La pantalla se apagó y la tenue luz anaranjada volvió a iluminar la celda (o mejor dicho la habitación) de Will. Matt se había recostado en la cama de su amigo con la espalda apoyada contra la pared mientras miraba la proyección de su Pad en el espacio libre que hacía de pantalla y lugar de proyección en el pequeño espacio.
—Un cañon de Energia Dimensional...—exclamó Will con un silbido. —ofrecería uno de mis riñones por la oportunidad de presenciar una descarga de una de esas cosas.
El joven caminaba por la celda describiendo la capacidad destructiva de la terrible arma con grandes gestos de sus brazos, luego se sentó al lado de Matt y tomando el Pad de su amigo buscó un video en los archivos.
—Mira— dijo señalando la pared.
El aparato proyectó la imagen hacia la zona libre de la pared y el video en Alta Resolución llenó todo el espacio. Matt conocía la enorme mole gris que ocupaba casi toda la pantalla y no se sorprendió cuando la imagen mostró como todo el frente de la nave se separaba en dos y un enorme rayo de color naranja arrasaba con todo el frente de la isla, montañas y playas incluidas, para acertar de lleno a un par de naves exploradoras Zentradi que acababan de entrar en órbita del Planeta Tierra.
—Es el mismo tipo de arma Matt, el cañon de energia de un Gunship (1) del Ejército de Supervisión— explicó su amigo entusiasmado.
Matt por su parte ya conocía el video de memoria, era parte de la iconografía popular, como el incendio del Hindenburg o las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Retazos de la historia cada vez más lejana. Miró a su amigo y suspiró profundamente; Tass no debía de haberle enviado esa grabación de video de una de las cámaras de vigilancia del Campo, lo que menos necesitaba su amigo ahora era obsesionarse con otra clase de armas, mucho más peligrosas y letales que los misiles.
¿Entonces? —preguntó tratando de cambiar de tema
Will bajó los brazos y miró con calma las fotografías de la pared. —Que sea lo que tenga que ser, Matt— dijo volviéndose con una sonrisa en los labios.
El joven pelirrojo lo miró atónito. —Amanda no va a dejar que te extraditen Will.
—¿Estás seguro? —Contestó su amigo mientras daba unos pasos por el centro de la celda. —Amanda no es lo todopoderosa que creíamos cuando éramos niños Matt… si tiene que arrodillarse ante los militares para que dejen en paz a su Colonia, lo va a hacer, no te quepa ninguna duda.
—Sos un Colono, sos parte de lo que ella juró proteger.
—¿Proteger?— Will miró fijamente a su amigo —¿Este montón de chatarra? No me hagas reir Matt… el único peligro que corremos es que algun dia Gray se jubile y nos quedemos sin nadie que nos traiga verduras frescas todos los meses.
Matt le devolvió una mirada fulminante. —No— dijo. —Es cierto. Tal vez no nos amenace nada ahora mismo, pero al menos Amanda hace lo posible para protegerte de ti mismo.
El asombro de Will dio paso a un gesto ofendido. —¿Desde cuando estás de lado de Amanda? —dijo con sorna.
—Vos sabes perfectamente de que lado estoy Will. —No quiero que ninguno de mis amigos se haga daño.
—Jamás quise poner en riesgo la vida de nadie.
—Y sin embargo lo hicistes.. Cinthya…
—¡Ah! —Exclamó Will señalando al joven pelirrojo con el dedo —¡La inspectora Cinthya! ¿Esa era toda tu preocupación, Matt?
El joven se sonrojó, pero no supo si era por efecto de la vergüenza o la furia.
—Casi matas a ambos ahi afuera. A Cinthya y al piloto que la transportaba —dijo apretando los dientes.
—No. —La negativa de Will sonó con un tono grave. —Fueron ellos los que se arrojaron sobre el peligro, fueron ellos los que actuaron de manera suicida.
—¿”Ellos”? —Matt se puso de pie de un salto. —Cinthya no pilotaba esa nave Will, ella es inocente.
Will se acercó a Matt, le sacaba casi una cabeza de altura por lo que al hablar lo miraba desde arriba.—Entonces no me recrimines a mi, ve a gritarle a ese piloto de pacotilla que se arrojó de cabeza a un enjambre de misiles.
Matt cerró los puños con fuerza —No es posible!
