Chatarra

26

El equipo de “Recolectores” quedó brevemente paralizado al contemplar el panorama que se había descubierto ante ellos.
-¿Habias visto algo así antes Ralph? -Preguntó Cinthya
-¿A esta escala? No, realmente estoy sorprendido.
-Parece que dos naves colisionaron con una tercera, aparentemente desde direcciones distintas… como si de un ataque suicida se tratase. -Murmuró Jim por la radio, lo suficientemente alto como para que todos lo escucharan. -Nunca vi nada parecido en el Liceo Militar.
Lo que el pequeño grupo de trabajadores contemplaba atónito era una escena de destrucción de magnitudes colosales. Tres enormes naves, probablemente fragatas, yacian entrelazadas en un abrazo macabro de hierros retorcidos y paneles agujereados por los disparos. Era imposible adivinar qué parte pertenecia a cual nave, parecían haberse incrustado una dentro de la otra como si hubieran sido atrapadas por la mano de un gigante y fueran aplastadas por su poderoso puño.
-Son.. son naves Zentradi, aquella y aquella. -Dijo Jim saliendo del mutismo. -Pero esa sección central parece Meltran ¿No?.
Para señalarlo, desplegó el tren de aterrizaje y usando el poderoso reflector del tren delantero iluminó la zona del gigantesco amasijo de naves.
-Es una Fragata del Ejército de Supervisión. -Aseguró con confianza Hal por la radio. -Son muy parecidas a las naves Meltran, pero tienen un color diferente.
Jim movió el reflector a lo largo de las estructuras retorcidas de las antiguas naves de batalla. El casco de lo que parecía ser la nave del Ejército de Supervisión estaba prácticamente aplastado entre las otras dos naves, grandes paneles de metal se abrían hacia el espacio como pétalos de una horripilante flor, nacida de las explosiones internas producidas dentro de la nave. Cuando el poderoso reflector iluminó una de las naves Zentradi, Hal dió un grito.
-¡La sección del hangar de la fragata está intacta! -Gritó por la radio saturando en enlace. ¡Puede haber vetas adentro!
-¿Vetas? -Preguntó intrigada Cinthya
-”Veta” es nuestra jerga para hablar de múltiples armaduras. -Explicó Ralph. -Generalmente cuando una fragata explota al comenzar la batalla y no logra desplegar todas sus armaduras, a veces encontramos “racimos” de 3 o 4 robots juntos, y muy rara vez encontramos restos de un hangar con armaduras agrupadas contra las paredes, empujadas ahi por la explosión que destruyó la nave que las albergaba, eso es una “veta”
-Y ese hangar parece intacto. -Dijo Hal con marcado entusiasmo. -Puede estar llena de cientos de Nousjadeul-Ger o Regults.
Ralph permaneció en silencio mirando la enorme pila de desechos.
-¿Pasa algo? -Preguntó Jim por la radio.
-Si Ralph tarda tanto en decidirlo, debe ser algo muy importante. -Dijo el copiloto del transporte. -El problema es que las naves del Ejercito de Supervisión son “Tabú” para nosotros.
-¿Tabú? -Preguntó Cinthya
-No podemos acercarnos siquiera. -Explicó Hal restregandose las manos. -Pero nada dice de una de esas hecha sandwich entre dos naves que si podemos examinar.
El grupo permaneció en silencio y expectante mientras Ralph examinaba la gigantesca masa de metal retorcido, pareció que pasaba una eternidad aunque solo habían sido unos minutos cuando el gigante habló por la radio. -Vamos a mandar un Drone ahi adentro. -Dijo. -Quiero ver mas en detalle a que nos enfrentamos.
-Ok jefe!. -Exclamó prontamente Hal mientras soltaba el cinturón de seguridad de su asiento y flotaba hacia atrás con un leve impulso. -Medio minuto.
Jim movió la nave unos cuantos metros hacia la derecha para dejar el camino despejado. Ubicó el caza por encima del transporte mientras no dejaba de iluminar las ruinas con su reflector.
