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Capitulo 5

Un sueño, eso es lo que fue.

Abro los ojos, pero estoy en una camilla, lo último que recuerdo son las palabras de Erick.

No podía ser cierto, mi decisión de no bajarme no podía definir tanto la vida de otra persona, ella, esa mujer, no podía morir.

Y Erick no podía saber semejante cosa.

Ultimo y más importante, debería recordar como llegue a esta camilla, pienso pararme, pero mi estomago me duele más de lo normal

Y no para ir al baño, no ese tipo de dolor.

-que bueno que ya despertó señorita- dice una enfermera mientras me quita algo que parece ser suero.

- ¿me diría como llegue aquí?

-llego adolorida y vomitando, y delirando.

- ¿sabe si solo es un resfrió?

- puede que tengas una leve gastroenteritis y las alucinaciones pudieron ser por – mira la hoja que tiene en su mano- carbamazepina, tu medicamento.

- ¿alucinaciones?

-vendré a verla en unos minutos y talvez se dará dada de alta.

-Emma- veo como mi hermana entra corriendo donde mí y me abraza- ¿Cómo te sientes?

-muy confundida, ¿alucinaciones?

-los doctores dijeron que entraste repitiendo la palabra muerte como si vieras cosas y que empezaste a vomitar a lo loco

- ellos están locos, no creo que unos doctores digieran eso.

- no con esas palabras…¿te sientes bien?

-me duele un poco el estómago.

-no me refiero a eso. Si fueron por la carbamazepina las alucinaciones.

Acá es cuando me pregunto cómo decirle que perdí el medicamento hace más de un mes.

- ase un tiempo que no las tomo.

-deberías hacerlo.

- si eso me causa alucinaciones mejor no.

Erick, el atropello.

-la mujer, ¿murió?

- ¿Qué mujer?

Fue mi imaginación, puede que este loca, pero al menos nadie murió por mi terquees

-no importa, lo que importa es que estoy bien.

Prefiero estar loca, mil y una veces loca.

Debe ser mi imaginación.

Después de que el doctor confirmara mi gastroenteritis y que todo estaba relativamente bien me dio del alta, el camino a casa fue mas doloroso que cuando me dijeron que tenía un esguince que la verdad ya ni me dolía.

Lo que me duele ahora es el estómago. Tengo hambre y nauseas, esa nunca fue una buena combinación.

-no te dejare ir al colegio por un mes- dice demandante mi hermana mientras abre la puerta de la casa.

-¿Por qué Emma no iría al colegio por un mes?.

No digo nada, mi hermana tampoco, esto es una de las cosas que menos esperaba ver al llegar.

Papa, papa estaba en casa, no lo veía hace mas de 5 meses, como es que el ser que menos veo aparece de la nada, y en el peor momento.

-¿Qué ases acá?. -dice mi hermana con el tono mas serio que puede, quien diría que esa misma chica de pelo castaño ase dos minutos se estaba riendo conmigo a carcajadas.

Al hombre adentro le sorprende el tono frio de mi hermana.

-es mi casa, creo que tengo derecho a estar acá, las extraño, no pueden no recibir a su viejo padre.

-podemos hacer lo que se nos de la puta gana porque esta es nuestra casa, no tuya.

-sophia.

Intento hablarle para que se calme, pero ella no le quita los ojos de encima.

-es verdad, no te podemos echar, pero no vengas con tu cuento de que nos extrañas para luego irte.

-es verdad, las extraño, pero saben que no es fácil.

-cuando nos digas que exactamente no es fácil, te recibiré con los brazos más que abiertos, pero mientras no sea así no, ni lo creas maldito desgraciado.

A nuestro padre le dolió lo último, y a quien no le dolería que su hija lo llame de semejante forma.

Pensemos de forma positiva, al menos volvió, pero sé que sophia preferiría lo contrario.

Esto no puede seguir así.

-sophia, me siento mal, ¿puedes dejar esta discusión para mañana?

-te acompañare a la cama- me responde guiándome a mi cuarto, pero se detiene antes para ver a mi padre- y tu as algo bien por nosotras y prepárale una sopa a tu hija menor, que por si no sabias en menos de un mes ya ha ido dos veces al hospital.

Se que lo ultimo lo dijo para que el se esforzara en hacer algo, no solo para hacerlo sentir mal.

sophia a veces se aprovecha del poder de las palabras.

“las palabras te pueden dominar, porque sin ellas tus sentimientos no cambiarían, y tus sentimientos predominan en tus acciones.”

Siempre al finalizar me recordaba que cada uno sabe si las usa para el beneficio o malestar de alguien, aunque ese alguien también puedes ser tú.

Me lo recordaba a diario cuando chicas.

Pero uno termina acordándose de las acciones, y esas pueden doler más.

Las palabras de mi padre duelen menos que sus actos, que llegan a ser nulo.

Al llegar a mi cuarto mi hermana me deja para que me ponga cómoda, ósea que me ponga piyama y me meta a la cama.

Cuando voy a dejar mi ropa en un mueble cerca para mañana sacarlo, lo veo. Otra tapa con los bordes quemados.

Que mala broma. ¿broma de alguien o de mis alucinaciones por medicamento?

“son para alejar el mal o algo así”. Recuerdo las palabras de Angie, ¿y si son para lo contrario? Talvez por eso he estado teniendo tan mala suerte.

¿será que si la toco me muero?

De algo hay que morirse.

Me acerco lentamente a la tapa como si aquella fuera a explotar y..

- ¿estas vestida? - me pregunta mi padre detrás de la puerta luego de dar unos pequeños golpes a la puerta.

Si supiera que casi me da un paro cardiaco.

-si con estar vestida te refieres a pijama, si, lo estoy.

El entra con una sopa en la mano y la deja en el mueble con ropa.

-¿Por qué no guardas esta ropa?.

-¿para qué?, si la pondré en la lavadora.

El me hace señas para que me acueste y escucho nuevamente la puerta.

-¿Por qué dejar para mañana lo que puedes hacer hoy?



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En el texto hay: romance, amistad, misterio.

Editado: 09.12.2021

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