Chatarra

20

El vehículo se detuvo justo frente al ascensor, como la mayoría de los transportes personales que se usaban en la colonia, era de propulsión eléctrica y no emitía polución ni hacia sonido alguno. El aire era un recurso bastante limitado en el espacio exterior y la purificación de este demandaba gran parte del consumo energético destinado a soporte vital.
El conductor se apeó del vehículo y se acercó a la pareja que esperaba desde hacía unos momentos.
-Buenos días. -Dijo el hombre, de aproximadamente unos 40 años de edad y tupida barba negra mientras se quitaba el casco de seguridad a la vez que les tendía la mano. -Me encomendaron que los lleve hasta el hangar para las operaciones del día, me llamo Dan.
-Soy Cinthya, encantada de conocerlo.
-Teniente Primero Jim Glenn, creo que nos vimos anteayer ¿Verdad?
-Asi es, yo manejaba el segundo vehículo ese día. -El hombre volvió a colocarse el casco mientras con un gesto de la mano indicaba a la pareja que abordaran el transporte. -Estábamos un poco nerviosos, no sabíamos que tan grave había sido el accidente en el Campo.
Jim cargó los dos pequeños bolsos en la parte trasera del vehículo y se acomodó en el asiento trasero. Cinthya ocupó el delantero junto a Dan e inmediatamente se dió vuelta para preguntar a Jim. -¿Cómo está el avión? ¿Resultó muy dañado?
-Un par de abolladuras, nada grave. Revisé todos los sistemas y superficies con mucho cuidado, no te preocupes por ella, está en excelentes condiciones.
La joven sonrió y volvió la vista hacia delante. No era la primera vez que escuchaba a Jim referirse al avion caza como “ella”, supuso que era algo normal en los pilotos de combate, después de todo pasaban más tiempo en esas pequeñas cabinas que interactuando con otros seres vivos.
En ese momento Dan ponía en marcha el vehículo e ingresaron por uno de los dos túneles que convergen en la base del sector residencial de la Colonia. La calzada era lo bastante ancha para que pasaran dos vehículos a la vez y estaba bien iluminada. Al cabo de unos minutos comenzaron a descender por una rampa en espiral que rodeaba un pilar de tuberías y grandes columnas de acero.
-¿No usamos el elevador? -Preguntó Cinthya
-Esta en uso. -Dijo Dan mientras indicaba una pantalla en el tablero, donde un mapa mostraba varias vías de acceso y rutas marcadas en diferentes colores. El punto que indicaba el conductor con el dedo presentaba una barra roja que cruzaba el lugar donde se encontraba la entrada del elevador de vehículos. -Si vamos por la rampa espiral llegaremos antes que los que estan bajando por el ascensor.
-¿Tienen toda la operación tan coordinada?. -Preguntó Jim cambiando de posición las piernas.
-Amanda es una especie de Deidad de la Logística. Realmente hace un trabajo excelente organizando las operaciones de los diferentes equipos de trabajo.
Las paredes que rodeaban a la rampa en espiral desaparecieron repentinamente y fueron reemplazadas por un armazón metálico que permitía ver la oscuridad del hangar principal de la nave.
-Ponte el casco. -Dijo Jim palmeando el hombro a Cinthya.
La joven asintió y procedió a colocarse el casco (Que previamente había acomodado en su regazo) Al terminar de ajustar el cierre hermético del traje, los sensores infrarrojos entraron en funcionamiento desvelando un paisaje imponente a una boquiabierta Cinthya.
-Impresionante, ¿No?
La joven miraba a su alrededor completamente sorprendida. nunca habia estado en una estructura cerrada de tan colosales dimensiones.
-Es... increible
Dan miró a Cinthya y pudo ver el asombro en los ojos de la joven a través del visor del casco. -Cuando hacemos simulacros de evacuación prendemos ocasionalmente todas las luces del hangar principal, uno queda sin habla cuando ve la boca de la Rainbow en todo su esplendor.
-¿Boca? -Preguntó Cinthya mientras se quitaba el casco, ya que le parecía descortés hablar con el conductor a través de un altavoz.
-Al Hangar Principal lo llamamos “La Boca”. -Empezó a explicar Dan. -Todo lo que entra es “masticado” por nuestro equipo.
-¿Y aquellos son los dientes? -Preguntó Jim mientras señalaba unas enormes grúas que colgaban de los soportes del techo.
