Vainilla se encontraba en la puerta de la casa de Vector. Tomando todas las fuerzas, la toca con valentía. El mismo es quien la recibe.
-Vainilla, que alegría tenerte por acá –le sonríe nervioso.
-Es un gusto saludarte, Vector –le sonríe amable-. Pero lamento decirte que no vengo a eso.
-Entiendo, por favor, pasa –la invita y ella se adentra.
-Gracias –se sienta en el comedor.
-Dime, ¿qué es lo que pasa? –pregunta ansioso.
-Puedo ver que te encuentras en excelentes condiciones, así que omitiré esa pregunta.
Vector, confundido espero su respuesta.
-¿Charmy... está bien? –pregunto apretando ambas manos.
-¿Charmy? –repitió extrañado-. Sí, está bien. No salió en todo el día de ayer. Supongo que sigue dormido en su habitación ahora, ¿Por qué?
Vainilla suspiró aliviada pero al mismo tiempo frustrada.
-Supongo que no lo sabes, así que te lo diré –lo mira a los ojos-. El día de ayer, Charmy y Cream cumplían un mes de formalizar su relación –confeso.
Vector la miro totalmente avergonzado, entendió la situación inmediatamente.
-Vainilla... Yo, lo lamento tanto. De verdad, yo no sabía que-Vainilla lo interrumpe.
-Lose, nunca hubieras permitido que Charmy olvidara algo tan importante –responde comprensivamente.
-Y... ¿Cream? ¿Cómo está? –pregunto preocupado.
Vainilla suspira nuevamente.
-No lose. Ayer en la noche, cuando se resignó de que él llamara o llegara, se encerró en su habitación y no ha salido de allí –unas lágrimas salen de sus ojos.
Vector sujeta las manos de Vainilla.
-No te pongas así, todo estará bien. Son aún muy jóvenes, puede que se le haya pasado pensando en otras cosas, o quizás no se le ocurrió nada y le dio pena admitirlo –excuso a su amigo.
Vainilla pensó sus palabras, queriendo creerlas en su totalidad y que su hija se sintiera mejor con alguna de esas mismas.
-Gracias, Vector –le sonríe agradecida.
Vector se sonroja al instante.
-N-No hay de que –ríe nerviosamente mientras se rasca la nuca.
Vainilla limpia las pocas lágrimas que salieron de sus ojos y se levanta.
-Bueno, tengo que irme. Debo comprar unas cosas para la comida de hoy.
-Claro, eres bienvenida cuando lo desees –hablo Vector cortésmente-. Y no te preocupes, yo hablare con Charmy.
Vainilla le sonríe.
-No seas tan duro con él –le aconseja y se despide.
Vector cerró la puerta en el momento en que Vainilla dio la espalda a la misma y tras unos segundos de espera, corre apresuradamente hacia la habitación de Charmy.
Espió mira la prisa que tiene y lo sigue para averiguar la razón de su comportamiento.
Vector abre la puerta con brusquedad, despertando a Charmy de inmediato.
-Oye, estaba durmiendo –dijo adormilado mientras se frotaba los ojos.
Vector, sin importarle mucho, se adentra, visualizando el desorden de hojas de papel arrugado en el suelo. Recoge una de estas y las lee, percatándose de la razón por la cual Charmy no fue con Cream.
-¿Esto es lo que estuviste haciendo todo el día de ayer? –le reclama en un tono molesto.
-Amm... Si, ¿Por qué?
-Sí que eres un miserable –arruga la bola de papel y se la lanza.
-¿Y ahora que hice? –le responde molesto.
-¿Acaso se te olvido el día de que era ayer?
-Que yo sepa nada en especial –responde inocentemente.
Vector suelta una risa sínica, mientras repite las mismas palabras que Charmy.
-Según tú, ¿Qué fue el día de ayer? –se cruza de brazos.
-Oh, nada importante, solo tu aniversario con Cream, o debería llamarlo “mesiversario” o “rechazo” –responde enfadado.
-¿Qué? No es cierto, ni siquiera tengo un-toma su celular solo para percatarse de todos los mensajes y llamadas perdidas que tenía de Cream-. Mierda...
-Sí, exactamente. Realmente, eres un-Espió lo interrumpe colocándose entre ambos.
-No eres quien para decirle cómo manejar su relación.
-¿Y tú sí? Tú ni siquiera hablas con tu novia –reprocho.
-Eso no es de tu incumbencia, y eso debe ser igual para el chico.
Irritado, Vector sale del lugar.
-¡Espero que te disculpes con ella! –grito mientras baja las escaleras.
Espió suspira y voltea a ver a Charmy.
-No te preocupes tanto por eso –alivio Espió.
-Pero... No sé qué decirle, ¿cómo debería disculparme? –le pregunta buscando un consejo.
-Solo dile la verdad –sugiere y sale de la habitación.
Charmy se queda mirando hacia la puerta.
-¿La verdad? La verdad es que me olvide de ella por pensar en Marine... ¿Cómo se supone que le diga eso sin lastimarla? –se preguntó para sí mismo.