Mientras tanto Hal se había asegurado mediante un arnés a un puesto de control que estaba ubicado en la parte posterior de la cabina, era una especie de silla con mandos que sobresalian de cada uno de sus lados, cuando Hal se sentó en ella, los paneles giraron hasta situarse frente a él y una pantalla semitransparente se desplegó desde el techo y se posicionó frente a sus ojos.
-Desplegando la Comadreja. -Avisó el Copiloto, ahora con el control total del transporte. una pequeña compuerta lateral se abrió y un robot de unos cincuenta centímetros de diámetro, con una forma que recordaba vagamente a una maceta con dos aletas que sobresalian en la parte más ancha, salió de la nave y se dirigió velozmente hacia la pila de desechos.
Ralph observó cómo el robot pasaba junto a él y lo señaló con el dedo mientras volvía a abrir la comunicación de radio. -Mandenme la señal de video a mi casco.
-Trabajando en eso. -Confirmaron desde el Transporte.
-Me gustaria ver a mi también. -Dijo Cinthya.
Ralph hizo un gesto afirmativo con la cabeza y el Copiloto levantó el pulgar como respuesta.
Jim consultó brevemente el panel derecho de instrumentos y activó la consola que administraba los Datalinks de comunicaciones espaciales.
Todas las naves de la NUNS usaban enlaces de datos encriptados, más comunmentes llamados “Datalinks”. Cada nave, crucero de batalla o soldado a pié en el campo de batalla tenía acceso a por lo menos uno de ellos, eran vínculos vitales a la hora de mantener contacto en medio del caos de una batalla donde miles de naves se movían en forma coordinada siguiendo un plan de ataque planificado al milímetro.
La nave de Jim era de una clase especializada en lo que comúnmente se denomina “Guerra Electrónica”, con la mayoría de sus sistemas dedicados al procesamiento y envío de datos a los diferentes elementos de la flota. El VF-17S2 no solo tenía los Datalinks estándar de los cazas de la NUNS, sinó que poseía un centenar de ellos, de modo que podía sincronizar datos con cada una de las naves y componentes de la flota estelar, desde un escuadrón de “marines” en la superficie de un planetoide hasta la más grande de las naves insignia.
Claro que cada uno de los enlaces estaba fuertemente encriptado con los más seguros algoritmos matemáticos que la criptografía había podido crear en los últimos tiempos. Jim no necesitaba esos, activó uno de los enlaces destinados a las comunicaciones civiles, usando el interfaz estándar de comunicaciones de datos.
-Clave H7GF94YD7193SAFR496KVR49TLDJA34. -deletreó lentamente el Copiloto
Jim sonrió pero no dijo nada, la computadora de abordo ya había captado la señal del transporte y, automáticamente, desencriptado el password de la misma en solo unos segundos.
-Recibido, estableciendo enlace… ahora.
La imagen de video captada por la pequeña sonda ocupó simultáneamente las pantallas frente a los dos pilotos del caza. La señal de video era buena y las cámaras eran de excelente resolución.
-Tenemos señal de video 10/10. -Comunicó Jim.
-Hal. -Ralph se acercó al transporte y se mantuvo a unos escasos metros de la cabina del mismo. -Quiero que veas si puedes meterlo directamente por la entrada principal del hangar, no quiero dar vueltas.
-Recibido jefe. -Respondió el operario mientras maniobraba el pequeño Drone entre placas de metal y hierros que flotaban alrededor de las tres naves siniestradas. Al acercarse a la entrada del hangar principal, ubicada bajo la popa de la nave, observaron abatidos como el enorme acceso, de unos ochenta metros de ancho por treinta de alto, había sido aplastado por la colisión, bloqueando el acceso al hangar como si una monstruosa boca cerrada les estuviese mostrando una mueca grotesca. Para completar lo que parecía una cruel broma, enormes paneles metálicos sobresalian aquí y allá, simulando unos dientes rotos y retorcidos. Hal examinó atentamente todos los recovecos y finalmente descubrió una tubería que había quedado atravesada entre la enorme junta de metal retorcido.
-¿Lo meto ahi dentro Jefe?
