Charlie ©

Capítulo 7

Acabo de ingresar a su consultorio, y aún no me habla.
Sé en lo que piensa, pero debe saber que lo que pasó anoche, no fue mi culpa. 
No fue mi culpa, no fue mi culpa, no fue mi culpa, no fue mi...

-Me comentaron lo que hiciste - dijo interrumpiendo mis pensamientos - ¿por qué? Y no es la primera vez, por lo que me dijeron.

Arrugué mi nariz y corrí la mirada hacia un costado - usted no entiende.

-Charlie, tienes un sentimiento de estar siendo amenazado todo el tiempo, ¿ellos alguna vez te hicieron algo?

-No es solo un sentimiento, es algo que no puedo evitarlo. Tengo miedo todo el tiempo - alcé mi mirada algo borrosa por las lágrimas que están a punto de salir.

Ella arrugó su frente e hizo una mueca - Charlie, si tienes un trauma tienes que dejar que te ayude. Por favor habla conmigo.

Como usted quiera doc.

-Siento que quieren controlarme, yo estoy bien, no necesito antidepresivos. Como le dije en mi primera cita, yo soy inocente ¿y sabe porqué lo digo ahora? ¿Después de once años? - apreté mis dientes y me incliné levemente hacia delante - porque es la primera vez que encuentro a una persona interesada en mí, una persona que realmente me entendería. Usted Lori, es la luz que creí perdida.

La Doctora asintió y anotó algo rápido en su cuadernillo - Charlie, pienso que lo único que haces es engañarme.

Sentí un pinchazo de ira sobre mi cabeza y comencé frotar mi frente con las manos - no usted, por favor, necesito que me crea - la última parte lo dije al borde del llanto - no sabe lo que es levantarse en un cuarto pequeño, en donde sólo entra una cama y un baño sin paredes. No tengo intimidad sino es aquí con usted, en donde no me vigilan por cámaras - sentí una lágrima rodar por mi mejilla - ¿qué quiere que haga ahora si usted no me cree? Me abrí con una persona y saqué lo que tenía enterrado aquí - dije tocando mi pecho - no quiero perder las esperanzas, no quiero.

Pasaron unos minutos en pleno silencio, en donde sólo se oía mi sollozo.
Lori no sabe que decir, se quedó con las palabras en la garganta. Vi que dejó el cuadernillo sobre el escritorio, y se cruzó de brazos algo confundida.

-Anoche intentaste ahorcar a un enfermero - dijo apretando sus labios.

Suspiré algo desesperado - estaba durmiendo, tuve una pesadilla y en cuanto lo vi - cerré mis ojos algo dolido - creí que era mi padre. Me asusté tanto que no pensé. Ahorcarlo fue el único método de salida que vi posible - su mirada parecía algo perdida cuando mencioné aquello, al parecer vio la grabación - le aseguro doctora, que le guardo tanto rencor y odio a mis padres por lo que me hicieron pasar, que si hubiera tenido un arma cerca, no hubiese dudado en matarlo - fijé mis ojos en los suyos e intensifiqué la mirada, para que pueda sentir el dolor que transmito desde lo profundo de mi corazón.

Lori largó el aire lentamente, meditando lo que me quería decir - Charlie realmente quiero creerte, pero necesito tener más avances sobre lo que fue tu vida de niño ¿puedes seguir haciendo eso por mí?

Sonreí en mis adentros mientras escucho sus palabras - si Lori, prometo que seguiré cooperando. Pero no me abandone.

-No te dejaré - dijo con media sonrisa mientras estira su mano hasta la mía.

No solamente me sorprendió su gesto, sino lo que pude ver debajo de la blusa que tanto usa para cubrir su piel.
Hematomas, muchos.
Apreté mis dientes para no decir nada y me hice el indiferente mirando al suelo rápidamente.
Si quiero lograr que Lori confíe en mí, no sólo podré salir de aquí, sino que la ayudaré con su marido, con el problema.
No dejaré que la siga dañando.
Y para eso, se muy bien lo que le haré el día que lo vea.
Pero antes, está en hacerle entender a Lori lo que se necesita hacer para eliminar a su marido del mapa.

Narrador en tercera persona:

En camino a su casa, la Doctora se detuvo en una tienda para comprar la cena de ésta noche. 
El señor Miüler se molesta mucho sino es servido adecuadamente en su propia casa. 
Lori se quedó sumergida en sus pensamientos desde que salió del centro psiquiátrico. 
Ella conoce muy bien los aspectos de un psicópata, pero con todo lo que le cuenta Charlie, no puede no darle el mérito de la duda. 
Toda persona merece una segunda oportunidad. Tal vez sea cierto, tal vez Charlie no pertenezca a ese lugar; eso hace que se convierta en uno más (de miles) de casos de injusticias a un ser inocente.

-Estás muy callada - dijo apagando el televisor y centrando toda la atención en su esposa.

-Lo siento, no quiero arruinar la comida. Es por eso que estoy tan concentrada - dijo Lori encogiendo sus hombros levemente.

-Mmm, más de vale. Anoche la cena fue un desastre - dijo rodando sus ojos y enciendo otra vez la televisión.

Lori tragó fuertemente al recordar los diversos sucesos de ayer. 
Recuerdó los gritos, las amenazas, los golpes... 
Ella algunas veces se pregunta porque se interesó en un hombre como él. 
Es irónico que teniendo un doctorado en psiquiatría, sea incapaz de tratar a su esposo, y no solo eso; aprender a defenderse, ser más viva y salir del nudo en el cual se había enrollado hace ya unos años. 
Tal vez la gente problemática le atrae, lo usa a su esposo como método de práctica frente a situaciones psiquiátricas, ¿sería muy masoquista no? 
Ni Lori sabe lo que realmente quiere o piensa. 
Una chica brillante, inteligente, siempre siendo la mejor en su clase, y ahora siendo víctima de violencia de género.

Mientras mezclaba algún que otro ingrediente, se le ocurrió una pregunta que podría hacerle a Charlie. 
Fue hasta su bolso y tomó el cuadernillo, para luego anotar "¿Qué cosa cambiarías si pudieras volver el tiempo atrás?" 
Algo que no sólo se lo preguntará a él, sino que ella misma también lo podría repensar.

-¿Qué haces con eso? - dijo su marido molesto mientras se pone de pie y se acerca a Lori - tendrías que estar haciendo la comida, no jugando a la Doctora con ese cuadernillo. Ya deja de tratar a ese enfermo, y haz tu trabajo de una buena vez.




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