Chatarra

103

El estruendo era ensordecedor. Restos de metales continuaban cayendo sobre la pila en llamas mientras el humo negro del combustible quemado se expandía por el techo y comenzaba a extinguir las luces blancas, tiñendo aún más al hangar con la luz roja del incendio.
Las alarmas sonaban por doquier y todos los presentes aprecian haber quedado paralizados en sus sitios. Solo cuando una serie de postes de metal de más de dos metros de alto comenzaron a emerger de varios puntos del hangar a la vez que comenzaron a rociar una espuma retardante sobre las llamas, entonces pudieron reaccionar.
El primero de ellos fue Ralph quien se llevó las manos a la cabeza mientras se mantenía a unos pocos pasos (de Zentradi) de los restos de lo que había sido una enorme parte de la nave de transporte que colgaba de una de las grúas principales del hangar. Del caza de Jim no se veía absolutamente nada, todos eran hierros retorcidos y metales incandescentes.
—Mierda… ¡Mierda! —gritaba el gigante dando pasos de un lado a otro sin dejar de tomarse la cabeza. —¡Esto no puede estar pasando!

Matt había depositado a Cinthya en el piso metálico a una distancia segura. La joven se había quedado sin habla contemplando las llamas, como si aún no comprendiera lo que estaba pasando. El joven colocó con cuidado una de sus enormes manos robóticas sobre el hombro de la inspectora sin saber que mas hacer.
—Jim. —solamente atinó a decir Cinthya sacudiendo la cabeza. —El no…. El no está realmente ahí abajo…¿Verdad?
Matt sintió que el corazón se le destrozaba.
—Jim… —volvió a repetir mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

La furia de las llamas y el humo que surgía del incendio había transformado por completo el viejo hangar. El sistema de control atmosférico de la Colonia hacía lo posible para purificar el aire contaminado de la zona y los enormes ventiladores ubicados en techos y paredes comenzaron a rugir furiosamente mientras succionaba el humo para filtrarlo lo más rápido posible. Una ligera neblina proveniente de los miles de litros de agua y espuma que los sistemas antiincendios arrojaban sobre las llamas comenzó a formarse por sobre el piso de metal.
Pasaron algunos minutos más de incertidumbre hasta que algunos vehículos de emergencia comenzaron a llegar por la vía de acceso principal. Muchas de las esclusas de incendio siguen levantadas y los equipos de bomberos debieron tomar varios desvíos para llegar a la base donde el siniestro se había producido. 
Ralph se apartó mientras los hombres bajaban de los vehículos y se acercaban a los restos llameantes.
—¡Ralph! —gritó el Capitán del grupo. —¿Que mierda pasó ahí? ¿Hay…?
—El piloto de la NUNS está ahí abajo. —dijo el gigante señalando la pila de desechos.
El hombre no contestó y volvió corriendo hacia donde los demás bomberos desenrrollaban las mangueras y las conectaban a las tomas ubicadas en las zonas marcadas en el piso del hangar.
Ralph retrocedió varios pasos más para no estorbar a los hombres. Apenas podía resistir el impulso de saltar entre los restos para alcanzar los restos del caza pero su entrenamiento y sentido común prevalecieron. Toda la escena volvió a reproducirse frente a sus ojos con estremecedora claridad.
El piloto había sido aplastado por una sección entera de la Stellar Whale que había caído exactamente donde estaba estacionado el caza. Eso no podía ser una casualidad…
Una señal de aviso sonó en sus auriculares y distrajeron momentáneamente al gigante de sus pensamientos.
—¡Hal! ¡Nyx! ¡Reporte!
—¿Que mierda está pasando jefe? ¡Toda la Colonia se ha vuelt….! —una ensordecedora descarga de estática hizo que las últimas palabras del hombre se perdieran incluso para el sensible dispositivo de audición.
—¡Dije REPORTE! —gritó Ralph por sobre el rugido de las mangueras y los ventiladores del sistema de purificación.
—¡Estamos listos para salir Ralph! —gritó Nyx por la radio. —¡Las comunicaciones son un desastre y tuvimos que reiniciar la computadora de navegación dos veces! ¿Que está haciendo la Torre de Control? ¡No nos han enviado los planes de vuelo!
Ralph no necesitó escuchar más. 
—Salgan en cuanto la compuerta se abra, no esperen a ningún plan de vuelo.
—Pero Ralph eso es contra el pro-
—!Hagan lo que les digo!
La comunicación se cortó pero Ralph estaba seguro que sus hombres harían exactamente lo que les había ordenado. Una nueva explosión sacudió el hangar y el gigante retrocedió aún más ante la ferocidad del incendio.
En ese momento recordó a Matt y a la Inspectora.
—¡Matt! ¡Cinthya! —gritó mientras buscaba en la dirección donde había visto por última vez a los jóvenes.
Matt escuchó la estruendosa voz y levantó la vista mientras continuaba abrazando a la inspectora. 
Con dos zancadas el gigante estuvo de pronto al lado de ellos.
—¿Están bien? —preguntó mientras se arrodillaba ante ellos. —¿Algún fragmento los alcanzó?
—Estamos bien Ralph. —dijo Matt sin apartar la vista de los enormes ojos del gigante.
—Gracias a dios… ¡Tienen que salir de aquí de inmediato! ¡Esta zona es muy peligrosa! ¿Puedes llevar a la inspectora hasta el refugio más cercano? Hay uno en el bloque D-Cuatro bastante cerca de aquí.
—D cuatro… entendido. —repitió el muchacho.
—Bien… luego me dirás de donde sacaste esa cosa pero me alegro que la hayas tenido o ahora estarían ustedes tambien abajo de ese infierno.  —dijo señalando las llamas.
—Ralph… el piloto está…
El gigante asintió con la cabeza. —Llévate a Cinthya lejos de aquí, por favor Matt…
En ese momento un sonido familiar se escuchó en el enorme hangar por sobre el rugir de las sirenas y llamas..
La baliza de la compuerta de entrada principal se había activado. Una nave estaba entrando a la Colonia.

 

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En el texto hay: drama, mechas, macross

Editado: 01.03.2021

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