Charles-Henri Sanson

CAPITULO 21

Justo cuando empezaba a juntarlo todo, oí que alguien me llamaba por mi nombre.

(Conozco esa voz)

Salí de la cama para seguirla.

MOZART- Ya había caído la tarde. Empezaba a pensar que nunca nos honrarías con tu presencia.

Mozart me sonrió por encima de su taza de café.

(La persona que oí llamarme por mi nombre era Theo)

Miré a mi alrededor, desconcertada, y encontré a Theo de pie junto a la ventana, con los brazos cruzados. Se encogió de hombros.

THEODORUS- Inaceptable. Una mascota debe responder a la llamada de su amo en tres segundos o menos, no obligarle a llamar varias veces.

JEAN- No seas tan dura con ella. Volvió ayer.

ARTHUR- Así es. Es como si llevara siglos fuera. Shakespeare debe haber estado desgastándola mucho. Estábamos tan solos sin ti, MC. Ven a sentarte a mi lado. Mi regazo también está disponible.

THEODORUS- También conocido como el lugar más peligroso de la tierra. Mantente alejado, Hondje. Está en celo como siempre.

ARTHUR- ¿Quién puso polvos pica-pica en tus cajones?

ISAAC- Bienvenido de nuevo, MC. Er... ¿Tienes hambre? Voy a compartir mi sándwich contigo.

DAZAI- Qué amable. No te preocupes si lo hago.

ISAAC- ¡Dazai! ¿De dónde has salido?

SAINT-GERMAIN- ¿Cuántas veces tengo que decirte que entres por la puerta principal?

DAZAI- Perdóname. Vi a Toshiko-san a través de la ventana y simplemente no pude contenerme. Jajaja.

ISAAC- Se suponía que la mitad de mi sándwich era para MC...

Leonardo dio una calada a un cigarrillo, riéndose al ver mi expresión aturdida.

LEONARDO- Bienvenida a casa, car amia. Espero que este circo no haga que te arrepientas de haber vuelto.

MC- No... No, no lo hace...

La escena que tenía ante mí era tan acogedoramente normal que casi me mareaba. Mis amigos estaban aquí en esta habitación iluminada por el sol, alegres y libres. Pero...

(No me siento como si volviera triunfante después de haber logrado lo que me propuse)

Levanté los ojos de donde había estado frunciendo el ceño hacia el suelo.

NAPOLEÓN- ......

Napoleón me observaba con cara de preocupación. Nuestros ojos se encontraron.

(Así es. Se enteró de todo por Shakespeare. A lo mejor él sabrá qué es lo que me está dando la lata)

MC- Oye, Napoleón, ¿puedo preguntarte algo?

Mantuve mi tono casual, no quería que nadie más se preocupara, pero no tuve la oportunidad de hacer mi pregunta. La puerta del comedor se abrió de golpe y se estrelló contra la pared, llamando la atención de todos los que estaban dentro.

(...?)

Alguien se paró en la puerta, sin aliento.

VINCENT- Ja, ja... Todos...

No había ni rastro de su habitual sonrisa angelical. Vincent estaba espantosamente pálido.

THEODORUS- Hermano, ¿qué te pasa? Parece que hayas visto un fantasma.

VINCENT- ¡No te preocupes por mí! Es Sebas. Ha sido tomado... como rehén...

(¿Sebastian? ¿Tomado como rehén?)

SAINT-GERMAIN- Espera, Vincent. Recupera el aliento.

VINCENT- Ah... Yo...

LEONARDO- Aquí, Vincent. Toma asiento. A ver. Puedes contarnos qué os pasó a Sebas y a ti, desde el principio?

Vincent se sentó como le habían indicado y respiró hondo unas cuantas veces antes de empezar a hablar.

VINCENT- Sebas tenía una larga lista de cosas que comprar en la ciudad, así que fui a ayudarle. Queríamos sorprender a MC con un banquete.

MC- ¿Yo?

ARTHUR- Llevabas tanto tiempo fuera que parecía motivo de celebración. Así que Sebas y Vicent se encargaron de comprar los suministros.

MC- Oh... Y entonces el pobre Sebastian...

THEODORUS- No es tu culpa, MC. Nosotros fuimos los que planeamos el banquete.

(Cierto. Además, tenemos cosas más importantes que hacer que asignar culpas en este momento)

MC- Lo siento, Vincent. Continúa.

Vincent frunció el ceño como si repitiera la escena en su mente.

VINCENT- Casi habíamos terminado y queríamos comprar flores de camino a casa. Decidimos tomar un atajo por una callejuela. Pensamos que sería más rápido. Pero entonces alguien me agarró por detrás... Y me puso una espada en la garganta.

Un silencio tenso se apoderó del comedor.

VINCENT- Dijo que me mataría si me movía, y entonces...

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SEBASTIAN- ¿Quién... eres?

ASALTANTE- ¿A quién le importa quién soy? Lo que deberías preguntarte son mis exigencias, ¿no crees?

SEBASTIAN- ¿Tus demandas?

ASALTANTE- Tú, Sebastian, haz de mayordomo de una casa llena de las más grandes figuras de la historia, resucitadas como vampiros.

SEBASTIAN- ¿Cómo has...?

ASSAILANT- Ahora vas a correr a casa, y llevar a esos vampiros muy importantes donde yo te diga. A todos ellos. Si no puedes hacer lo que te digo, puede que tenga que decapitar a este hombre aquí.

VINCENT- ......

SEBASTIAN- ¡Maestro Vincent!

ASALTANTE- Hehe. ¡Ajá! Ahora trota, como un buen mayordomo. Un pequeño recado debería ser pan comido para ti.

SEBASTIAN- ...En mi calidad de mayordomo, tengo una petición.

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VINCENT- Sebas insistió en tomar mi lugar como rehén del hombre, y me envió de vuelta aquí...

SAINT-GERMAIN & LEONARDO- ......

MOZART- ¿Quién era ese hombre? No cualquiera podría mantenerte indefenso, Vincent.

ARTHUR- Sebas no se queda atrás. ¿Hubo alguna razón por la que no pudisteis defenderos, Vincent?

Tenía un aura inhumana. No puedo decir qué era, pero me parecía demasiado arriesgado luchar sin saber a qué nos enfrentábamos.

(Llevaba una espada, y hablaba de decapitar gente...)

No me gustaba la imagen que las palabras de Vincent estaban pintando en mi mente. Deseaba fervientemente equivocarme, pero tenía que preguntar.




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