Sin dejar en ningún momento de acelerar, Matt atravesó todo el pasillo ante la atónita mirada de los guardias que apenas lograron quitarse del paso de la armadura que amenazaba con cortarlos al medio.
En cuanto intentaron levantar sus armas ya el chico había pasado y se alejaba por uno de los corredores principales que unía los diferentes accesos a los hangares de la Proa dejando tras sí una tenue doble estela de condensación en donde las puntas de las alas cortaban el aire cargado de ozono del interior de la Rainbow.
Cinthya ya no gritaba, se había hecho un ovillo acurrucada firmemente en el pecho de Matt y, a estas alturas, la chica definitivamente ya estaba acostumbrada a ser rescatada de la muerte por aquellos enormes brazos blindados.
Estaban en caminos que el chico conocía de memoria por haberlos transitado cientos de veces con su amigo Will mientras trasladaban todo el material y partes necesarias para su proyecto secreto. ¿Cuánto llevaban trabajando en harmony? ¿Un año como había dicho Funes? Probablemente más, dado que Will ya tenía parte del armazón del QRau a medio construir cuando Matt se acercó a él para contarle su idea.
Will probablemente jamás hubiera usado ese robot para algo más que el jactarse de tener una armadura propia y no un simple modelo de plástico como los que tenía Tass en su habitación… el hecho que Matt le hubiera pedido algún medio secreto a los ojos de Amanda para poder llegar al Campo es lo que lo que, en definitiva, había animado a completar aquel extraño proyecto.
Matt giró la cabeza y comprobó que nadie los perseguía, eso le permitió relajarse solo un poco y disminuir la velocidad. Incluso volando por caminos conocidos, la velocidad con la que la armadura recorría los angostos pasillos hacía muy difícil que pudieran reaccionar si algún obstáculo aparecia repentinamente ante ellos.
Tras girar en una bifurcación del pasillo principal entraron en una pequeña estación de transferencia y la armadura abandonó la pasarela de circulación para descender hasta un tramos de vías que ingresaban en un oscuro túnel.
Tras aterrizar sobre los enormes soportes metálicos con cuidado depositó a Cinthya en el suelo y tras volver a comprobar sus espaldas se dirigió a la chica. —Ahora tenemos que seguir a pie, el túnel es demasiado estrecho para volar, ya estamos cerca.
Cinthya asintió en silencio. Todavía estaba alterada por lo que había pasado allá atrás y el miedo y la incertidumbre todavía se reflejaban en sus ojos.
—Dame la mano. —dijo.
La inspectora se agarró firmemente de la mano (En realidad esa especie de guante de metal que era la mano del EX-Gear)que Matt extendía y juntos entraron al túnel en completo silencio.
A pesar del riesgo de estar en territorio “enemigo” Matt no pudo prescindir de las luces del traje en aquel sitio tan oscuro. Caminaban sobre vías de tren y en muchas partes solo había placas de metal separadas varios centímetros unas de otras. Un tropezón podría resultar muy doloroso en aquel camino.
—¿Estas bien? —preguntó el chico tras varios minutos de caminata. La joven asintió. —Si. —respondió. —Es que todo fue tan… repentino. Espero que Funes y Mina están bien.
—El viejo Funes nos salvó de los Drones. —dijo Matt. —Si nosotros pudimos escapar es seguro que ellos también pudieron.
Aquellas palabras no convencieron de todo a Cinthya, quien no podía dejar de temblar al recordar las balas pasando cerca de su cabeza. Trató de alejar aquellas imágenes mirando hacia el frente, donde los brillantes rieles reflejaban las luces del traje. —¿A dónde vamos? —preguntó.
—Al hangar número cuatro. —respondió Matt. —Allí es donde está Harmony.
—¿Y qué hacemos si ya nos están esperando allí?
El joven se detuvo mientras hacía un gesto con la mano. —Es posible… pero no creo que sepan cómo entrar… lo entenderás cuando lo veas… ya estamos llegando. —Matt apagó las luces del traje y no dijo nada más.
Cinthya estaba intrigada pero guardó silencio mientras ambos salían del oscuro túnel.
Ahora estaban en un espacio abierto que a Cinthya le resultó familiar; una especie de depósito enorme cruzado por vías ferroviarias en todas direcciones y en varios niveles, como una especie de montaña rusa monstruosa.
En el mismo centro de aquel espacio varias vías se unían en una especie de ramal importante. La joven contó cuatro vías diferentes que formaban un camino ancho donde descansaba algo enorme.
—¿Qué es eso? —preguntó sorprendida señalando la mole oscura que se erguía sobre los rieles.
—El hangar Cuatro. —respondió Matt
Estaban ante una estructura de grandes dimensiones. A simple vista parecía superar los veinte metros de altura y se extendía casi un centenar de metros hacia ambos lados, pero dado que la penumbra que reinaba en el lugar no permitía distinguir más detalles, era imposible saber con exactitud las dimensiones reales de esa cosa.
—Es… gigante. —respondió Cinthya.
—Will me dijo que no podíamos usar ninguno de los hangares que estaban en la sección de proa porque Amanda los tenía a todos bajo su vigilancia… y sin grúas y aparatos de soldadura era imposible volver a ensamblar una armadura Meltran.
Los dos jóvenes se acercaron lentamente hasta quedar por debajo de la mole que pronto los ocultó bajo su sombra. La gigantesca superestructura estaba recostada en una multitud de vagones planos o carromatos, dispuestos de tal forma sobre las vías que todo el peso se distribuía de forma pareja sobre el tramo que cruzaba aquel oscuro abismo.
—Al final Will encontró una forma; descubrió que en un sector de la Rainbow había un astillero donde se construían las fragatas clase Northampton, este hangar era uno de los bloques modulares que formaban parte de una fragata a medio construir abandonada por los militares. Con ayuda de Tass la apartamos de aquel lugar y la colocamos sobre el sistema de transporte ferroviario de la Rainbow… luego simplemente la llevamos hasta un sitio sin actividad lejos de la mirada de Amanda.
—¿Como….? —comenzó a preguntar Cinthya pero Matt señaló la oscuridad por delante. —¿Cómo entraremos? No por la puerta del frente. —dijo.
Caminaron hasta quedar al lado de uno de los carromatos. La oscuridad era total pero Matt encendió momentáneamente las luces del traje y una escotilla quedó a la vista justo encima de sus cabezas.
—Es por aquí. —dijo el joven.
El joven extendió los brazos y abrió la escotilla sin problemas. Luego ayudó a Cinthya a subir primero tras lo cual esperó un momento a que la joven se apartara de la entrada antes de dar un salto ayudado por sus propulsores.