Rebecca supo inmediatamente que algo no estaba bien por la forma en que Amanda quedó mirando la ventana luego de cortar la comunicación.
—¿Amanda…?
Hasta los dedos de Tass habían dejado de golpear el teclado de su consola. La chica no había dejado de trabajar en la terminal desde que Amanda descubriera lo sucedido con Will. Ahora el silencio había vuelto a reinar en la Torre de Control mientras las dos mujeres contenían la respiración.
—Mierda. —dijo Amanda guardando lentamente el Pad en uno de sus bolsillos.
—¿Ese era Evans? —preguntó Tass levantando la vista. La Capitán Kyle dio la espalda al enorme ventanal y caminó hacia su silla. —Rebbie, necesito información del reactor.
La mujer giró la silla en su dirección. —¿El reactor?
—Dame un reporte completo.
—Si Capitan.
Rebecca volvió la silla a su posición de trabajo y desplegó sus manos sobre el teclado. De inmediato invocó en la pantalla central del Puente todas las interfaces de control y diagnóstico del corazón de la Rainbow. Ni siquiera Tass había visto todos los sistemas desplegados al mismo tiempo.
—Reactor en línea, Salida al tres porciento, flujo estable. Sistemas primario, secundario y terciario operativos. Subsistemas de apoyo en línea. Todos los sistemas operativos y listos. ¿Qué es lo que…?
—¿Vas a mover la Rainbow? preguntó Tass sin sacar la cabeza de enfrente de la pantalla que tenía delante. La Capitán asintió. —Es una posibilidad. —dijo.
—Amanda… no puedes mover la Colonia de este lugar sin la autorización expresa de la Directora.
La mujer se cruzó de brazos en actitud desafiante. —¿En serio crees que no lo se? —dijo mirando el gráfico del reactor que en esos momentos flotaba en el centro del proyector de hologramas. —No quiero hacerlo Rebbie, pero tenemos que estar preparadas..
—¿Qué es lo que sucede? —preguntó la mujer morena apagando la interfaz de su estación.
—Evans detectó Sound Energy que proviene del campo… cree que es la misma clase de energía que está produciendo esos cambios corporales en Matt
—¿Desde El Campo…? Eso es…
—Imposible, ya lo se. —contestó la mujer. —No debería haber nada vivo ahí dentro y sin embargo… —la mirada de Amanda se clavó en la muchacha de anteojos. —Tass, te dije que te concentraras en tu trabajo. Busca a Will en el interior y comunicame con él lo antes posible.
La joven suspiró. —Ya te dije que se va a esconder hasta que se vaya Jim, dijo que no volvería hasta estar seguro…
Amanda hizo un gesto con la mano. —No pensé que Will llegara a ese extremo… es un idiota, pero esta vez superó todos los records de estupidez previamente registrados. Debió haber confiado en mí… si tan solo…
La interfaz del holograma cambió nuevamente y el globo azulado del radar de vigilancia volvió a ocupar su lugar en el centro de la Torre de Control.
—¿Comunicaciones? —preguntó la mujer.
—Sin retornos Amanda. —respondió Rebecca revisando su pantalla. —Ultimo ping recibido hace setenta y tres horas, veintitrés minutos.
—¿Alguna comunicación de la Barrow?
—Nada.
Amanda se sentó en su silla de mando con un gesto de cansancio. —Eso es lo que más me preocupa. —dijo mirando el enorme globo azul. —Leonardo ya debería haber respondido a nuestros mensajes…
Rebecca giró la cabeza en dirección a la mujer. —Gray me dijo que el viejo y su estación estaban bien cuando vinieron hacia aquí…. creo que te preocupas demasiado.
—Preocuparme es lo que mejor se hacer. —respondió. —Deberían aprender a cuidarse solos de una buena vez. —Dijo mirando a la nerviosa Tass. La muchacha continuó deslizando sus manos por la interfaz holográfica y mantuvo la boca cerrada.
—¿Qué es lo que piensas hacer Amanda?
—Primero, encontrar a Matt. —dijo.
—¿Encontrar? ¿A Matt? —preguntó Rebecca confundida.
—No está en el Salón de Actos y al parecer ha desconectado su Pad. Evans cree que el chico está en alguna parte de la Colonia junto a la inspectora Ross, pero ella tampoco contesta sus llamados.
—Oh!
—Debemos encontrarlo pronto y ponerlo bajo observación. Si se produce un cambio brusco en su organismo, tenerlo cerca de cuidados intensivos podría salvarle la vida.
Rebecca se quitó los auriculares y miró preocupada a su Capitana. —¿No podemos simplemente aislarlo de esas emisiones de energía?
