Leonardo golpeó furioso la consola. Era inconcebible que el equipo de comunicaciones fallara en ese preciso instante. Dejando su asiento se impulsó brevemente con una pierna hasta uno de los paneles del fondo, donde se monitorizaban diferentes sectores de la estación. Eligió una de las cámaras de vigilancia externas y trató de moverla para enfocar la antena de transmisión FOLD. Al tercer intento la cámara se movió y confirmó las sospechas del viejo técnico; la antena ni siquiera se había desplegado.
-Figlio di puttana -Exclamó en su italiano natal mientras apagaba la pantalla. Alguien iba a tener que hacer un EVA (1) para arreglar esa cosa. La antena de comunicación FOLD era el único vínculo con el resto de la raza humana.
Estaba preocupado por lo que pudiese haber sucedido con Gray y la Colonia. Leonardo había sido “vecino” de la Rainbow desde que esos extraños colonos habían llegado desde la lejana Flota 37... ¿Hace 14 o 15 años? Mierda, había pasado tanto tiempo que ya no lo recordaba.
Eran los únicos seres humanos que habitaban esa parte de la Galaxia, salvando la flota de reconocimiento que ocasionalmente pasaba por la zona, esos 22 años luz de distancia eran nada comparados con la distancia a la que estaba La Tierra o Eden, por poner un ejemplo. En argot astronómico, la Rainbow y la Barrow compartían prácticamente el mismo vecindario.
Al principio Leonardo tuvo muchas dudas sobre esa gente ¿Que habían venido a hacer desde tan lejos? ¿Porqué habían elegido ese extraño lugar para radicarse? El sector EFF-04776 era un lugar peligrosísimo para los humanos; Una poderosa anomalía que podía desgarrar por completo el casco a la nave mejor preparada y por si fuera poco un cementerio de naves Zentradi de vaya a saber que batalla acaecida hace cientos de años… y sin embargo una Nave Factoría había llegado hasta allí, escoltada por una escuadra completa de naves de la U.N.Spacy.
En solo unos días toda la flota se había retirado en un FOLD masivo, dejando a la gigantesca nave “anclada” a solo unos cuantos miles de kilómetros del Campo.
Sola.
Leo recordaba esa época, como los rumores habían corrido entre el personal de la Barrow. Sobre cómo era posible que un grupo de exiliados de Ciudad 7, con un historial de odio racial hacia los Zentradis hubiesen logrado la independencia y el privilegio de usar semejante nave.
¿Eran realmente Colonos? ¿No se trataría de un experimento militar o un campamento de prisioneros disfrazado? Las teorías conspirativas eran variadas y casi no se hablaba de otra cosa en la estación.
Al principio el contacto era casi nulo. Los investigadores de la Barrow perdieron muy pronto interés en esos colonos que, según la opinión popular, estaban chiflados. Probablemente seguirían en ese lugar durante varias décadas hasta que se aburrieran o alguna tragedia humanitaria los obligara a abandonar su colonia.
Pero nada de eso había pasado en los años subsiguientes y todos se acostumbraron a esa presencia invisible, más allá de las estrellas cercanas.
Fué Gray y su nave de transporte, la “Río Grande” quien, poco a poco, fue creando un vínculo entre ambos asentamientos.
La primera vez que escuchó la voz de Amanda fué casi tres años después de la “fundación” de la Colonia Rainbow. La Rio, como la llamaban todos cariñosamente, había sufrido un desperfecto grave en uno de sus motores y debió permanecer casi una semana en la Estación Barrow, hasta que una pequeña nave de correo llegó desde una colonia “cercana” a más de 5 días de Salto FOLD de distancia con los repuestos necesarios.
En esa época los turnos de observación se hacían con tres operarios en la Torre de Control. Los militares mantenían una dotación completa de investigadores que realizaban una gran variedad de monitoreos y observaciones usando los “pétalos” de la Barrow, equipados con toda clase de aparatos científicos de medición.
Grande fué la sorpresa de Leo cuando recibió la comunicación y comprobó de donde venía. El silencio se hizo en La Torre mientras Leonardo desviaba la llamada a través de los parlantes de la habitación y la voz de una mujer se escuchó con claridad por la comunicación dimensional del espacio FOLD..
-Aquí Colonia Rainbow ¿Me reciben Estación Barrow?
Leonardo tomó el comunicador y vaciló unos instantes. Toda la torre de control lo estaba observando. -Aqui Estación de Investigación Remota 4. Los recibimos bien Rainbow. Cambio. -La mente de Leonardo trabajaba deprisa recordando todos los rumores que había escuchado sobre la extraña Colonia. Recordaba algo sobre una administración mixta, de un acuerdo de explotación comercial entre una empresa u organización privada y la U.N.S, quienes habían designado un administrador civil.
-Soy La Capitán Amanda. Amanda Kyle de la nave factoría Rainbow y La Colonia de civiles que la habitan.
Una pequeña chispa se encendió en algún lugar del cerebro de Leonardo. ¿Kyle? Ese apellido le sonaba de algo...
-Le habla el Director de Investigaciones Leonardo Viccenzo. ¿En qué puedo ayudarla Capitán?
Siguieron unos segundos de silencio. Luego la voz que se escuchó por el altavoz sonó mucho más distendida. -¿Es usted por casualidad “el” Viccenzo que trabajó junto a los técnicos del portaviones Prometheus?
Leo suspiró. Incluso en ese alejado rincón de la galaxia todavia habia gente que recordaba sus días en la primera guerra espacial. -El mismo. -Dijo echando una mirada de reojo a sus compañeros, que estaban demasiado perplejos para decir nada. -Y supongo que usted estará emparentada con cierto Jhonatan Kyle que comandaba una unidad de Destroids a bordo del mismo portaviones ¿O me equivoco?
-Mi padre me habló mucho de usted. -Dijo Amanda. -Me sorprende saber que se encuentra aquí en la periferia de la galaxia.
-Es una larga historia Capitán, pero me parece que está usted más interesada en la Río Grande que en las historias de un viejo jefe de mantenimiento ¿O no?
-¿Sucedió algo con la nave de correos? -Preguntó preocupada la voz femenina.
Leonardo se acercó al cristal de la ventana de la torre de control y miró hacia los amarres de la estructura del pilar central, donde la Rio Grande estaba anclada rodeada de un andamiaje temporal que el equipo de mantenimiento había montado para colocar el nuevo generador de campo WARP. Las luces de los soldadores de plasma brillaban sobre la parte superior del casco y Leo sabía que en ese preciso instante los operarios estaban sellando el compartimento del dispositivo FOLD.
-Deberían estar saliendo en unas 5 o 6 horas más. -Dijo el viejo técnico mientras se apartaba del ventanal. -El Capitán Gray tuvo suerte de poder salir del FOLD justo antes que su burbuja de campo WARP reventara.
-¿Una Falla de Superficie? -Preguntó Amanda
- Dice Gray que se generó justo delante de ellos, no tuvo oportunidad de hacer un escape. -Leo tenía la convicción que solo un milagro había salvado la vida de su viejo amigo. Con una burbuja WARP desestabilizada, las probabilidades de salir de un FOLD de una sola pieza eran ínfimas. No dudaba de la pericia del Capitán Gray, pero algunas cosas estaban más allá de la habilidad.