Toda la escena había transcurrido de forma tan abrupta en solo unos segundos que ninguno de los presentes pudo reaccionar a toda la serie de acontecimientos que se sucedieron a continuación.
Salvo Matt aparentemente.
La vísceras del desdichado pirata aun seguían enroscadas entre los dedos de Harmony cuando el robot hizo su siguiente y brutal movimiento.
Sangre y Oro, sustancias tan diferentes entre sí mezcladas momentáneamente en una amalgama de terror que se desvelaba ante la horrorizada mirada de Cinthya, como escenas de una película de miedo en cámara lenta.
Aquellas imágenes eran reales, terroríficamente reales.
Y estaban pasando a escasos centímetros del rostro de la joven, quien apretada contra el asiento no podía dejar de ver aquello.
Harmony se movió a una velocidad sorprendente y las fuerzas de aceleración actuaron sobre el cuerpo de la inspectora de inmediato, haciendo que toda la sangre de su cuerpo fluyera directamente a su cerebro.
El casco de vuelo detectó aquel cambio y creó una presión positiva para ayudar a reducir aquel terrible efecto. Cinthya notó como su visión se enrojecia y los oídos zumbaban ante el enorme caudal de sangre que fluía debido a la aceleración repentina.
Pero aun así no dejó de presenciar lo que estaba pasando.
El Gunpod del VF-1 había quedado flotando a escasos metros del puño abierto del destrozado robot ahora sin piloto. Harmony extendió el brazo y en cuanto sus dedos se cerraron sobre la empuñadura una nueva pirueta hizo que Cinthya gritara al sentir que el aire abandonaba sus pulmones.
Esta vez las fuerzas G fueron negativas. La sangre abandonó su cabeza en dirección contraria y la oscuridad parecía rodearla en la cabina. ¿Cuanto mas podria resistir su cuerpo?
No tuvo tiempo de pensarlo detenidamente. Las explosiones a su alrededor la sacudieron violentamente.
Una armadura Zentradi estalló en cuanto los disparos certeros del gunpod atravesaron su cuerpo en medio de un relámpago de luz. Los piratas al fin reaccionaron y abrieron fuego contra aquel enemigo que de pronto no estaba allí.
El canal de comunicaciones estalló en un caos de gritos voces y maldiciones en lenguajes Humano y Zentran sin hacer distinciones.
El Queadluun era una centella de luz que se movía entre los enemigos como una chispa de electricidad, saltando de aquí a allá en direcciones impredecibles mientras las balas trazadoras y las descargas de energía volaban en todas direcciones en medio de un caos de explosiones y gritos.
Aquella batalla de casi treinta enemigos contra uno se convirtió de pronto en una carrera demencial mientras la armadura dorada saltaba de un lado a otro siempre en dirección al Campo, evadiendo disparos y misiles mientras destruia irremediablemente a cualquiera que se interpusiera en su camino.
Pronto los perseguidores comprendieron que no podian contra ella y solicitaron refuerzos mientras los primeros restos de chatarra empezaban a aparecer en los radares de navegación a medida que la batalla se aproximaba a los límites exteriores del Campo.
Cinthya continuaba aplastada contra su asiento mientras sus ojos contemplaban impasible aquella destrucción sin pausa. Cada disparo de Harmony encontraba un blanco, cada explosión era seguida por un grito desgarrador de la víctima y un insulto de los demás piratas, quienes cegados por la rabia y la impotencia disparaban sin cesar hacia aquella chispa dorada que aparecia y desaparecia de la mira de sus armas con la misma celeridad con la que la vida de sus compañeros se apagaba bajo su letal precisión de fuego.
¿Cuánto tiempo había pasado desde que salieran de la Rainbow? ¿Veinte? ¿Treinta minutos? Desde que Matt había aplastado a aquel desgraciado el tiempo parecía haberse vuelto otro, como si de pronto el reloj hubiese comenzado a funcionar en forma errática e impredecible, acaso como los propios movimientos de Matt mientras colgaba de las entrañas de Harmony como un órgano más de aquella mortífera máquina de guerra.
Todo alrededor de Cinthya era caos. Los indicadores de proximidad de los misiles llenaron la burbuja holográfica que rodeaba la cabina con centenares de pequeños triángulos rojos, exactamente iguales a los que los habían recibido cuando ella y Jim llegaron a la Rainbow, hacía un tiempo que ahora parecía ser parte de otra era, de otra historia.
Harmony se arrojó sobre ellos a una velocidad extraordinaria, como si quisiera recibirlos ofrendando su propio cuerpo al sacrificio máximo de la batalla.
Pero Matt no quería morir. A último momento un viraje repentino a babor se convirtió en un espiral de giros continuos mientras los misiles y sus estelas se enroscaban alrededor del fugaz resplandor dorado del Queadluun, que pasó indemne entre ellos sin siquiera activar las peligrosas cabezas explosivas de proximidad.
Simplemente eran demasiado rápidos para los misiles.
Los insultos de los piratas se volvieron apenas un sonido más en medio de las explosiones que saturaron las comunicaciones, pero aquello no era la única amenaza que se cernía sobre ellos.
Estaban ya más cerca del Campo, tan cerca que su presencia había comenzado a sentirse en el combate. Las pantallas comenzaron a mostrar signos de interferencias. Las voces de los piratas llegaban distorsionadas y cargadas de estáticas.
El mismo vuelo de Harmony se vió afectado por la presencia de aquellos pedazos de basura que aparecían cada vez más frecuentemente en la visión de Cinthya. Trozos de enormes cascos de naves destrozadas eran apenas algo más que una fugaz visión en medio de la precipitada carrera.
Pero no eran meros obstáculos. Pronto el evitar aquellos escombros se transformó en un asunto de vida o muerte casi o más importante que esquivar los disparos de los perseguidores. La velocidad del Queadluun era tan elevada que solo centésimas de segundos separaban la diferencia entre esquivar las balas y estrellarse contra una pared de metal de varios metros de espesura.
Cada vez que Harmony daba una vuelta y esquivaba alguno de los ataques, Cinthya tenía la oportunidad de ver fugazmente la pequeña silueta de la Rainbow; apenas una mancha que las pantallas trataban de mostrar en medio del caos de disparos y explosiones que los rodeaban.
Sea lo que sea que se cernía sobre la Colonia era gigante y carecía por completo de luces de navegación, pero los destellos de cientos de pequeños soldaduras que trabajaban afanosamente alrededor de aquella cosa eran visibles incluso desde allí. ¿Que estarían haciendo? ¿Qué era aquello?