—¿Que no? —Will se cruzó de brazos. —Lo vi todo por el radar EWR de la plataforma, el piloto aceleró hacia los misiles en el momento en que los enganchó.
—«Lo… viste?» —la voz que sonó por los intercomunicadores hizo sobresaltar a los dos amigos
—¿Tass? —Preguntó Will mirando hacia el techo —¿Desde cuando estás escuchando…?
—¡Will! —Exclamó la voz de la joven —!Me dijiste que no habías detectado al VF-17 en el EWR en el momento de lanzar los misiles! ¡Lo juraste!
El joven retrocedió asustado, como si temiese a la voz que provenía desde el techo
—Yo..
Ahora Matt podía ver claramente cómo el sudor perlaba la frente de su amigo ¿Qué demonios estaba pasando?
—Tass no, no fue así..
—Will idiota! ¡Eso lo cambia todo! Si disparaste adrede los misiles contra una nave de la NUNS en el radar no tienes ninguna excusa posible! ¡Había una civil a bordo, van a condenarte por terrorismo!
—¡No! —gritó el joven. —¡No soy un terrorista Tass, yo no sabia que habia una civil a bordo de esa nave! El joven se agachó y quedó de cuclillas mientras se tomaba la cabeza con ambas manos. Matt jamás había visto a su amigo así.
El silencio envolvió la celda como un pesado manto, solo roto por los sollozos del joven acurrucado en un rincón. Matt estaba paralizado y miraba con ojos abiertos la escena sin saber que hacer. Solo el zumbido de su pad pudo sacarlo del trance en que se encontraba.
—Matt, contesta de una puta vez! —se oyó imperiosa la voz de Tass por el parlante.
Matt levantó el aparato y se lo llevó mecánicamente al oído.
—Tass… ¿Que sucede? ¿Porque…?
—Pueden fusilar a Will si lo encuentran culpable del cargo de terrorismo Matt, eso es lo que sucede.
El rostro de Matt se puso tan pálido que parecía de un color grisáceo.
Todos los recuerdos de su infancia, las incontables salidas con su grupo de amigos, las travesuras compartidas. Todos los momentos vividos hasta entonces desfilaron frente a sus ojos.
—Tienes que ayudarlo— dijo con un hilo de voz —¡Tenemos que hacer algo Tass!
—Maldición… ¡Maldición! ¡Maldición! —repetía la joven.
—¿No puedes eliminar los registros, Tass?
Se oyó un golpe sordo, como si Tass hubiese golpeado algo que tuviese cerca. —No soy Hacker Matt, si es a lo que te refieres… apenas soy una simple Emuladora...no, los datos de la red EWR están fuera de mi alcance… solo puedo revisarlos, no puedo modificarlos ni borrarlos… ¡Maldición Will, no puedo creerlo!
Se volvió a escuchar el golpe sordo y el silencio volvió a reinar en la habitación.
—Hay que sacar a Will de la Colonia— dijo finalmente Tass
El joven pelirrojo dejó que el Pad se deslice fuera de su oído. ¿Esa era la solución? ¿Convertir a Will en un fugitivo?
—Tiene que haber otra manera— dijo en voz baja
En ese momento Will pareció reaccionar a la voz de Matt y levantó la cabeza. Tenía los ojos rojos y llenos de lágrimas.
Matt se agachó y puso una de sus manos en el hombro de su amigo. —Vamos a ayudarte, no se como pero no vamos a dejar que esos militares te maten Will.
—No quiero morir Matt, yo no sabia… enserio.
—No te vamos a abandonar viejo, nunca.
Will abrió los ojos y miró incrédulo el rostro de su amigo, entonces se largó a llorar. Matt nunca lo había visto llorar a lágrima viva como lo hacía en ese momento.
—Will….
El joven apartó la mano de su amigo de un golpe —¡No me lo merezco! —gritó de pronto —Soy un traidor Matt, no merezco que me sigan llamando amigo!
—Will…que estas..?
Pero el joven no lo escuchaba. Víctima de un ataque de nervios se había recostado en el piso mientras se abrazaba fuertemente.
—Will…. —Matt estaba destruido. El ver a su amigo reducido a semejante estado era como una lanza clavada en su pecho. Sentia que debia hacer algo pero su cabeza se negaba a obedecerlo. Solo podía estar ahí, parado frente a su amigo, con los puños cerrados y las uñas clavándose en las palmas de sus manos. Completamente impotente de cambiar el destino de sus seres queridos.
