El traje adaptó su modo de vuelo al entorno de microgravedad que de repente se formó alrededor casi de forma inmediata.
Matt no pudo adaptarse a la misma velocidad que la de su Ex-Gear y salió disparado desde la cubierta dando vueltas como un trompo dejando una estela de condensación en forma de remolino tras sí.
Por fortuna la columna de aire ascendente lo envolvió y evitó que se estrellara contra las paredes del profundo pozo, pero ahora se encontraba completamente mareado y sin el control de la dirección que llevaba. Los gritos de Cinthya hicieron eco en las paredes de metal y resonaron en los oídos del chico. Con un esfuerzo sobrehumano logró enderezar la armadura y una vez que el sistema automático compensó los giros descontrolados y detuvo la rotación pudo volver su cabeza hacia arriba.
Cinthya era apenas un puntito que se alejaba rápidamente hacia el techo a casi doscientos metros de donde estaba Matt. Sin dudar un segundo el chico aplicó la mitad de la potencia y salió disparado en su persecución.
Volar en microgravedad era toda una experiencia nueva para el. Como parte de los ejercicios anuales que se realizaban en la Colonia era menester tomar uno de los cursos de movilidad en gravedad cero, donde se aprendía a mantener el balance y las diferentes técnicas para moverse mediante el uso de las fuerzas de acción y reacción que dominan esa clase de ambientes.
Pero aquella armadura tenía sus propias reglas, tenía que aprender deprisa o estrellarse contra algo.
Una vez que su ascenso estuvo controlado comenzó a aplicar velocidad en forma de pequeños impulsos. En microgravedad había muy poca resistencia, apenas el aire que rodeaba, pero sin la fuerza que actuaba en la dirección opuesta hacia donde soplaba aquella poderoso corriente de viento, corría el riesgo de acelerar demasiado y estrellarse contra el final del túnel. No, debía acercarse a Cinthya de forma controlada.
El pozo se había convertido en un túnel oscuro. Al no existir ya un «Arriba» o «Abajo» Matt avanzaba por lo que parecía ser un gigantesco tubo lleno de grúas, andamios y toda clase de objetos que se interponian en su camino. El chico aceleró aún más ante el temor que Cinthya golpeara con su cabeza alguna de aquellas estructuras que se abrían sobre el abismo, si llegaba tarde…
La distancia comenzó a reducirse, así como el espacio libre por el que ambos podían volar sin chocarse contra algo. Las luces del traje alumbraban los obstáculos que aparecian repentinamente por delante del chico con unos pocos segundos de margen de acción para evitar el choque.
Cincuenta metros, las luces del traje iluminaron la falda de la joven que revoloteaba presa del fuerte viento.
—¡Cinthya!
La inspectora no pareció oírlo, pero era difícil decirlo ya que estaba cayendo ¿Cayendo? sin control a medida que daba vueltas sobre sí misma. Matt aplicó nuevamente un poco más de velocidad y redujo la distancia a apenas una decena de metros.
—¡Mueve tus piernas! ¡Estabilizate!
Para su alivio la joven comenzó a balancear sus piernas, como dando pequeñas patadas. Era uno de los ejercicios más básicos sobre movimientos en microgravedad y al parecer Cinthya lo había recordado repentinamente. Lentamente su cuerpo dejó de girar sobre si mismo y tras unas pocas patadas más la joven quedó relativamente estable a medida que caía por aquel túnel.
Apenas cinco metros los separaban. Matt extendió la mano y se acercó aún más. Por un breve instante pudo ver la ropa interior de la joven en cuanto una ráfaga de viento infló la falda desde abajo.
—¡Matt!
Cinthya giró sobre sí misma mientras se cubría la falda con ambas manos. —¡Ayudame! —exclamó al ver a su amigo acercándose lentamente.
—¡Toma mi mano! —gritó el chico extendiendo el brazo mecánico de la armadura. —Todo va a salir bi-… ¡Hazte bolita! ¡Rápido!
Por suerte Cinthya no lo dudó demasiado. Se cubrió la cabeza con las manos y se hizo un ovillo lo más pequeño que pudo, en ese momento ambos jóvenes se precipitaron entre una serie de andamios entrecruzados que formaban una especie de enrejado que cubría ambas paredes de lado a lado en el túnel. Milagrosamente Cinthya pasó a escasos centímetros de los peligrosos hierros y tubos que formaban aquella estructura.
Matt no tuvo tanta suerte. Su voluminosa armadura colisionó contra el andamiaje a toda velocidad, destrozando todo a su paso.
—¡Maaaat! —gritó la joven mientras extendía sus brazos.
Los pedazos de madera y tubería rota frenaron el avance del chico, pero tras despejar el obstáculo Matt volvió a acelerar a fondo y se lanzó tras Cinthya en medio de una lluvia de desperdicios.
Esta vez había acelerado demasiado y la distancia se redujo en un abrir y cerrar de ojos. Matt solo tuvo una oportunidad y no lo dudó. Extendió ambos brazos y se preparó para atrapar a la escurridiza joven. —¡Sujetate! —gritó.
Cuando solo un par de metros lo separaban de la joven, Matt se dió vuelta y mientras atrapaba suavemente a Cinthya por la cintura utilizó los impulsores de sus piernas para frenar la velocidad.
Toda la basura y chatarra que venía junto a ellos comenzó a pasarlos a toda velocidad y a impactar con fuerza en las alas del EX-Gear. Matt aulló de dolor al sentir los golpes en su espalda, pero se mantuvo en la misma posición protegiendo a la indefensa joven de los mortales proyectiles que no cesaban de impactar.