-Eh, soy el unico aqui que no tiene visión nocturna Teniente. -Dijo Dan mientras señalaba la negrura que se extendía más allá de las barreras de protección de la rampa. -Pero si se refiere a las grúas si, son 6 en total y pueden levantar una fragata completamente cargada sin mosquearse.
El vehículo llegó a la base de la rampa en espiral y comenzó a seguir una calzada señalizada con una línea blanca, como la que habían recorrido al llegar a la Colonia. Luego de recorrer unos 100 metros llegaron a una de las paredes desde donde se accedia al elevador de vehículos. Tal y como Dan había previsto, las luces rojas de la entrada a la plataforma se tornaron en balizas amarillas mientras el enorme elevador frenaba los últimos metros y se detenía a nivel del suelo. Las barreras se abrieron y dos transportes llenos de operarios salieron de la plataforma. Dan frenó el vehículo y espero a que pasaran mientras hacía gestos con la mano derecha.
-¿Estos operarios van a salir al Campo? -Preguntó Cinthya mientras imitaba al conductor y saludaba a la comitiva. Los operarios repararon en la joven y contestaron los saludos mas algun que otro piropo subido de tono.
-No. -Dijo Dan. Las operaciones en el Campo las hace un reducido grupo de personas, contando a Ralph, no más de 3 personas salen todos los días.
Los transportes desaparecieron en la penumbra del hangar y se convirtieron en unas pequeñas luces rojas que zigzagueaban entre los equipos y containers. Pronto doblaron en algún recodo y se perdieron de vista.
-Sigamos. -Dijo Dan arrancando el vehículo. Siguieron por la misma senda marcada pero se desviaron hacia la izquierda al llegar a la primera bifurcación.
Pronto tuvieron a la vista el VF-17, estaba iluminado tal cual Jim lo recordaba del día anterior, aunque esta vez no había nadie husmeando debajo del fuselaje. Suspiró lentamente recordando el comportamiento atontado de Tass.
-¿Decías Jim? -Preguntó Cinthya.
-Nada, nada. -Se disculpó el piloto moviendo la cabeza.
Se detuvieron junto a la aeronave y ambos jóvenes bajaron de un salto. Jim comenzó a bajar los bolsos mientras Cinthya se acercó al avión y comenzó a pasar su mano por el abollado fuselaje junto a la cabina.
-Pobre. -Dijo. -Yo pensé que era la única golpeada pero la pobre nave la pasó bastante feo ahi afuera.
Jim se quitó el casco y se acercó a la joven con una sonrisa en los labios. -Me parece que podrías ser una buena piloto Cinthya.
-Paso Jim. -Dijo la joven mientras extraía la escalerilla retractable de una compuerta y la desplegaba hasta el suelo. -No sería capaz de dispararle a una mosca, menos volar una de estas máquinas de guerra.
Mientras Jim y Cinthya trabajaban, Dan se recostó en el asiento delantero mientras se ponía un par de auriculares. Al parecer tenía órdenes de quedarse junto a los visitantes hasta que despegaran.
Cinthya ocupó el asiento trasero y sacando su Pad de trabajo comenzó a cargar el programa que usaría para sus mediciones en el campo. Jim, mientras tanto, abrió manualmente una de las compuertas de armamento ubicadas a ambos lados de las turbinas, lo que en modo Battroid o Gerwalk serian las “piernas”. Lo que desmontó no era un misil, sino una vaina de aproximadamente 1 metro y medio de largo y 30 centímetros de ancho con un par de alerones estabilizadores, pero en vez de tener una cabeza de guerra tenía un domo de vidrio donde se asomaban varios instrumentos.
La vaina de medición debia pesar sus buenos 40 kilogramos, por suerte Jim no era un debilucho y en medio de resoplidos pudo acoplar el instrumento a una de las bahías de armamento del ala derecha.
-Uf! -Resopló aliviado. -El sensor está colocado Cinthya.
-Gracias Jim. -Dijo Cinthya sin quitar la vista de su Pad que ahora estaba conectado por medio de un cable al panel de instrumentos de su puesto de copiloto. -Necesito que inicies los sistemas de la cabina, no tengo conexión con la Vaina.
-A la orden Capitán. -Dijo Jim haciendo un saludo militar, pero Cinthya seguía viendo su Pad y no se percató de la burla. Jim suspiró y se dirigió a la escalerilla. -Voy a tener que arrancar el APU(1) primero, esta va a tardar un rato.
Dan levantó el casco que se había bajado para proteger de la poderosa luz que alumbraba al caza y miró al piloto. -Teniente, si quiere puede usar las baterías del transporte. -Dijo señalando la parte trasera del vehículo. -Siempre los usamos para poner en marcha las naves en el hangar.
