Chatarra

38

Sea lo que sea, había hecho DEFOLD a solo unos pocos kilómetros de distancia, en algún lugar por debajo de la nave.
Demasiado cercano para ser una coincidencia.
Lagis aseguró su cinturón y apagó las luces de la cabina. La pantalla principal mostraba los sensores pasivos que registraban los alrededores de la nave, el objeto que había aparecido repentinamente se estaba enfriando lentamente, pero lo alarmante eran tres firmas de calor que se habían desprendido del mismo y avanzaban a toda velocidad hacia su transporte.
—Mierda…. mierda, mierda— Repitió Laris como si fuera un mantra.
Nina no había permanecido ociosa, en cuanto los sensores detectaron el DEFOLD cercano se impulsó lo más rápidamente que le permitieron sus piernas hacia el fondo de la nave.
No cabía ninguna duda, habían, de alguna forma, detectado el DEFOLD del transporte ¿Pero quien? Al menos no tardaría mucho en averiguarlo.
Dejó los controles quietos y examinó los contactos mediante las diferentes cámaras a bordo, eran tres armaduras, probablemente Zentradi por la forma y disposición de las fuentes de calor que emanaban de los propulsores. Al acercarse a menos de un kilómetro pudo distinguir claramente las formas en el monitor.
—Nousjaedul-Ger— Murmuró entre dientes Laris
Esas cosas eran malas noticias. Eran las armaduras Zentran más poderosas en la armada Zentradi. Si bien eran algo más lentas y menos maniobrables que los Queadluuns, su grueso blindaje los hacia enemigos formidables en todos los campos de batalla. Para peor, la máquina que avanzaba a la cabeza de la formación era una versión mejorada del Nousjaedul-Ger normal, con blindaje y armamento extra. Una verdadera «Power Armor».
Las armaduras se separaron y sobrevolaron el transporte en una pasada rápida, girando cada uno en una dirección diferente para realizar un giro amplio en torno a la nave de Lagis. Estaban inspeccionandola, no cabía dudas de ello y seguramente ya habían notado la torreta de la parte trasera del casco.
Como respondiendo al pensamiento de Laris, las tres armaduras se acercaron desde el frente, evitando quedar expuestas al arco de fuego de las armas de la torreta trasera. Se detuvieron a unos diez metros del transporte y esperaron en silencio.
La Meltran frunció el ceño aún más. Las armaduras no tenian ninguna clase de marca o insignia reconocible y estaban pintadas de negro, un color completamente desconocido en la armada Zentradi, de hecho era un color que solo se utilizaba en algunas de las fuerzas especiales de la NUNS o….
—Piratas— murmuró Laris.

La piratería era un flagelo que azotaba gran parte de las rutas comerciales de la esfera de expansión humana a través de la Vía Láctea. Desaparecida casi en su totalidad en el siglo XX, dicha actividad criminal había vuelto a florecer en la galaxia, aprovechándose de las enormes extensiones de espacio que quedaban libres del control militar de la NUNS.
La mayoría de ellas eran pequeñas bandas de pilotos desertores de las milicias planetarias o Zentradis que habiendo rechazado el nuevo orden civil, se habían congregado en grupos para subsistir del asalto y saqueo de naves comerciales a lo largo de las rutas de enlace a los diferentes planetas y flotas repartidas por todo el espacio conocido.
No obstante (Y esto era lo que más molestaba a Lagis) la zona en la que estaban operando debería estar relativamente libre del accionar de piratas. No había rutas comerciales de importancia en el sector, salvo claro está, la de la Rainbow, pero la nave de suministros no seguía una ruta establecida y cambiaba los puntos de FOLD en cada viaje realizado. Eso le permitía eludir cualquier clase de emboscada planificada de antemano.
Había algo más en todo esto y Lagis apostaría su sueldo a que los cambios en los planes originales que se habían sucedido en las últimas setenta y seis horas respondian a ello.

El panel de comunicaciones alertó sobre una comunicación entrante en el canal general de radio. Lagis movió la mano sobre el control y dudó un segundo antes de presionar el botón correspondiente. Al fin y al cabo era inútil ignorar la llamada, debía representar su papel hasta el final.
—Aqui Transporte de personal 699TP-U— dijo calmadamente a través del micrófono de su casco. —¿En qué puedo ayudarlos?
Una serie de risas se escucharon por la radio, al parecer los tres individuos compartían el mismo enlace radial.
—Vaya sorpresa encontrar a una agradable piloto por estas regiones de la Periferia— La voz era tosca y desagradable, pero reconocible como la de un guerrero Zentran. —¿Necesita ayuda acaso?
—Gracias por su preocupación caballero— contestó Lagis con el mismo tono de voz. —No hay ningún problema con mi nave, estoy a la espera de instrucciones de navegación para mi próximo FOLD.
Más risas se escucharon por el enlace. Laris movió su pulgar unos milímetros sobre el mando de inclinación del control de vuelo, tan solo un poco para que el propelente que escapaba de los propulsores no fuera visible para los piratas, pero lo suficiente para comenzar una leve rotación de la nave, que casi imperceptiblemente comenzó a bajar la nariz.
—Esta es una zona muy peligrosa «Madame»— exclamó el líder con sorna. —¿No sabía acaso que toda esta región esta infestada de Piratas?
—Creía que los piratas atacaban rutas comerciales importantes y no asentamientos aislados en la periferia— Una pequeña luz en el tablero captó la atención de la piloto. Nina estaba en su puesto.
—Son malos tiempos señora— se escuchó una segunda voz por el enlace.
—Cállate imbécil— Exclamó el líder dando un violento golpe de puño contra la cabeza de la armadura que tenía inmediatamente a su izquierda.
El impacto lanzó al robot varias decenas de metros hacia atrás y unas maldiciones se escucharon por la radio.
—Y bien. —dijo el líder. —Creo que va a ser mejor que la escoltemos a usted y su nave a un sitio más seguro ¿Me comprende?
—Señora.
—¿Eh? —exclamó intrigado el piloto de la armadura líder
—Me ha llamado «Señora»— repitió Laris mientras apretaba los dientes —¡ESE HIJO DE MIL PUTA ME HA LLAMADO SEÑORA! —gritó de pronto mientras empujaba el control de vuelo violentamente hacia delante y con la otra mano aceleraba al máximo los motores.
El grupo de piratas quedó momentáneamente paralizado, no tanto por el brusco movimiento de la nave, sinó por el extraño «apéndice» que de pronto le había crecido a la parte trasera del carguero, como si de la cola de un escorpión se tratase.



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En el texto hay: drama, mechas, macross

Editado: 01.03.2021

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