Amanda negó con la cabeza. —No. —dijo. —Evans dice que la Sound Energy se transmite por el espacio dimensional. No hay ningún material que pueda aislarte de esa clase de emisiones… solamente la distancia podría amortizar sus efectos sobre Matt.
—Y por eso quieres mover la Colonia.
—Al menos unos cuantos miles de kilómetros más lejos del Campo… la falla alrededor de la anomalía absorbe casi toda emisión dimensional, si nos alejamos un poco más podría disminuir drásticamente.
La mujer morena asintió. —La Directora seguro lo aprobaría pero…
—Estamos atados de manos hasta no restablecer las comunicaciones. —dijo suspirando.
Amanda se sentía cansada, cansada como nunca se había sentido en tantos años de trabajo a los mandos de aquella ciudad… bueno, en realidad eran apenas algo mas que un poblado en medio del espacio y sin embargo, aquellos colonos eran su pueblo, su mundo.
—Estamos tan cerca. —dijo la Capitán Kyle sacudiendo la cabeza. —No podemos bajar los brazos justo ahora. No, hagamos un último esfuerzo. —dijo mientras se levantaba. —Tass, olvídate de Will, es hora de reorganizar nuestras prioridades.
La joven dejó de teclear y giró la cabeza en dirección a Amanda.
—Será mejor que trabajes en tu IA, yo me encargaré de Will. —dijo mientras se acercaba a la joven y ponía una mano en su hombro. —Déjalo todo en mis manos.
Tass asintió en silencio y se levantó de la estación sin decir una palabra. Acto seguido hizo una sutil reverencia y abandonó la Torre de Control por la puerta Principal.
—Oculta algo. —sentenció Rebecca desde su puesto.
—Tass es demasiado sincera. —respondió Amanda suspirando. —Apostaría mi gorra a que algo más se esconde detrás de esta “fuga”, pero sea lo que sea no tengo tiempo de preocuparme por Will ahora.
—Matt.
—Si, Matt… es uno de los huérfanos de la flota 37 y mi obligación es protegerlo hasta que sea lo suficientemente mayor para elegir su propio destino.
—Creo que él ya ha empezado a hacerlo Amanda. —respondió Rebecca señalando el icono de la pantalla que mostraba al contacto del chico fuera de línea. —Sea lo que sea que esté haciendo con la Inspectora, no creo que le interese tu opinión al respecto.
—Cinthya Ross. —Amanda pronunció el nombre como si de un acertijo se tratara. —¿Crees en el destino Rebbie?
La mujer hizo un gesto de indiferencia con la mano. —A estas alturas de mi vida, esas cosas no me preocupan…. y a ti tampoco deberían. —agregó dirigiendo una mirada cómplice a su superiora.
Amanda sonrió. —por supuesto siempre tienes razón Rebbie. —dijo sacando el Pad de su bolsillo. —No vale la pena preocuparse si algo ya está definido de antemano, lo importante es estar preparados para lo inevitable. —Quinn.
Rebecca levantó la vista. —¿A quien había llamado Amanda? Nunca había escuchado de ese nombre en la Colonia.
—Quiero que estés en tu puesto en cuanto puedas… no, no ha ocurrido nada pero estoy intranquila. De acuerdo. —La mujer cortó la comunicación y miró hacia las estrellas mientras guardaba el aparato en su bolsillo.
—¿Quien…?
—Nada, tu no te preocupes. —Contestó la Capitana Kyle. —Solo que a mi tampoco me gusta dejar que otros decidan por mí lo que hay que hacerse. Pase lo que pase voy a estar preparada Rebbie.
La mujer asintió en silencio y volvió la vista hacia la pantalla de su terminal. —Tengo la ubicación de la última conección del Pad de Matt a la Red de la Colonia. ¿Enviamos un drone allá?
—¿Donde es eso? —preguntó Amanda.
Un sector en el enorme mapa interno de la nave se desplegó ante las mujeres. —Acceso T-14, Nivel 23.
Amanda sacudió la cabeza. —El acceso periférico, si esos dos van para el hangar eligieron la ruta más larga. Ponme en los altavoces de ese sector, no quiero alarmar al resto de los Colonos.
Rebecca activó un comando y una pequeña luz roja se activó sobre la pantalla central de la Torre de Control. La Capitán Kyle activó el trasmisor de su oreja izquierda y habló en voz alta.
—Matt, aqui Amanda. Necesito ponerme en contacto contigo, es importante.
Las mujeres guardaron silencio mientras los minutos transcurrían. Al cabo de un rato era evidente que el joven no iba a responder al llamado.