-Genial, gracias Dan.
-A sus órdenes Teniente. -Dijo el operario quitándose los audífonos de un tirón y poniendo en marcha el vehículo. Inmediatamente maniobró en un círculo y colocó la parte trasera del mismo casi debajo de la cabina.
Jim abrió la compuerta donde estaba el motor del transporte y encontró dos grandes cables con enormes conectores en cada punta. Junto a Dan desenrollaron los cables y los conectaron a la entrada de energía externa a un lado de la cabina.
-Es bueno que estas cosas sean universales. -Dijo Jim, no creo que a Amanda le guste si la llamo para pedirle un adaptador.
-Ah, veo que ya te cae bien Amanda. -Dijo Dan con una carcajada. -Esa máscara de bruja le dura poco, al final le cae bien a todo el mundo.
-No lo demostró cuando saqué a colación el tema Zentradi
El rostro de Dan se puso serio a la vez que el ceño se le fruncia. -Teniente, le pido por favor que no hable de ese tema en la Colonia. -Dijo retrocediendo un paso.
-Esta es la Flota Pura. -Dijo Jim mirando fijamente al hombre. -¿Verdad?
-No se atreva a decir ese nombre en voz alta, se lo ruego. -Dan miró nerviosamente hacia la cabina del caza, donde Cinthya estaba absorta en su trabajo y la conversación de los dos hombres le había pasado inadvertida. -Mire Teniente, no se que clase de personas crea usted que somos, pero eso de la “Flota Pura” quedó atrás hace muchos años, somos una Colonia de Recicladores, nada más.
Jim se acercó a la cabina y desde abajo golpeó el fuselaje para llamar la atención de la joven. -Cinthya, necesito que actives la alimentación externa, es la palanca que está en el panel superior derecho, en el cuadrante a la izquierda del panel de luces, la última palanquita de la fila.
-Ok.
Se escuchó un pequeño chasquido y las luces de la cabina se encendieron.
-Esperá 5 minutos a que la computadora de abordo termine la revisión de pre-encendido y después podés empezar con el checkeo de la Vaina.
-Ok -Repitió la Joven.
El piloto se alejó de la cabina y se apoyó en la parte trasera del vehículo, de donde salían los cables que ahora alimentaban los sistemas del caza.
-¿Que significa “quedó atrás”?
Dan sacó un pañuelo de uno de los bolsillos de su traje de mecánico y se lo pasó por la frente, por alguna razón estaba transpirando. -Toda esa gente, me refiero a los que empezaron con este asunto de la segregación... ya no estan aqui, se fueron de la Colonia durante los primeros años de llegar al Campo. Solo quedamos nosotros, gente trabajadora que no tiene nada que ver con sectas ni segregación ni nada que se le parezca.
-Pero no hay Zentradis aquí. Y eso pareció molestar a Amanda cuando se lo plantee.
-¿Y porque habria de haber Zentradis aquí? Estamos en el mismo culo de la galaxia. Nadie salvo nosotros habita esta zona... -Dan se guardó el pañuelo y volvió a ponerse el casco de seguridad. -teniente, le aseguro que nadie en esta nave tiene nada en contra de ningún Zentradi, simplemente nunca vino uno antes, tal vez por la injustificada fama que tuvimos. -Dijo agachando la cabeza como sintiéndose culpable.
Jim miró al hombre y sintió cierto remordimiento. -Lo siento Dan, no quería interrogarte ni nada por el estilo. -Dijo mientras ponía la mano sobre el hombro del Colono. -Soy hijo de mestizos y cuando supe un poco de la historia de este lugar me sentí bastante indignado. Siento mucho haberlos juzgado sin conocerlos.
Dan levantó la vista y vio en los ojos violeta del piloto que las palabras que decía eran sinceras. Levantó el brazo y correspondió el gesto de amistad poniendo su propia mano en el hombro del piloto. -Gracias por comprendernos Teniente.
-Puedes llamarme Jim.
-Entonces déjame darte la bienvenida a la Rainbow Jim, ahora no solo como visitante, sino como amigo. Ambos hombres se estrecharon las manos mientras Cinthya miraba la escena con cara de no entender qué cuernos estaba pasando.
-Hombres. -Dijo y encendió el enlace a la vaina de medición, cuyos instrumentos comenzaron a brillar a medida que los programas de diagnóstico iniciaban el escaneo en busca de desperfectos.



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En el texto hay: drama, mechas, macross

Editado: 01.03.2021

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