—¡Hijo de puta! ¡Maldito! ¡Maldito Bastardo! ¡Gordo de mierda! ¿Con qué derecho nos quitas el caso?
—¡No! ¡No! ¡Cooper! ¡Mi auto no, Imbecil! ¡Cálmate! ¡Mira! El trasto, patea el trasto...
Gus me lanzó el trasto de metal que estaba junto a la columna y en serio que le caí a patadas allí en el estacionamiento. Me sentía tan furioso que tenía que desahogarme con algo.
—¡Eso es! ¡Eso es, muchachito! ¡Patea el maldito trasto! Total eso lo paga el Estado...
—¡Tú! ¡Te odio! ¡Eres un maldito perezoso! ¿Simplemente te quedas callado y resignado cuando nos hemos esforzado tanto? ¡No es justo! Es como si nos estuvieran diciendo que somos inútiles. ¡Yo me preparé para esto! NO soy ningún neófito, ¡soy un detective!
—¿Y qué crees que soy yo, Mickey Mouse? Cooper, todos nos formamos, todos tenemos preparación y no dudo que seas muy inteligente porque aun eres un maldito mocoso para el cargo que te dieron; así que algo sobresaliente tienes. Pero esto no se trata de una descalificación, es sólo una jugada mediática: Traen a un supuesto "super-detective-federal", una especie de Sherlock Holmes con salario mínimo, para que los medios lo fotografíen y decir que alguien está haciendo algo. Al final seguimos dentro del caso, pero con menos presión encima.
—¡Tú eres feliz con tal de no trabajar! ¡No te gusta hacer nada! ¿En serio alguna vez amaste esta carrera o siempre has sido un maldito gordo perezoso?
—¡Bien! ¡Ya me hinchaste las bolas, "Rookie sabelotodo"! ¿Sabes qué? ¡Vete a comer mierda! Vienes aquí con tus aires de "justiciero" imbécil creyéndote que eres superior a mí y a todo el departamento, ¡y no eres más que un mocoso llorón! ¡Sí! ¡Llorón! El "quejitas" te voy a llamar.
—¡Al menos no me quedó allí parado como un "bollo de carne" resignado a que me jodan!
—¿Me llamaste "bollo de carne"? ¡Tus chistes sobre mi peso comienzan a molestarme! Chico, tienes que darte cuenta que esta es la jodida vida real, no sé qué mierda de teleshow tienes en esa cabezota. No eres más un pinche detective de investigación, uno más de la veintena que está allá dentro, y todos los que estamos aquí le echamos las mismas bolas que tú, ni más ni menos. Pero sobre todo entendemos que no somos más que servidores públicos, Cooper, no más, no somos superhéroes. Si viene otro tipo y quiere encargarse de esto, ¡Pues que lo haga! Igual mañana seguirán los crímenes y siempre tendremos algo que hacer aquí. Habrá casos que podamos resolver, y otros que no. Hacemos lo que podemos, y cuando ya no podemos hacer más nada, tenemos que pasar la página y seguir adelante. La diferencia entre tú y yo, es que yo he pasado por esto mismo MILES DE VECES, sería estúpido que a estas alturas me pusiera a patear un trasto de basura porque me quitaron el protagonismo de un caso...
Respiré profundo y entonces sentí la mano de Gus sobre mi hombro.
—Patea el trasto todo lo que quieras, si eso te hace feliz. ¡Cógete al puto trasto si quieres! Pero igual vamos a seguir ayudando a atrapar a ese asesino...y luego a otros. Tendrás más oportunidades de demostrar que eres un buen detective, no te preocupes. Ahora, invítame a almorzar que después tenemos que alcanzar a Walker en la morgue.
***
Entretanto, Charlie comenzaba a dar pequeños avances en su adaptación al centro. Claro, eso no significaba que estaba del todo contento ni menos a gusto; de hecho solía seguir dando la misma lidia todos los días para salir de su casa:
—¡Hank! ¡Hank! ¡Ayúdame con Charlie!
El padre entró a la habitación y Charlie estaba cruzado de brazos en ropa interior. Su madre se había dado por vencida de tratar de vestirlo para salir. Es que Charlie tenía algunos días donde era más llevadero y otros...donde simplemente no había forma que cooperara. Claro, que siempre estaba la opción de que su padre lograra "convencerlo".
—¿Qué sucede, campeón? ¿Ah qué se debe ese mal humor hoy? ¿No quieres ver a Pat y al resto de tus amigos? Ya hemos ido varias veces al centro, Charlie; no tiene nada que temer.
—¡No quiero salir! ¡No quiero salir!
Su padre se sentó a su lado en la cama y Charlie se recostó de él. Su padre intentó abrazarlo, pero su hijo le rechazó. Era uno de esos días en los que Charlie estaba más hipersensible que nunca.
Su madre entonces le señaló los pictogramas en su pared.
—Charlie, tenemos que salir.
—¡No!
—Charlie, mira el pictograma... ¿Qué significa esta figura? "Salir", y es lo que vamos hacer, es lo que sigue: "Charlie tiene que salir". Vamos al centro, ¿No te quieres ganar una estrella? Pat no te va a dar una estrella si no vas.
—¡No voy a salir!