—Maldición. —dijo Amanda llevándose la mano a la frente. —¿Qué demonios estará haciendo ese chico?
—¿Crees que está…?
La mujer sacudió la cabeza. —No, si hubiese pasado algo Cinthya se hubiese puesto en contacto con nosotros. Esos dos nos están esquivando deliberadamente. Esto no me gusta nada. Envía al Drone de seguridad.
Rebecca abrió una pequeña pantalla de video y la ubicó frente a su terminal. —¿Lo vuelo yo?
—Por favor.
La mujer movió las manos sobre el panel y una interfaz holográfica se desplegó sobre sus manos, proyectando dos esferas de control alrededor de cada muñeca de la operadora. —No podemos usar el drone estando las puertas de la vía periférica cerradas, intentaré adelantarme y cortarles el paso sobre las pasarelas que dan acceso al muelle central.
Amanda asintió y observó atentamente como Rebecca volaba el pequeño robot por los diferentes tubos de acceso. El Drone era rápido, pero el camino daba muchas vueltas, especialmente alrededor de los bloques que rodeaban el hangar principal.
Pasaron varios minutos mientras las dos mujeres observaban atentamente los monitores.
—¿Habrán llegado ya al hangar? —se preguntó Amanda mientras hacía un gesto con la mano para abrir otra ventana. Seleccionó una de las cámaras de seguridad y activó la visión térmica.
Solo una tenue fuente de calor se destacaba dentro del enorme espacio vacío del hangar principal y Amanda no tuvo problemas en identificar la forma en que los materiales especiales del traje de vuelo disminuían notablemente la firma calorífica.
—Jim. —dijo la Capitán Kyle acercando la cámara. —Esta otra vez junto a su avión.
La cámara realizó una acercamiento al avión y claramente pudo verse cómo las varias capas de blindaje dañados por la terrible arma de energía dimensional reflejaban diferentes niveles de radiación.
El Teniente estaba sentado dentro de la cabina de su avión consultando algo en el Pad. Al parecer no tenía otra cosa que hacer que quedarse a la espera de la llegada de sus superiores, o a lo mejor estaría aguardando la reanudación de las conexiones. ¿Habría podido enviar el reporte de lo sucedido en el Campo? Seguro que no, el apagón de datos se había producido unas pocas horas después del incidente…. tal vez...
—¿Pero que rayos…?
Amanda giró la cabeza en dirección a la desconcertada Rebecca —¿Que sucede?
La mujer sacudió la cabeza mientras señalaba la pantalla en negro. —Acabo de perder la señal del drone.
—¿Perder? ¿Te estrellaste contra algo?
Rebecca chasqueó la lengua. —No me compares con Hal, yo si sé manejar estas cosas. Estaba entrando al área 22b cuando la señal se cortó de pronto.
—Más contratiempos. —Amanda se quitó la gorra y se rascó la cabeza. —¿Hay algo más que pueda salir torcido el dia de hoy? —preguntó en dirección al enorme globo azul del centro de la estancia.
—Yo que tu no hubiera dicho eso. —contestó la mujer cerrando la pantalla de video. —Voy a reiniciar mi terminal a ver si recupero el control del Drone.
—Llamaré a Hal, tal vez pueda decirnos algo sobre eso aunque es raro, hoy lo usamos para buscar a Tass y funcionó perfectamente.
Amanda volvió a sacar el Pad de su bolsillo pero no llegó a marcar el contacto en la pantalla. La puerta de entrada a la Torre de Control se abrió de repente y una joven entró corriendo al mismo.
Rebecca reaccionó inmediatamente, levantándose con un rápido movimiento mientras extraía una pistola de debajo de la terminal.
—¡Alto o disparo! —gritó mientras quitaba el seguro y apuntaba al pecho de la desconocida.
La joven de anteojos y cabello castaño echó una mirada despectiva a la pistola y volvió su vista a Amanda.
—¡No está! —gritó.
—¡Quinn! ¡No puedes entrar aquí!
—¡No está! ¡Alguien se lo llevó! —volvió a gritar acercándose a la Capitán. Rebecca dio un paso adelante pero Amanda levantó un brazo y se interpuso entre su compañera y la misteriosa joven.
—Baja el arma Rebbie.
—Pero Capitán….
—Baja esa arma antes que termines lastimada. —dijo mientras arrojaba una mirada penetrante a los ojos negros de Rebecca. —Es una orden.
La mujer morena obedeció, dando un paso atrás mientras mantenía el arma bien agarrada con ambas manos.
Amanda volvió la vista hacia la recién llegada —Calmate Quinn, no entiendo lo que..
—¡Se han llevado mi VF-19! —gritó la joven al borde de las lágrimas.