La joven desata sus dos coletas, deja caer su largo cabello rubio, su cuerpo comienza a crecer y a desarrollarse cada segundo, hasta quedar con la forma de una mujer bastante preciosa, con unas piernas bastante largas, caderas exactas, pechos voluptuosos y el rostro de una fémina bastante madura, algo totalmente contrario a su forma original.
El joven Esteban da unos dos pasos hacia el costado derecho, su siguiente maniobra es sacar su arma, su famoso espadón gigante de unos veinticinco centímetros de ancho y un metro de largo, una réplica mucho más pequeña que su Espadón Ragnarok que ha perdido durante el viaje dimensional. Esta arma de color gris tiene la peculiaridad de tener la habilidad mágica de ser polimórfica, es decir, cambiar de forma a voluntad del portador. También es un poco más duro que el acero convencional y tiene una propiedad única que solo permite al portador usarla como arma a una mano.
Un aliento frío sale del suspiro del chico, trata de mantener su cuerpo rígido y concentrar su mente en la batalla. El problema es que, aunque quiera parecer que tiene todo calculado, el muchacho es una “mecha corta”, es decir, explota con facilidad si le dan en su fibra sensible. En este caso, sus exaliados con su sola presencia o nombrar a Senthiel hacen elevar la furia del guerrero legendario, a tal grado de que en el campo de batalla su primer movimiento es demasiado predecible y de eso se ha dado cuenta la vampira al analizar su acción. Además, la postura que ejerce mientras camina da a demostrar que la pérdida de energía en la anterior batalla, el daño eléctrico leve y la armadura maldita metálica crean una desventaja; sus piernas están entumecidas.
La estrategia de la fémina es simple: que su enemigo haga el primer movimiento para divertirse con él un poco y después cobrar su recompensa, para eso ya tiene un plan muy bien estructurado que iniciara con un simple dialogo.
—Mi nombre es Rachel, un gusto conocerte Guerrero Guardián o mejor dicho Héroe Legendario—Comienza a levitar a cuatro metros del suelo y se expresa de manera templada—. Debo decir que esos títulos son un gran honor, otorgados por los ex guardines y los sabios de Urantia.
—¡Calla y pelea maldita perra de Senthiel!
Con un grito prolongado el muchacho se lanza con un corte vertical hacia la fémina, pero con una agilidad sobrehumana logra esquivar el corte y, además de eso, tomar al chico de las mejillas con tan solo una mano y estrujarlo como un bebé cachetón. El chico rechina los dientes, mantiene fijo sus ojos en ella contemplando la cara burlona y satisfactoria que tiene su enemiga al tenerlo así, sin embargo, le ha dado unos segundos valiosos para contrarrestar el juego de la dama de ojos carmesí.
—Veo que no tienes un vocabulario muy disciplinado—Le corrige con una sonrisa y leves risitas cortas—. Si has querido decir si soy aliada o enemiga, tengo que ser lo más sincera posible, ¿no lo crees?
La vampira suelta al muchacho con un semblante de estar disfrutando la batalla. Pero por confiarse, un arañazo le roza la mandíbula lo que la hace sentir un poco molesta. Extiende la palma de su mano e invoca un sinfín de tallos de rosas que lanza hacia su contrincante, pero el intrépido chico logra bloquear la ofensiva con éxito con un movimiento rápido del arma que crea un viento cortante que dispersa el ataque, luego de eso da un brinco de unos tres metros para alejarse de su enemiga. En su posición da unos pequeños saltos, al fin siente que sus piernas están más ligeras, por lo que ahora puede dar mejor pelea y dado a que su rival lo está subestimando, su vigor aumenta.
—Admito que eres muy poderosa —entierra el arma en el suelo y sus brazos se rodean de flamas purpuras—. Bien Rachel, no tengo tiempo para seguir jugando contigo ¡Terminemos esto rápido!
—Si tienes razón, tengo que hacer cumplir un trato con mi hermano.
—¡A la mierda con Senthiel! —gruñe molesto y sus flamas crecen por la intensidad de su temperamento—. Por el amor a los dioses, otro maldito hijo que sale de la nada ¡Otra abominación nacida de ese par de imbéciles! ¿Acaso no te das cuenta de que te están engañando?
—Claro que no y soy hija de Lilith y de Caín, soy una observadora que solo busca una cosa y por fin la obtendré con tu muerte —ubica su mano en el corazón y hace una reverencia respetuosa—. Que los dioses me perdonen y también te ofrezco disculpas por este acto tan egoísta que voy a realizar. Ciertamente no considero justo acabar la vida de alguien por información, no obstante, es algo que he estado buscando por años, por lo que no puedo desaprovechar esta oportunidad.
—¡Es increíble la maldita confianza que te tienes! —enuncia con énfasis.
—Eres bastante insolente pequeño mocoso, pero eso ya no importa —ignora el comentario del muchacho, con calma extiende sus brazos hacia los lados—. Pronto volverás al Ouroboros.