Antes de presentarles esta historia tengo que tomarme este espacio para aclarar algunos puntos muy importantes sobre El Autismo, ya que hay mucha confusión, desconocimiento y desinformación sobre este; y si algo quiero intentar evitar en esta obra es tomar a la ligera el tema.
¿QUÉ ES EL AUTISMO?
El autismo es el más conocido de los trastornos generalizados del desarrollo (TGD), que por este motivo también se denominan trastornos del espectro autista (TEA), y son considerados trastornos neuropsiquiátricos que presentan una gran variedad de manifestaciones clínicas y causas orgánicas, y afectan de forma diversa y con distinto grado de intensidad a cada individuo; esto significa que dos personas con el mismo diagnóstico pueden comportarse de diferente manera y tener aptitudes distintas.
El Manual Estadístico y Diagnóstico de Trastornos Mentales (DSM) en su última revisión, DSM-IV, incluye cinco trastornos bajo la categoría de los Trastornos Generalizados del desarrollo: trastorno autista, síndrome de Asperger, síndrome de Rett, trastorno de desintegración infantil, y trastorno generalizado del desarrollo no especificado.
Lo primero que hace un especialista es determinar en un individuo cuál es el tipo de autismo que presenta, y esto lo hace de acuerdo aspectos como el grado de desarrollo del lenguaje, la edad en que aparecieron los primeros síntomas y la severidad del trastorno(Leve, moderado, severo). No existen pruebas médicas específicas que determinen de qué trastorno se trata y, por lo tanto, el diagnóstico de los distintos tipos de autismo se basa en la observación de las manifestaciones clínicas y entrevistas con el paciente y su familia.
El autismo daña la capacidad de una persona para comunicarse y relacionarse con otros. También, está asociado con rutinas y comportamientos repetitivos, tales como arreglar objetos obsesivamente o seguir rutinas muy específicas, restrictivas o limitativas. Los síntomas pueden oscilar desde leves hasta muy severos. En algunos casos, y dependiendo el tipo de trastorno y el grado de este que presenta el individuo, puede mantener un estilo de vida bastante aceptable dentro de lo que consideramos "normal", e inclusive puede ser una persona que alcance importantes metas desde el punto de vista social, intelectual, laboral y familiar. En otros casos la persona con autismo puede mantener una dependencia social y familiar bastante alta debido a lo severo de su condición.
Aparte de las dificultades en las relaciones sociales, las alteraciones de la capacidad de comunicación, y los patrones de conducta estereotipados, restringidos y repetitivos; es muy frecuente la discapacidad intelectual; tan solo el 30% preservan un cociente intelectual normal o incluso superior.
Cada individuo con autismo es único. No se puede incluir dentro de un "perfil" estándar. Su desarrollo cognitivo puede variar con los años, y aunque no existe una cura, la detección precoz y la intervención temprana mediante un mejor conocimiento de este trastorno, van a suponer una gran mejora en la capacidad de estos de comunicarse y entablar relaciones sociales y afectivas con el resto de las personas. Estos pueden adquirir habilidades emocionales de expresión y reconocimiento de sentimientos lo que les permite poco a poco integrarse con el resto del mundo.
AUTISMO: ¿TRASTORNO O CONDICIÓN?
Muchas veces (Y con muchísima ignorancia del tema) se usa el termino "enfermedad" para definir el autismo, y no es correcto.
Médicamente se le designa como un "trastorno" hasta el día de hoy; aunque la mayoría de los individuos con autismo y sus familiares prefieren usar la palabra "condición" que consideran es mucho más acertada, permitiéndoles presentarse como personas sanas y aptas dentro de la sociedad, y considerando al termino "trastorno" como potencialmente estigmatizante .
La Neurodiversidad sostiene que hay diferentes formas de ser (y de estar neurológicamente configurados), y que una de ellas sea minoría, no significa que deba ser patologizada.
El Movimiento de la Neurodiversidad aboga por que los síntomas relacionados con el autismo pertenecen al ámbito social en lugar de las ciencias médicas, y que un individuo que presente alguna condición del espectro autista no necesariamente es alguien "dañado o roto", sino "diferente", ya que no existe una regla que nos indique que sólo hay una manera de ser normal. Por tanto un individuo con autismo merece no sólo nuestra comprensión, sino también nuestra aceptación.