—¡Matt!
Con un terrible esfuerzo el chico se movió despacio fuera de la trayectoria de la basura, acercándose a una de las paredes mientras mantenía firmemente ambos brazos alrededor de Cinthya.
—¿Estás herida? ¿Te golpeó algo? —preguntó tratando de examinar a la joven. Cinthya respiraba agitadamente mientras sus cabellos revoloteaban descontroladamente frente su rostro. —No… creo que no… —dijo.
De pronto Matt levantó la cabeza y miró hacia ambos lados.
—¿Qué sucede?
—Una explosión… allá abajo.
Ambos se dieron vuelta lentamente y escudriñaron las tinieblas que habían quedado tras ellos. Allá a lo lejos, pequeños flashes de luz brillaban como diminutas luciérnagas lejanas.
—¿Qué está pasando…? Matt.
—Creo que son… espera… ¿No lo escuchas? Siento como si…
Algo blanquecino apareció entre las tinieblas y una intensa ola de aire caliente hizo que salieran despedidos hacia atrás.
—¡Matt!
Algo más se escuchó entre los gritos de Cinthya, era otro grito de terror, aun mas desesperado...
—¡Ayudaaaaa!
Fue solo una fracción de segundo, de pronto los ojos de Mina, Matt y Cinthya se cruzaron durante el breve instante que tardó la indefensa joven en pasar volando a toda velocidad junto a ellos
—¡Matt!
—¡Minaaa!
El joven aplicó toda la potencia al Ex-Gear y la armadura salió disparada con una brillante explosión dorada. No había tiempo que perder y el peso extra de la inspectora hacía imposible tratar de llevar un impulso controlado. Matt estaba desesperado y actuó en consecuencia.
—¡Minaaaa!
Esquivó como pudo los numerosos desechos que avanzaban junto a el en todas direcciones. Enormes trozos de metal y restos de pasarelas golpeaban por todos lados los miembros de su armadura. Matt cruzó un brazo sobre Cinthya para protegera de los escombros y extendió el otro libre para tratar de atrapar a la joven que se agitaba desesperadamente solo unos metros más adelante.
Estaban llegando al final del túnel. Una enorme malla de metal cerraba el paso y era perfectamente visible. Miles de fragmentos, basura y metal había chocado contra la barrera, creando una especie de tapón enorme erizado de púas, trozos de metal y restos afilados. Si Mina golpeaba contra eso…
Matt aceleró, ya no importaba nada. Si no podía alcanzar a Mina entonces los tres se estrellarian contra el fin del túnel. No podía permitir que eso ocurriera.
Por suerte Cinthya parecía opinar lo mismo. Incorporándose mientras se agarraba de uno de los brazos de la armadura, se estiró lo más que pudo y estiró su propios brazos hacia Mina. —¡Sujetate!
El fuerte viento hacía que los tres jóvenes se sacudieran y balancearan peligrosamente. Cinthya estiraba su mano y lo mismo hacia Mina, pero el viento era demasiado intenso, sus dedos apenas podían tocarse brevemente mientras la enorme reja y los desechos parecían venirseles encima.
Con un grito desgarrador Cinthya se dió un impulso con las piernas usando el pecho de la armadura como punto de apoyo y se arrojó sobre Mina, abrazándola fuertemente.
Matt estiró el brazo y tomó firmemente el tobillo de la joven antes que se alejara demasiado.
—¡Sujétense fuerte! —gritó mientras giraba sobre sí mismo y apuntaba sus piernas en dirección a la basura.
Jaló de las dos chicas mientras disparaba sus propulsores a toda potencia, por suerte pudo cruzar ambos brazos sobre ambas antes que la maniobra hiciera que los tres experimentaran una enorme desaceleración instantánea.
Los tres gritaron en el momento que el Ex-Gear, con ambas piernas hacia delante, colisionaba contra la pila de basura al final del túnel.
El impacto fue terrible. La pesada armadura golpeó la malla metálica y la atravesó como si no hubiera estado allí. Toda la basura que se había acumulado a su alrededor pareció estallar con la terrible colisión, lanzando fragmentos de madera y metal en todas direcciones. En un abrir y cerrar de ojos estaban del otro lado, donde una enorme turbina de ventilación (afortunadamente inmóvil) desvió a la descontrolada armadura hacia un lado en el momento de golpear contra una de las enormes aspas de metal.
Esto en definitiva les salvó la vida, ya que de otra forma toda la basura que ahora entraba por la destruida red de seguridad los hubiera aplastado irremediablemente.
Matt y las chicas rebotaron contra una de las paredes a un lado de la turbina y quedaron precariamente atorados en una de las pasarelas de mantenimiento que rodeaban la enorme pieza de equipo.
Pero aún no estaban a salvo. Esquirlas y fragmentos de metal volaban en todas direcciones a una enorme velocidad. Matt se trepó a la pasarela y usándola como un improvisado escudo contra la lluvia mortal de proyectiles avanzó lentamente mientras protegía con ambos brazos a las indefensas chicas. Llegaron a la compuerta más cercana y mientras Matt mantenía la cobertura usando su propio cuerpo, Cinthya estiró la mano y accionó el control de apertura.
Los tres se arrojaron dentro con un impulso mientras la enorme hoja de acero se cerraba tras ellos. El estruendo del metal contra el metal todavía se escuchaba en medio de la total oscuridad del otro lado de aquella puerta y ninguno de los tres dijo nada, estaban demasiado aterrados y sin aliento para hacer algo más que respirar agitadamente.