Charles-Henri Sanson

ROMANTIC ENDING

CHARLES-HENRI- De acuerdo, nada de morder. Pero a cambio, si alguno de ellos intenta algo gracioso, tienes que decir mi nombre. Sólo di, "Charles. Quiero verte", y allí estaré.

(Eso es...)

Era casi exactamente lo que me había dicho la noche que nos conocimos, y la dulzura del recordatorio era Charles-Henri por todas partes. Le quería tanto.

MC- Jeje. Eso mismo me dijiste la noche que nos conocimos.

CHARLES-HENRI- Te acordaste.

(¡Hmph!)

MC- ¡Como si fuera a olvidarlo! Te haré saber que tengo una memoria como una trampa de acero...

CHARLES-HENRI- ¿Estás seguro? Quiero decir, estás olvidando algo importante en este momento.

MC- ¿Qué estoy olvidando?

Mientras intentaba pensar a qué se refería, Charles-Henri me rozó la mejilla con los dedos. Sus pálidos ojos azules brillaron, estrechándose con su sonrisa.

CHARLES-HENRI- No he tenido ocasión de darte un beso... ¿recuerdas?

(Ah...)

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CHARLES-HENRI- ¿Por qué? Yo beso muy bien. Te prometo que te gustará.

MC- Cuando besas a alguien, es porque le quieres tanto, que sientes que se va a desbordar si no haces algo... Es como si... sellaras tus labios para evitar que el amor se escape.

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Quería llegar a Charles-Henri, ponerme en su misma longitud de onda y que me viera de verdad. Todos los sentimientos que había vertido en esas palabras aquel día volvieron vívidamente a mí.

MC- ¿Recuerdas lo que te dije sobre los besos?

CHARLES-HENRI- Eso fue lo que me ayudó a sentarme y quedarme como un buen chico.

Las yemas de los dedos que rozaron mi mejilla ardían de calor.

CHARLES-HENRI- Llevaba tanto tiempo deseando tocarte... deseándolo tanto.

La pasión oscureció aquellos pálidos ojos azules.

CHARLES-HENRI- Te quiero tanto que siento que se desbordaría si no hiciera algo...

MC- Charles...

(He visto mucho de ti desde que nos conocimos, pero nunca había visto esa mirada en tu rostro...)

Su amor irradiaba de su mirada, de su postura, de su expresión, y yo quería darle cada parte de mí a cambio.

CHARLES-HENRI- ¿Puedo besarte, para que estos sentimientos no se desborden?

Bajó sus largas pestañas y su aliento me acarició la piel. Entonces... apretó sus labios ardientes contra los míos. Nuestros labios se separaron y le miré a los ojos.

CHARLES-HENRI- ......

MC- ¿Qué pasa?

CHARLES-HENRI- ... Siento que... ese fue mi primer beso. Ahaha... ¿Qué estoy diciendo?

Charles-Henri... cuya sonrisa casual era una obra de arte bien pulida... se puso nervioso. Podría haber sido la visión más adorable que jamás había visto.

(No eres el único con demasiados sentimientos que contener...)

MC- Charles, no creo que un beso vaya a ser suficiente. Voy a necesitar otro.

CHARLES-HENRI- ......

Charles-Henri acercó su nariz a la mía y nuestros labios volvieron a encontrarse.

CHARLES-HENRI- No quiero que se desperdicie nada de tu amor, MC. Tendremos que asegurarnos más. Es todo para mí, ¿verdad? ¿Puedo quedármelo?

El beso fluyó en beso.

MC- Puede que no sea seguro parar, Charles.

CHARLES-HENRI- Eso no parece un problema...

Ninguno de los dos parecía poder dejar de sonreír mientras intercambiábamos beso tras beso... tantos que perdí la cuenta. La luna que vislumbré por encima del hombro de Charles-Henri era la misma fina astilla que había sido cuando nos conocimos.

(parece que mi destino ha dado un giro de 180 grados desde entonces, pero...)

Quería agarrar mi nuevo destino con ambas manos y no soltarlo nunca. Así que volví a la mansión y les conté a todos lo que había pasado desde mi ausencia. Les conté todo sobre Charles-Henri y yo. Me aceptaron muy bien. Mi vida en la mansión volvió a la normalidad. Cuando volví a sentirme bien, Charles-Henri y yo concertamos una cita. Estaba oscuro y quieto cuando llegamos. El flujo y reflujo de la marea era el único sonido.

MC- El cielo y el mar siguen negros como el carbón.

CHARLES-HENRI- MC, no quiero que te ensucies la ropa. Sentémonos aquí y esperemos a que amanezca.

Charles-Henri se quitó el abrigo y lo dejó sobre la arena. Se sentó y palmeó el lugar a su lado. Yo le respondí con una sonrisa y enlazamos los brazos, tan cerca que la brisa marina no tenía espacio para colarse entre nosotros. Recordé nuestra conversación susurrada aquella noche sin luna en el invernadero en ruinas.

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CHARLES-HENRI- Oye, MC, ¿alguna vez has visto el mar al amanecer?

MC- No.

CHARLES-HENRI- Yo tampoco. Se supone que es hermoso. Como las esperanzas y los sueños del mundo, todos reunidos en un solo lugar. Vayamos a verlo juntos, algún día. Espero que brille. Espero que sea cegadoramente brillante...

Vendríamos a la orilla del mar antes del amanecer para cumplir esa promesa.

(Deseaba que llegara el día en que pudiéramos estar aquí juntos, sin mentiras, sin engaños, sin vacilaciones, sólo paz y felicidad)

Mi deseo se estaba haciendo realidad, y mi corazón estaba tan lleno que no sabía qué hacer con todo lo que sentía. Miramos a través de las olas oscuras como si no supiéramos con certeza que el sol saldría.

CHARLES-HENRI- Eh, MC, ¿has oído este dicho?

MC- ¿Hm?

CHARLES-HENRI- La hora más oscura no es después de medianoche, sino antes del amanecer.

MC- No, nunca he oído eso. ¿Es verdad?

CHARLES-HENRI- Ahaha. Le pregunté lo mismo a le Docteur, cuando me lo dijo. Me dijo que nadie se ponía de acuerdo sobre su origen, y que tal vez fuera un proverbio de algún sitio, pero que, en cualquier caso, me gustaba mucho.

Las ondas negras se reflejaron en los ojos de Charles-Henri.




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