A pesar de las explicaciones de Green, tanto Cinthya como Matt gritaron en cuanto el núcleo colisionó a toda velocidad contra la oscura sombra de la Rainbow.
No hubo golpe ni sacudida. De pronto todo estaba oscuro y silencioso alrededor, como si se hubiesen detenido instantáneamente dentro de la gigantesca nave. Por supuesto, eso estaba tan lejos de la realidad como sus conciencias lo estaban de sus cuerpos reales (Sea donde sea que estuviesen)
Lo que para sus conciencias digitalizadas había sido un instante, sucedió de forma completamente dramática en el mundo real.
El núcleo colisionó con la Colonia a una velocidad aproximada de nueve kilómetros por segundo, más o menos la velocidad necesaria para que un satélite se mantenga en órbita baja de un planeta como La Tierra. En condiciones normales semejante colisión hubiera desintegrado por completo al proyectil, pero Green había balanceado cuidadosamente la masa de la estructura para lograr una penetración exitosa y sin que la computadora y el reactor de la instalación sufrieran daños durante la misma.
Por tal motivo no había dejado nada al azar. Incluso el sitio elegido para el impacto había sido cuidadosamente planeado para producirse exactamente en la zona de los grandes almacenes de la nave factoría: allí donde existían enormes espacios vacíos y pocas estructuras que frenaran su camino.
Incluso con todas estas previsiones, el impacto había sido terrible. El masivo espolón del núcleo abrió una brecha enorme en el casco exterior de la Rainbow y antes que la energía cinética se disipase por completo, Green había utilizado los sistemas gravitacionales del reactor para redirigir la energía del impacto hacia los lados, creando una ola de choque que destrozaba el metal a medida que aquel proyectil monstruoso se internaba más y más en las entrañas de la nave herida.
Aquel catastrófico impacto duró apenas unos cuatro segundos, pero cuando la “nave” finalmente se detuvo dentro de uno de los grandes almacenes, había recorrido casi un centenar de metros durante los cuales destrozó una docena de módulos a medida que se abría paso por las entrañas de la colonia. De inmediato los sistemas automáticos de emergencia comenzaron a cerrar todas las compuertas de descompresión en las cubiertas que habían quedado afectadas por la alocada carrera de destrucción del núcleo, pero mientras tanto miles de toneladas cúbicas de aire y escombros fueron arrojadas al espacio durante la descompresión explosiva.
El núcleo había seguido una trayectoria ligeramente descendente, por lo que penetró en el almacén principal cayendo desde uno de los techos mientras derribaba las enormes estructuras de almacenaje, convertidas de pronto en simples castillos de naipes ante la furia del impacto. Finalmente las compuertas de emergencia sellaron las aberturas y la presión en el interior del gigantesco depósito volvió a ser restaurada.
Nada se veía en medio de aquellas ruinas de hierros y maquinaria destrozada, solo una pulsante luz escarlata denotaba la presencia de algo enorme entre los escombros, algo que estaba vivo y latia al ritmo de vaya a saber qué misteriosa fuerza vital.
—¿Estamos vivos? —dijo Matt abriendo los ojos.
El y Cinthya se separaron del abrazo y miraron a su alrededor; Virya continuaba de pie frente a la pantalla como si no hubiera sucedido nada, en cambio Green estaba rodeada de finas tiras de color verde, como si el texto y códigos de los programas se enroscaran alrededor de su cuerpo como las cintas al de una gimnasta olímpica.
—Analizando integridad estructural y de sistemas. —dijo mientras sus manos se movían a un ritmo casi hipnótico. —Hemos perdido casi tres cuartos de la masa crítica del núcleo, el reactor ha sufrido una brecha en el sistema secundario. Iniciando reparaciones de emergencia.
Mientras la luz iba aumentando en aquella especie de puente de mando, Virya miró con curiosidad las oscuras formas que los rodeaban. —¿Que es este lugar? —preguntó.
—El Almacén Principal de la Rainbow. —explicó Matt.
—¿Algo así como una bodega de suministros? —preguntó la Meltran.
—Si.
La guerrera apartó la mirada del joven y volvió a escudriñar las sombras. —Deberíamos buscar algún arma. —dijo, pero Matt suspiró y sacudió la cabeza. —No hay armas en la Rainbow. —explicó.
La Meltran se volvió sorprendida. —¿No hay armas en los depósitos? ¿Cómo es posible?
—Esta es una nave civil. —dijo Cinthya. —No es una nave construida para la batalla.
—¡De-Deculture! —exclamó la guerrera. —¿Cómo piensas enfrentarte a esa tal Red sin armas? —preguntó confundida.
Green dejó de mover las manos y miró directamente a Virya. —Nuestro campo de batalla es el ciberespacio, las únicas armas que necesitamos son nuestras capacidades de análisis y procesamiento, es por eso que debo prepararme.
—¿Vas a conectarte a los sistemas informáticos de la Rainbow? —preguntó Matt. —¿Puedes derrotarla?
—Tal vez, pero antes debo recuperar una parte de lo que ella me robó, esa es otra de las razones por la que estamos aquí.
Tras decir esto las cintas de datos volvieron a rodear su cuerpo pero esta vez el color pasó del verde al amarillo.
El núcleo se sacudió entre los escombros y una drástica transformación comenzó a producirse. De entre aquel esqueleto de metal retorcido y formas biológicas comenzaron a surgir cuatro enormes extremidades, como patas de un animal enorme que despertara de un sueño profundo.
—¿Que estas haciendo? —preguntó Cinthya mientras veía las extremidades delanteras extenderse hacia delante por la pantalla.
—Tenemos que movernos. —explicó la IA. —Y esta es la forma más eficiente.
“Eficiente” no era la palabra que un observador que casualmente pasara por allí hubiese elegido para describir aquello.
Era una verdadera imagen de pesadilla. El núcleo se levantó sobre la pila de chatarra por sobre aquellas enormes patas de insecto y dió unos cuantos pasos hacia el centro del depósito. El cuerpo de aquella cosa contenía todavía los huesos petrificados de lo que había logrado desarrollarse del Comandante Supremo, dentro de aquellas costillas grises se encontraba el reactor, rodeado de una coraza protectora visiblemente dañada por el impacto. Nuevas capas de material comenzaron a cubrir las grietas y agujeros, haciendo que aquello emitiera unos sonidos espeluznantes a medida que el vapor que escapaba por los orificios era atrapado en el interior de aquella coraza.
—El sistema de enfriamiento del Reactor ha sido comprometido. —dijo Green. —No podremos utilizarlo en forma normal o se recalentará y explotará en minutos. —explicó.