-Adelante Hal. -Ordenó el gigante.
El tubo estaba aplastado y deformado en varios puntos, pero creaba un pasaje relativamente despejado entre la destrucción que bloqueaba lo que antes había sido la entrada del hangar principal. El pequeño robot avanzó lentamente por el interior del tubo mientras las imágenes que transmitía por su cámara frontal eran seguidas atentamente por el grupo que esperaba en el exterior.
-Intensidad de la señal de retorno disminuyendo. -informó el copiloto desde los mandos del transporte. -Ralph, no podemos meterlo mas adentro, podemos perder la señal y correr el riesgo de perderlo.
-Entendido. -Dijo Ralph. -Hal, es tu decisión.
-Déjeme seguir un poco mas jefe. Creo que… si! Ahí hay un agujero.
En efecto, por las pantallas pudieron ver como las luces del robot iluminaban una rasgadura en el tubo, como si hubiese sido desgarrado por una zarpa.
-¿Pasa? -Preguntó Jim
-Pasa. -Aseguró Hal. -Tiene que pasar.
El robot se acercó a la abertura lentamente y asomó la cámara por entre el acero retorcido.
-Ahí. -Dijo Ralph. -Dame toda la luz que puedas.
La intensidad de las luces de la imagen aumentaron un poco y todos pudieron ver lo que parecía ser un sector del hangar, con el techo parcialmente colapsado y repleto de desechos, vigas estructurales y paneles desgarrados flotando por todas partes, pero todo inmóvil, como congelado en medio de la destrucción reinante.
-¡Una veta! -Exclamó el copiloto
-¡Mierda! -Exclamó Ralph. -Hay todo un escuadrón de armaduras vacías apiladas ahi… deben ser treinta o cuarenta
El grupo permaneció en silencio contemplando las imágenes en pantalla. Cinthya se dió cuenta que los colonos estaban planteandose seriamente lo del “Tabú” con respecto a esas extrañas naves. Se preguntó si el sentido común se sobrepondría a la codicia de esos hombres.
-Volemos el hangar. -Dijo Ralph
-¿Lo que? -Repitieron ambos tripulantes del transporte.
-No podemos meternos ahí adentro. -Dijo resueltamente el gigante. -Propongo poner cargas en el casco inferior y que todo el hangar se separe de esta mierda gigante. -Dijo señalando la enorme ruina de naves que cubría todo el paisaje.
-Es demasiado arriesgado. -Dijo Hal. -A lo mejor Will podria hacerlo. -Agregó apartando brevemente la vista de la pantalla que tenia frente a si y mirando al caza de Jim. -Solo el conoce a la perfección los explosivos y la resistencia del material del cual están hechas esas cosas. -Dijo mientras señalaba los restos.
-Necesitamos más datos. -Dijo el copiloto. -Examinamos todo el hangar para buscar puntos estructurales que podamos volar para separar todo el bloque.
-Y si todo sale bien podremos enganchar un cable al transporte y remolcar toda ese precioso bloque de desechos hasta la base. -Dijo Ralph.
Hal no esperó la orden y volvió a tomar los controles del Drone de reconocimiento. Hizo que el robot girara sobre su eje unos pocos grados y avanzó hacia la abertura. Para decepción de todos, rebotó contra los rebordes de metal de la grieta.
-Mierda! -Exclamó Hal
-No pasa.
-Hay que plegar las antenas. -Dijo Ralph.
Por el silencio repentino que se hizo en el enlace, Jim comprendió de inmediato que tan mala era esa idea.
El copiloto tomó la palabra finalmente. -Jefe, si plegamos las antenas para pasar corremos el riesgo de perder la señal del Drone y no volver a recuperarla.
-Hay que arriesgarse entonces. -Contestó el gigante. -Haganlo.
-Sólo tenemos un intento. -Dijo Hal. -Voy a retroceder y a plegar las antenas cuando empiece a moverme. Si todo sale bien la inercia nos hará pasar por el agujero y podremos reiniciar el enlace del otro lado.
