Ceslo

Si tan sólo lo entendiera

Después de aquel viaje, ella le ofreció a Ceslo el ayudarle a poder encontrar repuesta a todo lo que necesitaba pero tendría que darle tiempo para hacerlo. Pero, aunque quisiera poder decir que todo podría continuar sin haber cambiado nada. Desde aquel viaje, Ceslo comenzó a ir siempre hacia aquel lugar. Todos podrían decir que no se involucrarían con nada de eso, ya que después de todo no transcurrió el tiempo y nadie se dio cuenta de la usencia de Ceslo. 
Ceslo, para poder continuar, tuvo que poner en consideración una propuesta que le dieron como condición. Esta condición debería de dar su respuesta justamente a más tardar durante el último día de vacaciones. Pero, aunque lo rechazase, ella cumpliría su promesa.

Ceslo, a pesar de que siempre tendría que venir y leer unos libros que le daban. Sin darse cuenta, después de unas dos semanas, en aquel local también era una cafetería. Por lo que él comenzó a ayudar. Él no recordaba haber visto a tantas personas en ese lugar y, como aun es menor de edad, tuvo que pedir permiso para poder trabajar ahí. Pero esta decisión la tomó por su propia cuenta, ya que no era necesario que lo hiciese.

A pesar de tener ya un poco de tiempo en hablar con aquella mujer, nunca le pregunto su nombre. Lo más gracioso era que ya conocía los nombres de todas las demás personas que se encontraban en aquel lugar pero no la de ella. Pero, aquel lugar no era nada más que un sitio donde se juntaban más personas como ella. Todos viajaban a distintos lugares con una misión en particular, el estudiar el comportamiento de cada individuo y conocerlo para dar un veredicto final a la situación en que se encuentra. Aunque pareciera un poco simple, todo era mucho más complejo o eso era lo que le habían dicho a Ceslo. No sabía que más decir con los demás, quienes siempre lo miraban y con una sonrisa se alejaban. Ceslo, a pesar de poder haber logrado platicar con cada uno de ello, nunca llego a recibir ayuda ni respuesta cuando el preguntaba acerca del porque hacían eso.

Ceslo, mientras se encontraba ahí, siempre tomaba un tiempo, el cual era utilizado para poder acercarse y averiguar más sobre lo que quería ella y el motivo por el cual le hablo a él. Ella únicamente lo miraba y decía que no fue cosa suya y que debía de haber algún motivo por el que se llegaran a conocer y terminaran así, aunque Ceslo comenzó a sospechar que ellas le ocultaba algo más. Pero, como ella no le daba mayor respuesta que esta y de ahí se mantenía leyendo todo lo que le preparaba cada día, los que se llevaba algunos a su casa para poder seguir leyendo ahí. Los padres de Ceslo no le decían nada, al contrario, se encontraban felices de que su hijo tratase de ser responsable y comenzara a interesarse en estudiar por cuenta propia y, como ya habían visto uno de los libros, le parecían que si eran de fiar estos y no lo llevarían a ser cosas malas.

Al término de un mes, ella se acercó a él y le dijo – Creo que ya es hora de que volvamos a intentarlo una vez más. Así que… ¿qué me dices de tomar una misión? – Ceslo, sin poder responder, únicamente se limitó a guardar silencio. Ella, para romper las dudas de Ceslo, lo tomo de la mano y lo llevo a un cuarto, el cual Ceslo no se había dado cuenta de que existiera. Pero, recordando como fue la primera vez que se vieron, no le era de extrañar que se encontraran uno o dos cuartos más que no haya visto. Por lo que únicamente se mantuvo viendo que era lo que pasaría a partir de ese momento. Pero, al ver que ella vio hacia los lados antes de entrar en aquel lugar, comenzó a pensar que tal vez no sería buena idea el estar ahí. Sin dejar pasar nada de vista, logró ver que en la puerta decía “no entrar” y, a pesar de poner resistencia, ella logro hacer que el ingresara al cuarto.

Una vez dentro, el lugar parecía que no tuviese nada en particular. Lo único que había era nada más que dos sillones y una mesa de centro. El cual daba más la  impresión de ser un lugar para recibir visitas. Pero Ceslo se comenzó a preguntar que si este fuese un lugar de recepción de visitas, por la fachada que daba, entonces porque tendría un letrero de no pasar. Ella, dejando a Ceslo en uno de los sillones, se dirigió a otra puerta que había al fondo. Ceslo, comenzó a pensar que sería mejor salir de aquel lugar ya que no quería causar ningún problema. Mirando el reloj que se encontraba en la pared, espero un poco a que ella regresara para irse de ahí. Pero, como no  regresaba, mejor se levantó y se propuso irse sin ella y que le daría alguna excusa más tarde.

Pero mientras se preparaba para irse, ella regreso a la habitación con unas tazas en la mano. Ceslo, mientras miraba su caminata, un poco torpe y tímida a la vez, le hizo quedarse parado en el mismo lugar sin poder decir nada. Aunque nunca la había visto sin capucha y esta situación, a pesar de que no era excepción alguna, por alguna razón se veía un pequeño encanto y misterio en conocer cómo se vería sin aquel atuendo.

Pero, mientras se acercaba a la mesa, ella comenzó a decir – escúchame muy bien Ceslo, que no pienso que debas de seguir de esta manera – Ceslo únicamente asintió con la cabeza – no lograras nada si no vuelves a intentarlo una vez más. Por ello… por ello, iremos a un lugar en el cual creo que será el mejor en esta ocasión para lograr nuestro objetivo – Ceslo – ¿objetivo? – Ella – Así es. Si no lo hacemos, no tendrá sentido nada de lo que queremos que suceda –. Ceslo comprendiendo que se trataba ya algo más allá de lo habitual, trato de poder tratar de procesar lo que comenzaba a pasar. No podía dejar de pensar si no se tratase de alguna trampa en sí, esto debido a que ella aún se podía ver en sus mejillas la rojez que se apoderaba más en ellas.

Pero, mientras esto iba sucediendo, el cuarto de pronto comenzó a tomar un entorno completamente diferente. El cuarto comenzó a teñirse de un color entre gris y blanco. Ceslo, dejando de verla, comenzó a notar que esto ya no se era algo bueno. Retomando la conciencia y recordando que este no era un sitio en el que debían de encontrarse, se propuso a irse. Pero al parecer ya era demasiado tarde para retroceder de aquel lugar. Ya no había escapatoria alguna. Ceslo, intentando ver la salida, se percató que ya no había una salida.



#16429 en Fantasía

En el texto hay: misterio

Editado: 29.05.2020

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