Las luces internas del módulo se habían atenuado hasta casi desaparecer por completo. En la opinión de Tass, la luz que provenía de las hileras de servidores y de los monitores que las rodeaban eran más que suficiente.
El puesto de control donde ambas chicas trabajaban (Aunque en realidad Mina solo estaba sentada sin hacer nada) estaba rodeado de pantallas que rotaban lentamente alrededor del sillón desde donde Tass comandaba aquel intento de contraataque a la Red Rainbow.
Poseian una limitada cantidad de poder de procesamiento a su disposición, pero Tass lo utilizó sin desperdiciar un solo bit de cada una de las obsoletas unidades de cómputo que conformaban aquella enorme pieza de ingeniería.
Tass trabajaba en silencio, solo de vez en cuando emitía algún que otro resoplido de frustración, pero pese a la endeble posición en la que se encontraban era evidente que la joven estaba haciendo progresos.
Sus dedos no hacían ruido al interactuar con el teclado holográfico, pero la interfaz de la terminal creaba un pequeño “feedback” audible cada vez que los veloces dedos de la joven pulsaban una tecla.
—¡Ahhh! —exclamó en un momento de frustración especialmente intenso. —¡Esto no sirve!
Mina tuvo un sobresalto al escuchar a su amiga. El ronroneo de los ventiladores del sistema de enfriamiento y la penumbra casi habían logrado sumirla en un sueño intranquilo, donde el rostro de Matt aparecía una y otra vez.
—¿Estas bien Tass? ¿Sucede algo…?
La muchacha de lentes y cabellera rubia se echó hacia atrás en su sillón reclinable y extendió los brazos por detrás de su cabeza. —Es tan…. difícil. —dijo angustiada. —Esto no tiene ni pies ni cabeza.
Mina miró primero a su amiga y luego la pantalla que flotaba frente a ella —Creo… creo que deberías descansar un poco Tass.
—¿Descansar..? —La joven suspiró agotada. —Sí… me encantaría, pero no tenemos tiempo Mina… cada segundo que pasa es un segundo en el que ellos ganan terreno. No podemos darnos el lujo de dormir en un momento como este…
Mina colocó su mano sobre el hombro de su amiga. —Tass… —dijo con mirada triste. —No sirve de nada que te mueras sobre ese teclado… TIENES que descansar un poco.
Tass sonrió y se acomodó los pequeños lentes sobre la nariz con el dedo índice. —Supongo… supongo que tienes razón. —reconoció encogiéndose de hombros. —Pero más que descanso… lo que yo necesitaría ahora es una buena taza del café que hace Brad…
Las dos amigas se rieron juntas de aquella idea.
—Lo que me recuerda… —el rostro de Mina mostraba una sombra de preocupación ahora. —Lo que me recuerda que no tenemos nada para comer y beber….
Tass se cruzó de brazos mientras giraba lentamente en su sillón. —Por la comida y bebida no te preocupes. —dijo.
—¿A qué te refieres?
—Podemos usar los refugios de emergencia que hay repartidos por toda la Rainbow. Hay al menos unos cinco por cubierta y en cada uno de ellos hay raciones de emergencia y agua para sobrevivir varias semanas, pero...
Mina asintió con la cabeza. —¿Pero….?
—Si abrimos uno de ellos es muy probable que ellos sepan dónde estamos. —aseguró la joven. —Amanda no mantiene al cien porciento operativa toda la nave, pero los refugios reciben mantenimiento anualmente y están siempre listos para una emergencia, sea en la parte de la Rainbow que sea.
—Los usaremos como último recurso entonces. —dijo Mina angustiada.
Una de las pantallas se iluminó y flotó rápidamente hacia Tass. La joven se enderezó en la silla y volcó toda su atención hacia los símbolos que se proyectaban a escasos centímetros de sus lentes.
—¿Es algo importante?
La joven asintió con la cabeza. —Si, son rastros de un log que pude extraer de un banco de memorias inactivo… algo así como restos de información que quedan cuando se apagan las computadoras que los usan.
Mina estaba sorprendida. —¿Puedes hacer eso?
—Si, es la única forma de extraer información sin que sepan que estamos husmeando. Son rastros “fríos” pero algo es mejor que na… espera.