La llamada imperiosa de Tass lo trajo devuelta. Se agachó como en sueños y recogió el Pad que había caído minutos antes al piso de la celda.
—¿Matt? ¿Estas ahi?
—Tenemos que hacer algo Tass…. lo que sea, tenemos que salvarlo!
Tass acomodó el auricular en la otra oreja y respiró hondo. —Escucha Matt, lo primero es controlar la situación, hagamos lo que hagamos no ganaremos nada perdiendo la cabeza ¿Me sigues?
—Te sigo.
—Bien, lo primero es analizar la situación con la cabeza fría, evaluar nuestras opciones y elegir lo mejor para Will. ¿Como se encuentra?
Matt miró a su amigo, acurrucado en un rincón había adoptado una posición fetal. Hipaba y sollozaba a intervalos regulares.
—Está teniendo una especie de crisis Tass.
—Me lo imagino. Trata de ver en la oficina del guardia si hay alguna caja o gabinete de primeros auxilios, debería haber algún calmante o algo.
Matt salió de la celda y se dirigió a la pequeña oficina desierta, apenas amueblada con un escritorio, una silla y varios monitores de seguridad. Sobre una de las paredes colgaba un pequeño botiquín blanco al lado de un extintor y un panel de control de vigilancia.
—¿Que debo buscar? —preguntó el joven mientras abría el botiquín y contemplaba las hileras de pequeños frascos y cajas.
—No creo que haya un calmante ahí adentro, pero busca alguna pastilla o gotas para dormir. Tass le pasó a Matt algunos cuantos nombres genéricos de medicamentos hasta que el joven localizó unas gotas que coincidian con lo que estaba buscando.
—Dale diez gotas de eso diluidas en agua Matt— explicó la joven que al parecer había estado consultando la información en alguna base de datos. —Deberían bastar para tranquilizarlo.
—¿Quieres dormirlo? —Preguntó el joven confundido
—Quiero ganar tiempo. Al parecer las comunicaciones de la Red Galaxy estan caidas y estoy segura que Jim no informó de lo sucedido a sus superiores.
—¿No puedes convencer al piloto para que no reporte a Will?
A través del auricular escuchó el suspiro profundo de la muchacha. —Tal vez Matt.. no lo sé… Jim es una buena persona pero tiene un gran sentido del deber. Voy a hablar con él pero creo no es Jim el problema…
—Es Amanda —dijo el joven mientras entraba a la celda. —Si ella se entera de esto…
—No nos apresuremos Matt, resolvamos un problema a la vez.
Will seguía en el mismo sitio asi que Matt se acercó a la mesita auxiliar cerca de la cama y tomó la jarra de agua que se encontraba junto a un vaso de metal. Llenó con cuidado el recipiente y colocó las gotas tal como Tass le había indicado.
—Bébete esto Will —rogó a su amigo mientras lo sostenía firmemente con un brazo alrededor de la cintura.
El joven parecía carecer de toda voluntad, apenas el vaso tocó sus labios bebió el líquido a medida que Matt lo inclinaba para ayudarlo. —Eso es viejo, vas a estar mejor, te lo prometo.
Will sollozó un poco y se recostó nuevamente. Matt suspiró y haciendo uso de todas sus fuerzas levantó a su amigo con dificultad arrastrándolo hasta la cama.
Matt acomodó la almohada bajo la cabeza del joven. Will abrió un poco los ojos y miró a Matt con gratitud. —Harmony está lista, ve y úsala —dijo y se quedó dormido.
Matt se quedó unos momentos viendo como la respiración de su amigo se hacía más pausada y regular. Finalmente salió de la celda cerrando con suavidad la puerta corrediza
—¿Listo? —Preguntó Tass
—Está durmiendo.
—Bien, será mejor dejarlo solo por el momento. Tu ve a almorzar que yo lo vigilaré por el sistema de monitoreo.
—Gracias Tass— dijo el muchacho mientras caminaba por el pasillo que comunicaba los calabozos con la oficina de seguridad. —No sabía.. te juro que no sabia que hacer...
—Confía en tus amigos Matt, eso es todo lo que debes hacer— dijo la joven y cortó la comunicación.