El pequeño robot se alineó con cuidado en el sector más ancho de la grieta y comenzó a retroceder lentamente. El tubo tenía en ese tramo algo más de dos metros de diámetro, probablemente era una línea principal para el transporte de algo importante.
Hal detuvo al drone a escasos centímetros de la pared metálica, no quería arriesgarse a que una pequeña colisión desalineara la trayectoria.
-¿Listos?
Ralph levantó el pulgar.
-Alla vamos.
Hal aplicó un breve impulso al propulsor principal e inmediatamente apretó el interruptor de cierre. El Drone plegó las dos antenas traseras y se apagó por completo, la imagen de video se cortó cuando se encontraba a unos treinta centímetros de la grieta. Todos contuvieron la respiración esperando el resultado. Pasaron diez segundos que duraron una eternidad.
-Encendelo. -Dijo Ralph.
Hal encendió el interruptor principal y observó atentamente la pantalla.
Nada sucedió.
-Ops.
-La p…. -Ralph se interrumpió al acordarse de la presencia de la Inspectora en el caza cercano. -¡Maldición! -Exclamó en cambio.
-Era arriesgado jefe. -Dijo el copiloto.
-¿Y ahora? -Dijo Hal.
Ralph miró con atención las ruinas mientras apretaba los enormes puños. -Hay que recuperar ese Drone o Amanda nos mata.
-Lo suponía.
-Tenemos que actuar rápido o ese maldito robot puede seguir rebotando ahi adentro y alejarse cada vez más. -Dijo Ralph señalando el transporte. -¿Podemos amplificar la señal del enlace?
-Podemos acercarnos un poco más y apuntar la antena directamente al tubo ese. -Dijo el copiloto.
-No, tenemos que hacerlo desde acá, si perturbamos los escombros metiendo el transporte ahi corremos el riesgo de quedarnos atascados ahi.
-Hay otra opción. -Dijo Jim
El grupo de Ralph se sorprendió al oír la voz del piloto, casi se habían olvidado que estaba ahi.
-¿Cual? -Preguntó Ralph de mal humor.
-Ustedes tienen prohibido acercarse a esa nave, pero nosotros no.
Cinthya abrió los ojos como platos. No le gustaba el rumbo que estaba tomando la cosa.
-No. -Dijo Ralph
-No, dijeron al unísono ambos ocupantes del transporte. -Ustedes no pueden interferir en esto, son sólo observadores. -Agregó Hal.
-Soy un oficial de la NUNS y único representante del Gobierno Unificado en este sector. -Jim hablaba con seguridad. -No estoy atado a ninguna regla de ninguna compañía privada. Mis acciones y decisiones son cosa mía.
-Teniente… -Ralph se cruzó de brazos y miró al caza que se había acercado al transporte. -Si va a entrar ahí no lo pienso detener, pero quiero que quede claro que estoy en total desacuerdo y que no me responsabilizo por lo que sus acciones causen a su nave o al civil a su cargo.
-Estoy de acuerdo.
-Una cosa mas Teniente: Apague por completo sus transmisiones de datos, incluso la señal IFF, tiene que perturbar lo menos posible el interior de esas naves.
-¿Lo dice el tipo que quiere volar un pedazo de nave?
-Confíe en mi Teniente, conozco mi negocio. -Dijo Ralph tajante.
-Bien. No perdamos más tiempo. -Jim replegó el tren de aterrizaje y se dirigió a las ruinas mientras esquivaba fragmentos y chatarra en su camino.
El caza se acercó a la entrada del hangar y cambió a modalidad robot. Jim comenzó a examinar los paneles que cerraban la entrada en busca de algún espacio que pudiese despejar con los brazos de su robot. Lamentablemente no habia tal cosa y la entrada principal quedó descartada. El VF-17S2 descendió y comenzó a explorar la base inferior del enorme casco de placas de un color que había pasado del verde Zentradi a una especie de marrón musgoso, cubierto de manchas de explosiones e impactos de metralla. Como no hay puntos de referencia en el espacio, pronto se acostumbraron a “caminar” por el casco de la nave, de modo que lo que antes era techo era ahora el piso por donde el robot caminaba en busca de alguna entrada. La encontraron unos veinte metros más adelante, un agujero producido por la explosión de algún proyectil, lo suficientemente grande para que el caza pudiese deslizarse con comodidad.