Tass movió el dedo índice por la pantalla y una sección de los datos quedó recortada, inmediatamente los separó y pegó en una nueva ventana, expandiendo el segmento en media docena de columnas de datos diferentes. —Aquí hay algo.
Mina observó la pantalla con curiosidad pero no comprendía nada de lo que veía.
—Esto es parte de un controlador de un servomotor de válvula de presión de un sistema secundario. La CPU que controla el estado y funcionamiento de la válvula fué usada por los invasores durante el Floodeo (1) de saturación al inicio del ataque informático.
—Ajá… —respondió Mina sin entender ninguna de aquellas palabras.
—Los comandos fueron enviados desde la misma Computadora Central, lo que significa que el sistema ya estaba comprometido desde mucho antes del ataque y… ¿Eh?
Una línea de texto captó su atención, luego de resaltarla y ampliarla el rostro de Tass mostraba una sorpresa absoluta.
—¿Green? —preguntó a la pantalla.
Mina miró el texto y luego a su amiga —¿Green?
Tass se quitó los lentes y se pasó la mano por el rostro, como tratando de quitar el cansancio de sus ojos. —Es… un programa que conozco y que no debería estar aquí. —dijo mientras volvía a colocarse los lentes. —Es algo… inesperado.
—¿Es algo… malo? —preguntó Mina.
—No… bueno… al menos creo que no. —dijo cruzándose de brazos. —No esperaba encontrar signos de actividad de ella a estos niveles tan… “profundos”.
Mina miró a su amiga confundida. —Parece como si estuvieras hablando de alguien y no de un programa…
—Es… bueno, algo asi. —respondió la joven abriendo los ojos. —Es una IA en la que estoy trabajando hace un tiempo.
—¿Una Inteligencia Artificial? —Mina estaba sorprendida. —No sabia que te especializaste en esa rama…
—En realidad podríamos decir que la IA es una Emulación de la Inteligencia Humana. —respondió Tass guiñando un ojo. —En ese caso si entra en mi campo de conocimiento.
Las pantallas volvieron a parpadear y mas información fue desplegada ante los inquisitivos ojos de la joven. —Green es… no se como explicarlo de forma satisfactoria… digamos que es algo más que una IA, es parte de un proyecto muy importante para mi y unos amigos, no debería hablar mucho de ello en realidad.
Tass no parecía estar demasiada dispuesta a hablar de ese tema y Mina comprendió que era mejor no presionarla. —No te preocupes. —respondió la joven con una sonrisa.
—En fin… lo importante de esto es lo siguiente. —dijo señalando la sucesión de datos resaltados en la pantalla. —Son los “Cookies” que Green deja en los registros del sistema cada vez que su sinapsis neuronal hace un salto en la red.
—¿Sinapsis..? ¿Como en un cerebro?
Tass asintió. —Las redes neuronales son una forma de emulación del cerebro humano. La metodología del intercambio de información es similar al proceso de “disparo” de las conexiones de un tejido neuronal biológico… cada vez que una unidad de información llega a uno de estos nodos (Por ejemplo, el de esta unidad de control de válvula de presión), se produce una “chispa” de datos que direcciona al siguiente conjunto de datos relacionado en la misma red. Estas pequeñas “Cookies” son los registros de cada una de esas sinapsis que Green deja tras sí a medida que procesa cada una de sus “experiencias” en la red.
—¿Algo así como un rastro?. —Pregunto Mina.
—Digamos que si… es apenas un trozo de memoria que desaparece con el tiempo… de hecho si yo no la hubiera extraído de ese banco inactivo de memoria, muy probablemente se hubiese borrado por la mañana en cuanto la computadora hubiese reiniciado su rutina de inspección.
Ahora fué la propia Mina la que se cruzó de brazos. —Entiendo. —dijo. —¿Pero por qué te sorprendió encontrar eso aquí?
—Primero y principal porque estamos frente a un banco de memoria de muy bajo nivel… las máquinas y sistemas del Interior casi no se usan y suelen activarse solo unas pocas veces al año y solo por motivos de mantenimiento. Los procesos de análisis y comprensión de datos de Green utilizan los sistemas informáticos de la Red Rainbow para formar la Red Neural que potencia su aprendizaje, pero su capacidad de procesamiento es enorme… solo los servidores locales de la Intranet de la Colonia son más que suficientes para todos los cálculos que Green necesita para su rutina… Utilizar también el poder de procesamiento de estas computadoras… eso no debería haber ocurrido.
