Charles-Henri Sanson

CAPITULO 9

Siempre que había querido ver a Charles-Henri antes, simplemente aparecía, así que en todo ese tiempo, nunca había conseguido ninguna información de contacto de él. Me había precipitado a la ciudad sin ninguna forma real de encontrarlo; era una tontería. Me di la vuelta para volver a casa.

MC- ...¿Charles?

Mi visión no era la más nítida y un viento vespertino me picaba en los ojos, pero vislumbré un cabello del color de los lirios de resurrección.

(¿No me digas que está aquí de verdad?)

Me dio un vuelco el corazón al verle después de tanto tiempo, pero justo cuando iba a correr hacia él, me fijé en sus ojos y me detuve donde estaba. Charles-Henri estaba sentado en los escalones donde habíamos descansado antes. No dejaba de mirar hacia arriba con impaciencia y luego hacia abajo, antes de repetir el ciclo.

(¿Qué está buscando?)

Al cabo de un rato, identifiqué el patrón.

(Siempre se anima... cuando ve a alguien con un peinado como el mío. No, no puede ser...)

La mirada de Charles-Henri se posó una vez más en alguien, siguiéndolo entre la multitud, sólo para que sus ojos se deslizaran hacia otro lado, abatidos. Antes de darme cuenta ya estaba corriendo. Me escabullí entre los peatones de la concurrida calle hasta situarme frente a él. Los grandes ojos de Charles-Henri me miraron.

MC- ¡Charles!

CHARLES-HENRI- MC...

Nuestras miradas se cruzaron y una sensación dulce y embriagadora me llenó el pecho.

¡CHARLES-HENRI- MC! Me alegro tanto de verte. No dejaba de preocuparme que nos hubiéramos perdido.

(Tenía razón. Me estaba buscando. Pero...)

Eso significaba que le había estado haciendo salir todos los días desde que dejó de llover.

MC- Charles, ¿cuánto tiempo llevas esperándome aquí?

CHARLES-HENRI- ¡No estés tan preocupado! No pasa nada. Acabo de llegar.

Di un suspiro de alivio. Charles-Henri se levantó con los ojos brillantes.

CHARLES-HENRI- Tengo algo para ti, MC.

Sacó algo de detrás de su espalda. Era un ramo de lirios de resurrección bellamente envuelto.

MC- ¿Esto es...?

CHARLES-HENRI- Tú me regalaste flores antes, ¿recuerdas? Así que quería devolverte el favor. Jeje. Estaba tan emocionado, que terminé eligiendo exactamente las mismas flores. ¡Pero hice lo mejor que pude con el envoltorio! Aquí lo tienes.

Cuando le cogí el ramo, me di cuenta de algo.

(¿Están estas flores... un poco marchitas?)

A juzgar por su aspecto, las flores habían pasado su punto álgido unos días antes.

(Ahh... Ya veo. Estaba mintiendo para que no me sintiera mal. Ha estado esperando por días...)

MC- Lo siento... Prometí venir a verte, pero he tardado tanto en llegar... Lo siento mucho, Charles.

CHARLES-HENRI- Ahaha... Metí la pata con mi historia, ¿no? Me has pillado. No tienes que disculparte, MC. Fui yo quien hizo el plan, no tú. Tenía ganas de esperar, eso es todo.

MC- ¿Y si hubiera tardado aún más en aparecer? ¿Y si nunca hubiera venido?

CHARLES-HENRI- Igual habría esperado.

Su mirada azul pálido me atravesó.

CHARLES-HENRI- Aún así quería verte, MC. Eso es todo.

(...)

Incluso cuando estábamos allí cara a cara, podíamos estar viendo el amor que existía entre nosotros de formas totalmente diferentes. La amabilidad de Charles-Henri hacia mí podía estar motivada por su deseo de ser correspondido. Porque, para él, todo era quid pro quo. Aún así...

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CHARLES-HENRI- Hey, Monsieur. ¿Le importaría devolvérmela? Es mía. ¿Verdad, princesa?

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(Él me encontró y me salvó esa noche...)

CHARLES-HENRI- ¿Me prometes algo? Estaré aquí para ti de ahora en adelante. Así que, por favor. ¿Prométeme que no llorarás más sola?

(Él podía sentir la soledad que yo ocultaba, y estaba tan decidido a ayudar... Me ayudó a sonreír tantas veces, cuando yo creía que no podía...)

Merecía la pena intentar comprender a alguien así. No iba a rendirme. No podía decir qué nos deparaba el futuro, pero mi decisión estaba tomada. Sin importar las consecuencias, quería entender quién era realmente Charles-Henri. Quería creer en la relación que habíamos construido.

MC- Gracias, Charles. Atesoraré las flores... y el pensamiento.

Charles-Henri asintió feliz. Sus siguientes palabras sonaron tan informales que podría haber estado hablando del tiempo.

CHARLES-HENRI- Por cierto, MC, hay alguien que me gustaría que conocieras hoy.

MC- ¿A quién?

CHARLES-HENRI- ¿Adivinas quién puede ser?

Sorprendido por la repentina pregunta, me lo pensé un poco.

(Me pregunto si será una de las personas con las que vive. Había un cura, y otro hombre...)

MC- ¿El florista, tal vez?

La sonrisa de Charles-Henri se ensanchó.

CHARLES-HENRI- Quiero presentarte a mi dios.

MC- ¿Tu... dios?

CHARLES-HENRI- Mm-hm. Me pidió que te trajera a verle. Jeje. Es una persona increíble. Estoy seguro de que te enamorarás de él también. Seremos muy buenos amigos, MC.

Charles-Henri tenía una sonrisa brillante, pero había un vacío en sus ojos. Inconscientemente, di un paso atrás.

CHARLES-HENRI- Si todos somos amigos, todos seremos felices, ¿verdad?

MC- ¿Charles...?

Un sudor frío me recorrió la espalda. Charles-Henri me rodeó la cintura con un brazo y tiró de mí.

CHARLES-HENRI- Entonces...

MC- ...

Me tapó la nariz y la boca con la otra mano, y un dulce aroma inundó mis sentidos.

CHARLES-HENRI- Échate una siestecita, ¿vale, MC?

(Hnn... Ngh...)

Nadé hacia la conciencia como desde el fondo del mar. Arrastré los pesados párpados para abrirlos, sin saber cuánto tiempo llevaban cerrados.

(¿Dónde estoy?)

La habitación donde me encontraba me recordaba un poco a la mansión, con su costoso mobiliario, pero nunca la había visto antes. Me senté en el sofá donde había estado durmiendo y miré a mi alrededor. Una sombra cayó sobre mí.




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