, y al mirar a mi alrededor, me doy cuenta de que mis amigos ya no están. Chris me dedica una sonrisa al notar mi presencia, mientras los demás chicos que lo rodean (algunos integrantes del equipo de fútbol) me observan con curiosidad.

Me pongo un poco nerviosa al darme cuenta que nunca me ha presentado a sus amigos. Aparte de aquella vez que me llamó para que me sentara junto a ellos y Kristen en el comedor, vez de la cual huí cobardemente. Después de eso, creo que nunca más lo volvió a intentar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.