Mina asintió en silencio.
—No estoy del todo segura… pero creo tener una idea bastante clara de lo que pasó aquí. —Tass se inclinó hacia delante mientras los números llenaban toda la pantalla con una cortina de pequeños caracteres verde esmeralda. —Esos hijos de puta tomaron el control de todo o una parte del núcleo central de proceso de la Rainbow y lo utilizaron para tener acceso a la mayor cantidad de “Bots” de la Colonia a fin de aumentar la efectividad del ataque.
—¿Bots?
—Computadoras bajo su control.. algo así como “Zombies”. Básicamente tomaron el control de la mayor cantidad de computadoras de la Rainbow (incluidas las del Interior) y lanzaron su ataque de saturación haciendo que todas y cada una de ellas lanzara millones de datos simultáneamente hacia nuestra Torre de Control. Creo que fué durante el ataque donde Green accedió también a estos mismos sistemas… si, en efecto los tiempos del registro coinciden.
El teclado holográfico volvió a desplegarse ante la joven y comenzó a introducir una serie de instrucciones en la pantalla. —Es posible que sea solo una casualidad… pero con todo lo que ha pasado en la Rainbow en la última semana… no, definitivamente esto no es obra del azar.
Dos nuevas pantalla aparecieron sobre la cabeza de la joven. Tass estiró un brazo y arrastró una de ellas hasta colocarla a su derecha a la altura de la vista. —Tengo un plan.—dijo sin sacar los ojos de ambas pantallas. —Necesitamos acceder directamente al centro de cómputos de la Rainbow.
—¿Una forma directa? —pregunto Mina. —¿Quieres decir ir nosotras hasta allí?
—Eso sería lo ideal pero… —La chica volvió a acomodarse los lentes. —De seguro el acceso está vigilado día y noche, ni siquiera podríamos acercarnos a la base de La Torre sin que nos descubrieran… no, hay otra forma mucho más simple.
—¿Cual es?
—Necesitamos… encontrar un cable en el Interior. —contestó Tass señalando hacia el fondo del módulo. —Es una conexión directa al núcleo que Will me ayudó a montar hace un tiempo. Si podemos encontrar ese cable y conectarlo a una terminal de datos podría hacer un ataque sorpresa y tomar el control momentáneo, sellar el acceso exterior y evitar que esos hijos de puta puedan volver a utilizar la Red contra nosotros.
Mina recordó todo el trayecto que habían seguido desde el acceso elevado a través de los enormes tuneles que desembocaron en la cubierta con la grúa donde se encontraban. —Hay… millones de cables ahí afuera, en pisos, paredes y techos… ¿Como sabrás cual es el que necesitas? —preguntó preocupada.
Tass se encogió de hombros. —Lo encontraré, no se como pero estoy segura que un cable de red blindado relativamente nuevo debe sobresalir bastante entre los viejos cables que hay por estas zonas. Es una suerte que seamos dos pares de ojos los que buscan y no…
De pronto las luces se apagaron y Tass reaccionó violentamente.
—¡Oh mierda! —gritó mientras estiraba el brazo y de un solo movimiento desconectaba un grueso cable de una de las terminales.
—¡Tass! —gritó Mina en la oscuridad. —¿Que…?
—Nos han descubierto… creo. —murmuró la joven con un hilo de voz.
Los segundos pasaron lentamente en aquella opresiva oscuridad mientras ambas chicas contenían el aliento. Entonces de pronto una luz azul comenzó lentamente a iluminar la angosta cámara.
—Tass… —Mina estaba aterrorizada e instintivamente había abrazado a su amiga. —¿Que está sucediendo…?
La joven de anteojos no contestó, solo observo mientras aquel extraño holograma comenzaba a tomar forma en el centro del módulo. Al principio era solo un conjunto de figuras geométricas sin sentido, pero a medida que los datos empezaron a entrar más rápidamente, una figura tridimensional empezó a surgir entre aquella especie de niebla pixelada.
Al cabo de unos segundos una figura femenina fue perfectamente visible para ambas jóvenes, quienes presenciaban la escena con una mezcla de fascinación y temor incomprensible.