-Cinthya Ross, a su servicio.
A decir verdad, tenia una especie de discurso preparado para tratar de caerle bien a los habitantes de la flota, pero el terrible golpe que sufrió horas antes habían creado un vacío en su cerebro.
-Teniente Primero Jim Glenn, Escuadrón Ámbar de Enlace Situacional de la Base Orbital New Dallas en Edén.
La joven estaba boquiabierta. Ni todo lo dicho por el teniente Jim podían haberla preparado para lo que estaba viendo: Se encontraban en un hangar de dimensiones gigantescas. Ella no podía ver el techo que se perdía entre sombras y vigas metálicas allá arriba ¿150? ¿200 metros? No podía decirlo, la escala la apabullaba. Estaban parados a escasos metros de su nave mientras una pequeña comitiva había llegado en dos vehículos de mantenimiento. A sus espaldas, una gran exclusa o compuerta <<¿Cual seria la palabra adecuada? pensó>> se había cerrado con un estruendo tan fuerte que la despertó de su estado de inconsciencia, mientras la nave la atravesaba y tomaba tierra unos metros mas adelante.
Pero había algo mas atemorizante que la gran puerta, que las sombras que los envolvían, que las luces de los vehículos que los iluminaban de frente y hacían indistinguibles las caras de los recién llegadas, algunos de los cuales se habían apeado de los vehículos y permanecían en silencio. Había una presencia gigante detrás de los vehículos, algo había venido caminando junto a ellos con pasos lentos pero que retumbaban fuertemente en las placas metálicas y se perdían en ecos resonantes en la inmensidad del hangar. Eso estaba a la sombra a unos 10 metros detrás de la comitiva y solo observaba.
Una figura de contornos femeninos se apeó de uno de los asientos delanteros y se acercó a ellos lentamente.
-Soy la Capitán Kyle, Amanda Kyle -Hizo una pausa y se detuvo al ver que los dos pilotos recién llegados trataban en vano de proteger su mirada de las luces de los vehiculos. inmediatamente se dió vuelta y pareció comunicarse por radio con alguien.
-Ralph, danos algo de luz.
Dos poderosos reflectores se encendieron segundos mas tarde iluminando dos amplios círculos en el piso. Jim y Cinthya apartaron la vista de la poderosa fuente de luz y dirigieron sus miradas a quien les había hablado antes, ahora perfectamente iluminada.
Era una mujer en sus 40's, cabello largo y azulado, atado en una gran trenza que descendía por su espalda. Vestía de oficial, aunque ninguna insignia ni indicativo de rango asomaba entre sus ropas. Solo la gorra que llevaba denotaba su rango.
-Ahora esta mejor. Sean bienvenidos a bordo de la Rainbow.
La presencia gigante se movió alrededor de ellos y se ubicó a la derecha, de modo que ahora podían ver perfectamente a la comitiva de recepción, media docena de hombres enfundados en ropas de trabajo anaranjadas, el más joven de tal vez 20 años, el más viejo de 50.
A Cinthya le dolía la cabeza, no se había podido ver en un espejo, pero estaba seguro que tenia un gran moretón violeta en su frente. Le haría caso a Jim o a cualquier otro piloto que le pidiera ponerse un casco de ahora en adelante. Miró a su izquierda y distinguió las marcas que la metralla habían dejado en el fuselaje de su nave, un abolladura del tamaño de una pelota de basquet se veia claramente a centímetros del asiento del RIO (1) que momentos atras ella ocupara. Tal vez fuera por el efecto de contraste que la poderosa luz producía sobre el blindaje, pero parecía un gran agujero.
Jim se adelantó unos pasos. Tenia su casco bajo el brazo y con su otra mano hizo un saludo militar a la mujer. -Gracias Capitán. -El joven no esperó la orden para adoptar una postura de descanso. -Sufrimos un ataque con misiles durante el acercamiento a su flota. ¿Han repelido el ataque? Mi radar no mostraba contactos hostiles luego de la detonación de las salvas.
-No ha habido ningún ataque teniente.
-¿Que...?
-Ralph, traeme a Will -La mujer volvió a hablar y de pronto vieron como un gran puño enfundado en un guante gris emergía de la oscuridad y soltaba a un hombre joven en el centro de los círculos de luz. Cinthya dio un salto hacia atrás y se ocultó tras Jim. El muchacho no aparentaba mas de 18 años y estaba atado de pies y manos, no parecía aterrado, sino mas bien divertido. Se sentó como pudo y miró a los recién llegados con una sonrisa en los labios. Tenia cabello corto, de color castaño pero descuidado y sucio de tierra o polvo de oxido o las dos cosas juntas. Vestía la misma ropa de trabajo anaranjada que los demás pero se notaba que le quedaba grande. Tenia los ojos entrecerrados, como hubiese estado en la oscuridad por mucho tiempo.
-¡Hola! ¡Soy Wi.. ¡Ay! La capitán había puesto una de sus botas contra la espalda del joven y lo había empujado contra el suelo de metal
-¡Aughh..¡ ¡Basta basta bruja! -Chillaba
Cinthya se adelantó y se detuvo estupefacta al lado de Jim, no sabia como reaccionar porque lo que ella estaba viendo no era a una oficial torturando a un soldado, era lo mas parecido a una madre e hijo peleando. Finalmente cuando vio que la mujer había puesto su bota sobre la mejilla del joven, decidió intervenir.
-Disculpe... creo que lo está lastimando... -Dijo tímidamente.
La mujer se detuvo y sacó su pie de sobre la cabeza del joven. Se acomodó la gorra que se le había corrido hacia un lado y volvió a adoptar la actitud serena de antes.
-Este es Will. -Dijo señalando al muchacho que se retorcía contra el piso. -Fue el quien causó el incidente.
-¿Ese mocoso nos disparo? -Jim estaba mas confundido que la propia Cinthya
La Capitán suspiró y adoptó una pose mas relajada, mientras se cruzaba de brazos. -tenemos montada una operación de recupero y reciclaje de material de guerra Zentradi. -Dijo mientras miraba de reojo la nave de los recién llegados. -Trabajamos con mucho armamento vivo y solemos detonarlo en una zona segura cuando lo requieren las circunstancias. Este joven que aquí ven -Le dió una leve patada al hombro del caído. -Es uno de nuestros técnicos en misiles y balística. El es quien trabaja con los misiles recuperados y demás materiales peligrosos y los prepara para las detonaciones controladas.