Al día siguiente, Cream se dispuso a ir a ver a Charmy, su ánimo había mejorado notablemente. Si bien, de vez en cuando decaía repentinamente, al mismo tiempo se animaba.
Aún sentía aquella punzada en el pecho, por el dolor presente de parte de Charmy, pero estaba dispuesta a dejarlo de lado, ella lo quería y seguiría perdonándolo.
Alisto en una canasta un poco de comida para compartirla con él, quería hacer una especie de pícnic improvisado.
—¿Segura que quieres salir? Si no te sientes lo suficientemente fuerte, no necesitas salir —Vainilla mostró su preocupación.
—Estoy bien mamá. Ya descansé todo el día de ayer —le sonríe.
Vainilla no se veía del todo segura, pero acepto que fuera de todos modos.
—Bueno, volveré más tarde —tomo su canasta y su bolsa.
—¿Ya le dijiste que vas para allá? —pregunto.
—No, quiero que sea una sorpresa —dice Cream con una sonrisa alegre.
—Está bien, ten cuidado —la despide.
Charmy acababa de levantarse, de mal humor, claramente. Fue a la cocina a comer lo primero que encontrara, no tenía ánimos en lo absoluto.
Vector lo miro tomar algo y regresa a su habitación. El cocodrilo lo sigue, en ese momento, Espió llego y se apresuró a ir con él, dejando la puerta abierta.
—Ahora sí, tú —lo señala—. Pequeño abejorro, me vas a decir por qué me hablaste así el día de ayer —enfrento Vector algo molesto.
Charmy bufo.
—No quiero hablar de eso —desvía la mirada.
Espió entra a la habitación.
—Pues vas a tener que hablar, porque no pienso moverme de aquí —Vector insistió.
Charmy no respondió.
—Vector, mejor dejémoslo solo —sugirió Espió.
Charmy comenzó a irritarse.
—¡Soy un idiota! —alzo la voz molesto.
Ambos lo miran desconcertados.
—Ayer no fui con Cream a nuestra cita. Me atrasé por ir a dejar algo a la paquetería —confiesa duramente—. Un paquete para Marine.
—¿Para Marine? —pregunto Vector molesto.
—¿No se supone que ya ibas a tomar en serio tu relación con Cream? —pregunto Espió.
—Lo sé, pero… No puedo olvidarme de Marine —se sacude la cabeza—. Ya no sé qué pensar, cuando estoy con Cream… Me siento aliviado, me divierto y me hace sentir despreocupado ¡No entiendo cómo me siento!
Cream llega a la casa, y nota la puerta abierta. Desconcertada, mira alrededor, por si estaban cerca. Lentamente se adentra, observando la casa con cuidado, por si se trataba de un robo.
—A ver, vamos a analizar —dice Vector—. Descríbeme a Cream.
—¿Por qué? —pregunto desconcertado.
—Es necesario saber qué es lo que piensas de ella. Anda, no lo pienses —alienta.
—Pues… Su cabello es tan suave, a comparación de Marine, que lo tenía más duro, pero a Marine le brilla. Los ojos de Cream son tiernos, pero los de Marine son cálidos, la piel de Cream es delicada, la de Marine es lisa. Los labios de Cream son dulces y pequeños, pero los de Marine son gruesos y—Vector lo interrumpe.
—Para, para, para. Eso no está bien, deja de comparar a Cream con Marine —dice molesto y algo asqueado.
—Y—Yo no la comparo… Marine… Ella no tiene comparación —confeso.
Se escuchó algo caerse. Cream se encontraba frente a la puerta, y había dejado caer la canasta llena de comida al suelo al escuchar tales palabras.
—¿C—Cream? —la voz de Charmy se quebró al verla.
Cream no espero ni un segundo más y salió corriendo del lugar, dejando ver como algunas lágrimas salían de sus ojos.
Charmy intento ir tras de ella, pero lo pensó un poco y prefirió no ir.
—¿No iras por ella? —pregunto Vector.
—No, no creo que ella quiera verme ahora —responde molesto.
Espió se sorprende por sus palabras, de alguna manera, se sintió identificado.
El sonido de un celular rompió el silencio, era el de Charmy, era una llamada de Marine.
—¿No vas tras Cream, pero si respondes una llamada de Marine? —pregunto Vector sínicamente.
Charmy lo ignoro y se salió de la habitación para contestar la llamada.
—¿Hola? ¿Marine? —contesto alegre.
—Oh, hola Charmy… Amm… Verás, acaba de llevarme un paquete y… —se oía algo incómoda.
—¿Te gusto? Lo hice tal y como pensé que te gustaría.
—Sí… Ese es el problema —destaco Marine.
—¿Por qué? —pregunto Charmy confundido.
—Charmy… Dudo que hayas hecho dos de estas cosas.
—Claro que no, Cream ni siquiera tiene un loro —soltó sin pensar.
—¿Cream? ¿Cream es tu novia? —pregunto sorprendida.