El mundo que se rebeló ante los ojos de Cinthya y Matt era muy diferente una vez que los ecos de la canción de Minmay se extinguieron con la última explosión que sacudieron los recuerdos de aquella lejana batalla.
La oscuridad total había dejado paso a una penumbra donde lo que parecían ser enormes bancos de niebla, o tal vez nubes de gas, se movían lentamente en todas direcciones posibles.
Era un ambiente extraño, diferente a todo lo que habían experimentado antes y aun asi algo familiar, un aspecto oculto a la vista pero que ambos podían sentir los rodeaba en aquella especie de crepúsculo sin fin.
Cinthya fué la primera en reaccionar y salir de aquel estado de parálisis en el que ambos estuvieran sujetos por la increíble magnitud del escenario que se desarrollaba ante ellos.
—¡Matt! —exclamó acercándose al chico.
Los cuerpos de ambos brillaban tenuemente entre las profundas nieblas, pero al menos era perfectamente sólidos y, aparentemente, reales. Incluso la joven se sorprendió al notar que podía sentir algo parecido a la sensación del tacto en cuanto su mano se posó sobre el hombro de Matt.
—¿Cinthya? —respondió el devolviendo la mirada. —¿Donde estamos? ¿Que ha sucedido?
La joven suspiró aliviada. —Gracias al cielo Matt… pense que te había perdido para siempre. ¿Te encuentras bien? ¿Cómo está tu cabeza?
El chico se tocó la frente y permaneció en silencio en la misma posición mientras miraba los remolinos agitar la niebla a la distancia. —Mejor. —dijo para tranquilidad de la joven. —Todavía escucho los ecos de la guerra… pero el ruido me llega apagado y lejano, como a través de muchas paredes gruesas.
—Estaba muy preocupada por ti. —dijo la joven.
Matt sacudió la cabeza como tratando de alejar las últimas imágenes de la pesadilla recién vivida. —Gracias… gracias por salvarme. —dijo.
—Ahora estamos a mano. —respondió Cinthya. —Desde que nos vimos en la escuela antes de que empezara toda esta pesadilla realmente he perdido la cuenta de cuantas veces me haz salvado.
El joven asintió en silencio, luego echó una mirada alrededor con los ojos bien abiertos. —¿Donde estamos? ¿Que es este lugar? —preguntó.
—No lo se. —reconoció la joven encogiéndose de hombros. —Pero puedo explicarte cómo llegamos aquí.
Cinthya narró entonces todo lo que había pasado desde que ambos entran a la nave de Kassia y las peripecias que tuvo que sortear para llevar al desvanecido Matt hasta la presencia de la gigantesca Capitán Meltran. El chico escuchaba con una expresión de asombro completa en cuando la joven narró el extraño encuentro en aquel cuarto de baño y su posterior interrogatorio rodeados de todas aquellas guerreras.
—No… no recuerdo nada del combate. —reconoció el chico visiblemente confundido. —¿Dices que yo luché con Harmony? —preguntó mirándose las manos. —No… no lo recuerdo.
Cinthya asintió en silencio.
—Yo… yo nunca habia matado a nadie. —dijo Matt sufriendo un escalofrío. —Yo… yo no se como sentirme.
La joven apoyó su mano en el hombro. —No tenías otra opción Matt… ellos querían matarnos, tu solo te defendiste.
El chico no dejaba de mirarse las manos, como si pudiera ver las manchas de sangre entre sus finos dedos. —Aun asi… no puedo creer que mis manos hayan causado la muerte de otro ser vivo… se siente… mal.
Cinthya sintió que era necesario mantener la mente de Matt apartada de ese tema así que continuó narrando como las Meltrans la habian interrogado y como respondieron a sus súplicas para tratar a Matt en la Cámara de Micronización.
—Entonces Funes tenía razón… si hay una de esas vainas en el Campo… ¿Como lo supo?
Cinthya sacudió la cabeza. —Ellas no lo sabian, tal vez ni siquiera la propia Amanda lo supiera.
A continuación la joven contó como introdujeron a Matt en el aparato y la posterior charla que tuvieron de vuelta en la sala de conferencias en donde Cinthya reveló que conocía la existencia de Virya.
—Al escuchar el nombre se pusieron muy nerviosas.—comentó la joven pensativa. —Parece que esa Meltran es algo más que una leyenda entre ellas… pero justo en ese momento nos alertaron sobre lo que pasaba con la cámara de micronización.
—¿Con la cámara…? —preguntó visiblemente nervioso el joven.
—Cuando llegamos a la cubierta donde te habíamos dejado descubrimos que la máquina había tenido un desperfecto o anomalía… el punto es que tu ya no estabas dentro.
Los ojos del joven se abrieron de par en par —¿No estaba dentro?
—Habías desaparecido… bueno, salvo por el colgante de Evans.
Matt se llevó instintivamente la mano al cuello y se sorprendió al no encontrar la pequeña piedra. —No está. —dijo.
—Por alguna extraña razón el colgante no se disolvió y fue lo único que quedó dentro de la vaina cuando la abrimos para rescatarte… asi que no me quedó más opción que venir a buscarte. —exclamó la joven.
Matt la miró asombrado. —¿Te metiste dentro de la cámara… a propósito?
—Por supuesto. —respondió la joven cruzándose de brazos. —Ni loca te hubiera dejado solo en este lugar.
Matt volvió a mirar a la joven y luego hacia las lejanas nubes. —¿Y qué es exactamente este lugar, entonces? —pregunto. —¿Estamos dentro de la máquina?
Cinthya suspiró. —No lo sé Matt… Nesa tampoco pudo decirme mucho al respecto… al parecer por la forma en que trabajan esos dispositivos, uno entra en una especie de FOLD en un lado y hace DEFOLD en el otro siendo un gigante o un micrón respectivamente… lo que suceda entre ambos estados es un completo misterio.
—Entonces nuestros cuerpos… —dijo Matt levantando ambas manos.
—Al parecer no tenemos cuerpos reales en este lugar. —concluyó la joven. —De alguna forma nuestra forma y aspecto se materializa de acuerdo a nuestra propia consciencia.
El joven asintió y bajó la vista —Osea… que es como estar muertos.
—No pierdas las esperanzas Matt… encontraremos la forma de volver a nuestros cuerpos… ya lo veras.
Matt devolvió la mirada a Cinthya intentando sonreír, pero en su lugar apenas pudo hacer una mueca algo forzada. —Estoy preocupado por los demás en la Colonia… por Mina y Funes especialmente.
Cinthya asintió con seriedad. —Creo que Kassia va a intentar ayudar a los Colonos, al menos dió a entender que consideraba a la Rainbow como protegidos. ¿Sabias algo sobre la existencia de esas Meltrans en el Campo? —preguntó.
Matt sacudió la cabeza. —No. —dijo con seguridad. —Todo lo que sabíamos del Campo es que era un lugar completamente inhóspito para la vida… pero eso es lo que nos enseñaron en la escuela…
Cinthya asintió. —Tu… tu lo sospechabas… ¿Verdad?
—Yo hacia tiempo que había sentido algo en este lugar… una presencia o algo similar que mi música llegaba a percibir… pero nunca pude llegar hasta el Campo.