-¿Lista? -Dijo Jim
-Lista. -Aseguró Cinthya levantando el pulgar.
El robot descendió lentamente por el agujero ayudado por los propulsores auxiliares. Ingresaron a un pasillo de circulación de medianas proporciones ,probablemente una vía de conexión entre cubiertas. La explosión que había abierto el hueco también había atravesado el pasillo, de modo que estaban en una especie de puente que se interrumpía entre dos cubiertas. Jim reorientó el robot de modo que ahora estaban en el verdadero “piso” de la nave y podían navegar con facilidad. Según el esquema que se había creado en la cabeza, el hangar debería estar hacia atrás y hacia arriba. Jim comenzó a deslizarse con poco impulso por el pasillo, sintiéndose completamente indefenso al no poseer su arma reglamentaria.
-¿Que pasa Jim? -Preguntó Cinthya al sentir el nerviosismo del piloto.
-Hice muchos ejercicios de CQC (1) en mis dias en la academia y estoy acostumbrado a este tipo de escenario… a esta clase de pasillo de las naves Zentradi y la ingravidez pero… hacerlo sin un arma es algo completamente diferente.
Cinthya tragó saliva y miró a ambos lados del pasillo. -No… no estás insinuando que…
-Claro que no Cinthya. -Dijo Jim. -Solo estoy rememorando mi entrenamiento, no creo que encontremos nada vivo aquí dentro.
Nada vivo podía residir en las ruinas, pero pronto descubrieron a los muertos que moraban los rincones de la enorme nave. Soldados Zentradis yacian despedazados por todo el pasillo, flotando inmóviles en la retorcida tumba en que se había convertido su nave. Sólo distinguían a los gigantes por el color de sus uniformes, lo que quedaba dentro de los trajes era apenas una calavera reseca, tejido consumido por la radiación y preservada por la falta de organismos que descompusieran la carne.
Cinthya bajó la vista hacia el piso de la cabina, pero las pantallas a sus pies también mostraba pedazos de cuerpos a medida que el robot pasaba flotando entre ellas, perturbando la inmovilidad de acaso siglos. El pasillo a sus espaldas quedaba lleno de extremidades girando lentamente, como si el pequeño empujón dado por el caza de Jim pudiese servir para que las partes separadas pudiesen volver a unirse nuevamente.
Cinthya cerró los ojos. Ya habia tenido suficiente por el día. Cadaveres momificados era una cosa, pedazos de cadaveres formando nubes alrededor de ella era algo que estaba mas allá de su tolerancia.
-¿Cin? -Preguntó Jim
-Estoy bien, no pasa nada. -Dijo abriendo los ojos. Vió que habían llegado al final del pasillo, ahora estaban en una sector desde donde partian varias rampas hacia las cubiertas superiores. Al parecer iban por buen camino. Jim subió por una que ascendía con una ligera curva hacia la izquierda y al cabo de unos minutos salieron a otra cubierta, mucho más grande que las anteriores, pero con signos de haber sufrido bastante daño por las explosiones internas. Grandes vigas metalicas habian salido disparadas desde el techo y yacian incrustadas en las paredes, incluso las paredes estaban deformadas y dobladas hacia adentro, como si hubiesen tenido la resistencia justa para contener las explosiones sin abrirse como una flor.
-¿Vamos bien? -Preguntó Cinthya tratando de disimular su nerviosismo.
-Creo que si, mira. -Respondió el piloto. -¿Ves aquello? -Agregó señalando con el brazo del robot.
Cinthya dirigió la vista hacia el punto del techo donde señalaba Jim y vió un tubo que corría junto a una de las paredes.
-¿Ese es el mismo tubo por donde entró el Drone?
-Parece que estamos cerca.
