Chatarra

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Tomó algo más que “un par de días” a Funes contar toda su historia. No porque esta fuera una particularmente larga, sino debido a la condición “extraordinaria” del narrador, quien debió excusarse ante sus oyentes por la forma en que su relato tenía que contarse.
—Como ustedes sabrán, los Zentradi que son creados con mis mismas características  recopilamos y almacenamos información como verdaderos archivos biológicos. Somos enciclopedias vivientes que servimos a nuestros Comandantes en su tarea de mando y tomas de decisiones.
Los tres jóvenes asintieron en silencio.
—Al contrario de lo que cree la mayoría de la gente, no es en nuestra cabeza donde se guarda la mayor parte de la información. La Protocultura dotó a nuestros genes de una capacidad asombrosa para almacenar memoria en una cadena extra de cromosomas de cada una de las células de nuestro cuerpo. Obviamente esta pequeña diferencia estructural de nuestro genoma causa que nuestros cuerpos Zentradi sean algo… “diferentes” al resto de los soldados y se nos considera bastante incapaces para la lucha, no obstante nuestra labor es tan importante que semejante desventaja queda subsanada por nuestras extraordinarias capacidades a la hora de dar apoyo a toda la cadena de mando de la armada Zentradi.
Tras beber un poco de agua de una botella y limpiarse la boca con su manga, continuó con aquella especie de explicación.
—Nuestra labor como dispensadores de información es un trabajo que ocupa no solo todo nuestro tiempo… sino también todo nuestro cuerpo. Por eso cuando toda esta sofisticada maquinaria biológica es sometida a procesos para la cual no fue diseñada es que se suscitan esta clase de… inconvenientes.
—Se refiere a la Micronización. —explicó Mina.
Tras una breve pausa, el ex-archivista asintió. —La micronización es un proceso que literalmente reconstruye nuestros cuerpos a la vez que mantiene y transfiere nuestras mentes de un “envase” a otro… incluso hoy en dia el funcionamiento completo de estos dispositivos en completamente desconocido hasta para los que lo fabrican, sin embargo ahora al menos se puede comprender en parte el proceso que para nosotros era por completo desconocido.
Sin entrar en detalles técnicos, se imaginarán que clase de problemas tenemos los Archivistas que nos sometemos al proceso de Micronización.
Cinthya se cruzó de brazos mientras miraba la pequeña llamita naranja del calentador. —Recuerdo ver fotos de Archivistas varias veces en la escuela durante las clases de Sociología… se supone que son muy diferentes cuando son “gigantes” ¿verdad?
Funes asintió. —Así es, al micronizarnos nuestros cuerpos toman unas proporciones más antropomórficas y nuestra estructura ósea y muscular se vuelve algo más fuerte…  ah y por supuesto perdemos nuestros apéndices de vinculación.
—Tentáculos. —dijo Matt.
—Pero ese no es el problema… el problema es lo que ocurre con la forma en que nuestra función principal se ve afectada a la hora de obtener estos nuevos cuerpos. —dijo el hombrecito mientras extendía una mano huesuda hacia los espectadores. —El tamaño de un hombre puede medirse por el tamaño de las cosas que le encolerizan. —citó.
Mina apoyó su cabeza en el hombro de Matt y el gesto no pasó desapercibido para Cinthya, quien desvió la mirada en dirección hacia donde la pequeña “choza” asomaba entre los estantes caídos.
—Como decía. —continuó diciendo Funes. —Cuando una función está tan ligada a la anatomia y biologia de un organismo y esta sufre una alteración tan brusca como la Micronización, solo resultados extraños pueden ocurrir.
—La información. —dijo Matt algo nervioso al sentir el calor que emanaba de la respiración de su amiga. —Es decir… los datos y memorias que están embebidos en sus células…
—Se comprimen. —dijo Funes juntando los dedos índice y pulgar en un reconocido gesto.
Mina levantó la cabeza fascinada. —¡Eso es increíble! —exclamó. —¿Osea que tambien la memoria que está almacenada en todo su cuerpo sufre los efectos de la micronización?
—Asi es… es como sucedía con las primeras computadoras de la humanidad. Antes de la existencia de la Overtecnologia (1) la información se guardaba en formatos físicos, discos y cintas que eran leídos por los lentos sensores de entonces. Como la información se transmitia de forma muy lenta a través de las redes primitivas que existían al principio, se solía comprimir los datos en forma de archivos más pequeños, para así facilitar la distribución y ocupar menos espacio.
Los tres jóvenes se miraron entre sí. —¡Deculture! —exclamaron.
—Entonces… ¿Cómo es que eso afecta a su memoria? —preguntó Cinthya confundida.
Funes suspiró. —Los Archivistas usamos un sistema que se basa en la interacción de muchas reacciones electroquímicas para almacenar y recuperar datos de nuestras células. Así como el ADN es un tipo de información que debe ser leída mediante un proceso que involucra a enzimas y proteínas, con nosotros se dá un proceso similar. Esa habilidad queda reducida de forma particularmente notoria luego de la micronización, no obstante estos cuerpos aún pueden fabricar las hormonas necesarias para decodificar la memoria celular… la única diferencia es la escala. —dijo haciendo el gesto con la mano.
—Entonces… —dijo Mina inclinando la cabeza.
—Solo puedo acceder a ciertas partes de mi memoria a la vez. —reconoció Funes. —Necesito descansar cada cierto tiempo para “recargar” mis enzimas y proteínas, espero que sepan comprender mi situación.

Tras aclarar aquello Funes narró su historia tomando descansos prolongados cada vez que su “memoria” comenzaba a mostrar signos de agotar sus precursores químicos. Los tres jóvenes aprovecharon los descansos del ex-archivista para explorar un poco los alrededores de aquel extraño “campamento”.
Por suerte para ellos Funes no sólo sobrevivía a base de latas de comida expirada. Encontraron varias viejas bolsas llenas de arroz que, a pesar de tener casi quince años desde que se almacenaron, parecían estar relativamente bien conservadas. Tras recorrer los alrededores de aquella especie de laberinto de estanterías encontraron una extraña construcción recubierta de lonas que parecía un enorme caparazón de tortuga. Dentro descubrieron asombrados un pequeño huerto hidropónico, donde unos cuantos vegetales crecían en bandejas puestas a lo largo de un sistema de riego improvisado con todo tipo de chatarra y piezas en desuso hábilmente interconectadas.
Había plantas de lechuga, acelga y unos pequeños tomates que la luz eléctrica de unos poderosos focos hacían crecer de un color ligeramente más amarillento de lo normal. De una rejilla crecían varias vainas de habichuelas y hasta parecían haber varias bandejas llenas de tierra con pequeños plantines de lo que Mina estaba segura eran patatas, pero eran demasiado pequeñas aún.
Mina acarició las hojas y sonrió satisfecha. —Creo que podria hacer un buen guiso con todo esto más el arroz que encontramos… espero que Funes nos deje usar al menos uno de sus preciados huevos. —dijo satisfecha.
—Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros. —citó Funes asomado a la puerta. —De acuerdo, les daré uno solo, pero mas les vale que sea un buen guiso o no les contaré el resto de la historia.
—Mina es una excelente cocinera. —aseguró Matt. —Le prometo que nunca probará una comida como las que prepara ella. Cinthya asintió ante la verdad de aquellas palabras.



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En el texto hay: drama, mechas, macross

Editado: 01.03.2021

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