No estaban cerca, pero al menos el descubrimiento del tubo los llevó a un nuevo pasillo donde varias líneas similares corrían en la dirección adecuada. Debieron arrancar una puerta metálica que se había doblado hacia adentro, lo que les facilitó el acceso a la zona de las tuberías. Jim señaló que ese pasillo era una de las rarezas de la tecnología Zentradi; toda su sociedad estaba compuesta por guerreros, no existían los técnicos o mecánicos de ningún tipo por lo que pasillos de mantenimiento como estos eran reliquias del diseño heredades tras miles de años sin cambios en la ingeniería de sus armas. Las naves se fabricaban en enormes satélites-fábricas y se usaban hasta que el daño era tan severo que merecía la pena el reemplazo por una nueva.
El hecho de que el pasillo nunca se hubiese usado para nada les facilitaba el avance, sin escombros ni cadáveres amontonados por todas partes, Jim pudo transformar el caza en avión y avanzar relativamente rápido.
El pasillo se interrumpió violentamente cuando llegaron a una zona donde una enorme explosión había atravesado varios niveles de cubierta dejando a la vista gran parte de la estructura interna de la enorme nave. Las lineas de tuberia descendían en este punto, más la enorme explosión las había hecho estallar como pajitas de refresco. Jim descendió con cuidado y entró a lo que al parecer, era el sector más profundo del hangar principal, cercano al eje central del casco de la nave.
-Probablemente el Drone está ahí abajo. -Dijo Jim deteniendo el avión. -Busquemos el tubo con el agujero de entrada.
Lo encontraron tras un par de minutos de búsqueda, pero no había señales del pequeño robot. Revisaron las posibles trayectorias que el rebote del Drone pudo haber realizado tras salir del tubo y chocar contra los diferentes obstáculos que flotaban alrededor, descubrieron varios escombros cuya inmovilidad había sido perturbada, siguieron el rastro hasta una de las salidas interiores del hangar que comunicaba a un enorme pasillo, probablemente una vía de comunicación principal a otros sectores de la nave.
-Voy a rastrear movimiento. -Dijo Jim y activó uno de los sensores pasivos del caza. La cabina dejó de mostrar los alrededores en el tono verdoso que caracterizaba a la visión nocturna y pasó a un tono azulado, destacando los escombros y basura en movimiento por una serie de estelas amarillo-anaranjado, según la velocidad a la que giraban.
-Allá! -Dijo Cinthya señalando el fondo del pasillo.
-Lo veo.
A unos ciento cincuenta metros, el pequeño Drone flotaba dando tumbos contra las paredes. Pronto la computadora lo fijó como un blanco y adaptó la velocidad y actitud de vuelo para darle alcance. Jim aceleró solo un poco y maniobrando cuidadosamente entre los varios desechos logró alcanzarlo al cabo de varios minutos. Al estar a unos pocos metros, el VF-17S2 pasó a modo robot y extendió el brazo hacia el pequeño objeto.
-¿No hay peligro que lo aplastes? -Preguntó Cinthya
-Definitivamente. Solo trataré de contenerlo dentro del puño, pero creo que voy tener que salir del caza para poder asegurarlo. -Dijo el piloto ante la evidente preocupación de Cinthya.
La enorme mano pasó por debajo del drone con la “palma” hacia arriba y en el preciso momento en que estaba justo en el centro de la misma Jim cerró rápidamente los dedos, con cuidado de no aplastar el objeto.
-Lo tengo! -Exclamó.
El robot se detuvo en el sitio con un par de impulsos. Jim comenzó a quitarse el arnés de seguridad que lo ataba a su asiento mientras Cinthya lo miraba angustiada.
-Voy a salir un momento a recuperarlo Cin, no te asustes cuando abra la cabina porque afuera va a estar completamente oscuro. -Dijo mientras plegaba el puño del robot hasta acercarlo a unos pocos metros de la cabina.
La joven asintió con la cabeza y esperó a que su compañero terminara los preparativos.
-¿Lista?
-Lista
Las luces de la cabina se apagaron repentinamente y la oscuridad rodeó a Cinthya. La joven jamás había experimentado una sensación semejante, no era solamente la falta de luz, era el conocimiento de estar flotando en las entrañas de una nave en ruinas girando en un cementerio enorme, rodeados de toneladas y toneladas de metal retorcido, completamente olvidados del resto de la galaxia.
Jim salió del caza con un pequeño empujón de sus piernas, su traje estaba equipado con pequeños propulsores de gas, pero no fue necesario usarlos, el puño estaba cerca de la cabina y pudo sujetarse de uno de los dedos mientras introducía el brazo por entre las hendiduras de la mano.
Mientras tanto, Cinthya estaba tratando de mantener la calma. La oscuridad cerrada la atemorizaba y deseaba que Jim volviese pronto para poder encender las luces de la cabina. Recordó de pronto que su casco tenía una función de visión nocturna y se sintió un poco estúpida por no haberlo recordado antes. Los controles estaban en una pequeña consola en su muñeca izquierda. Comenzó a tantear el brazo izquierdo para poder activar la pantalla táctil.
Entonces lo escuchó.
Cinthya quedó petrificada, estaba segura de que había escuchado algo. Miró hacia ambos lados, pero la oscuridad era total, salvo el asiento y el piso que sentía bajo sus pies, no tenía otra referencia con la que orientarse.
Volvió a escuchar el sonido, pero no supo distinguir desde donde provenía. ¿Izquierda? ¿Derecha? ¿Al frente? Se concentró y empezó a oír con claridad los acelerados latidos de su propio corazón. Le pareció que sus sentidos se agudizaron al estar privados de cualquier clase de estímulo externo. Volvió a escuchar el sonido. ¿Un piano? Definitivamente era un piano, era música. ¿Pero de dónde venía? No había propagación de sonido en el espacio, debía ser algo que estaba siendo generado en los canales de comunicación interna de la nave…. y sin embargo se sorprendió al darse cuenta que no estaba escuchando los auriculares ubicados a los lados de su casco.
La música parecía surgir del centro de su pecho.
Se preguntó si Jim también lo estaba escuchando, ya estaba bastante preocupada por los pedazos de Zentradi que había flotando alrededor en la completa oscuridad ¿Se estaría volviendo loca? No, lo que sentía en el pecho era una sensación de tranquilidad, no estaba asustada en lo más mínimo.
Colocó sus dos manos sobre el pecho y se concentró en la música. Le parecía que llegaba desde muy lejos, como las ondas de una piedra arrojada desde el otro lado del mar, la melodía llegaba débil pero intacta, reconocible.
-¿Matt? -Se preguntó la joven en voz baja. Giró la cabeza y miró la oscuridad en un punto determinado, le pareció que podía distinguir de donde llegaba la música, sin importar los cientos de metros de paredes de metal que los rodeaban. La música emanaba de aquel lugar, lo sentía. Cinthya estiró la mano como queriendo alcanzar ese punto.
Las luces naranjas de la cabina se encendieron de pronto y Cinthya abrió los ojos. Jim estaba sentado en su puesto con el pequeño robot en brazos.
-Lo tengo. -Dijo, más se quedó sorprendido al ver a Cinthya con el brazo extendido. -¿Que estas haciendo?
Cinthya se puso colorada (Por suerte el cristal amarillo del casco evitó que Jim lo notara) y retiró el brazo mientras se acomodaba en el asiento. -Nada Jim. -Dijo y permaneció en silencio. Jim la observó con curiosidad y le pasó el Drone por encima del asiento. -Llevalo vos Cin.
La joven tomó el robot y lo abrazó en su regazo. -Jim. -Dijo mientras su compañero volvia a ajustarse el cinturón. -¿Escuchastes algo ahí afuera?
-¿Escuchar? No Cin, para nada ¿Vos escuchastes algo?
-Me pareció pero… no, debí habérmelo imaginado. ¿Volvemos?
-Todavía nos falta una hacer una cosa Cin.
-¿Que cosa?
-Necesitamos encontrar un arma.



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En el texto hay: drama, mechas, macross

Editado: 01.03.2021

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