Chatarra

162

Hasta Gubaba había dejado de ronronear. El silencio se volvió de pronto tan real como una presencia más en aquel oscuro lugar.
—¿Sacrificio? —preguntó Ralph mientras varias arrugas de preocupación aparecían en su rostro. 
Midori asintió en silencio mientras Matt y Cinthya se miraban confundidos. Solo Virya había permanecido impasible ensimismada en sus propios pensamientos.

Mientras tanto se había producido un cambio en el ambiente. Si bien la temperatura había descendido considerablemente, el calor que estaba generando el núcleo dañado había comenzado a calentar la zona alrededor de donde los cinco compañeros se encontraban reunidos. Blanquecinas nubes de vapor se elevaban por sobre las grietas que se marcaban en las oscuras escamas que protegian aquella grotesca computadora biológica. 
Más allá, en las cercanías del agua, la escarcha había comenzado a cubrir el rocío formado sobre el césped, cubriendo de blanco algunas zonas del onsen evidenciando el marcado descenso de la temperatura.
—Debemos evitar que escapen. —volvió a repetir Midori. —Y en mi estado actual yo no poseo los medios para detenerlos… pero Virya si.
Pero Ralph no estaba muy seguro. Su gesto era de preocupación y las palabras de Midori no habían hecho más que aumentar sus dudas. —Midori… ¿Estas segura? —preguntó. —Las capacidades de Virya para el combate son casi legendarias… aun asi ¿Crees que es sensato dejarla sola allí afuera? Sin un acondicionamiento adecuado… ¿Realmente podrá controlarse?
Virya clavó sus ojos en el gigante. —¿Controlarme? ¿A qué te refieres?
Ralph iba a contestar pero Cinthya respondió por el. —Podemos confiar en ella. —dijo esperanzada. —Creo… creo que ella finalmente ha encontrado algo que proteger.
Matt asintió dando su apoyo a la joven, pero Ralph no estaba del todo convencido. Se recostó como pudo contra la roca y dejó que sus piernas torcidas descansaran entre los arbustos destrozados. —No se. —dijo rascándose la barba.
En ese momento todos pudieron percibir el cambio. El aire comenzó a temblar como si la misma luz estuviera siendo sacudida.
—¡Eso es distorsión FOLD! —exclamó Virya desde la pantalla.
El gigante golpeó la roca con su puño. —¡Esos hijos de puta están haciendo un FOLD!
Midori miró hacia el techo abovedado.—¿Pero por qué están haciendo un FOLD con nosotros incluidos? —preguntó. 
—Algo.. algo está mal. —dijo Matt arrebujandose en su precaria vestimenta. —¿Lo sienten?
El silencio estaba apenas roto por la vibración del núcleo y los ocasionales escapes de vapor que emanaban con violencia por entre las grietas.
—El tiempo se nos está acabando. —dijo Midori. —Tenemos que hacerlo ahora.
Cinthya dió un paso al frente. —Que… ¿Que vas a hacer? —preguntó temerosa.
—Voy a transferir la conciencia de Virya a un nuevo cuerpo. —respondió la IA. —Solo ella puede detener a esos piratas.
Matt miró al holograma confundido. —Pero… ¿No habías dicho que Virya no tiene datos de su antiguo cuerpo? ¿Como vas a fabricar un nuevo cuerpo para ella?
Midori miró hacia el estanque y luego a Virya. —No voy a fabricar un nuevo cuerpo, voy a usar uno que está disponible. —dijo.
—No.
Los demás se voltearon hacia el gigante. El tono de su voz, la forma en la que había dicho esa palabra hicieron que los dos jóvenes temblaran y no justamente por las corrientes heladas que habían empezado a soplar por el agujero de la pared.
—Es la única forma, Ralph —explicó Midori.
El enorme obrero se arrojó al suelo y se arrastró penosamente hasta donde estaba echado el Núcleo. —¡Por favor… No lo hagas! —suplicó. —Tiene que haber otra forma… Evans… Amanda… alguno de ellos seguro…
El holograma cerró los ojos y sacudió la cabeza. —No amado Ralph… no hay otra forma… no tenemos tiempo de hacerlo de otra forma.
Las lágrimas no dejaban de salir de aquellos enormes ojos. —¡Usame a mi! —gritó desesperado. —¡Usa mi cuerpo! ¡Todo lo que quieras menos eso! —exclamó mientras hundía su rostro en el cuerpo intangible de su amada.
Pero Midori había ya tomado una decisión. Dejó que el gigante se desahogara mientras los espejismos de luz danzaban a su alrededor como diminutas estrellas fantasmales.
—Necesitamos un cuerpo vacío. —dijo al cabo de un tiempo mientras su cuerpo holográfico crecía en tamaño hasta igualar al de Ralph. —Y el que tú y tus amigos trajeron desde la Galaxy es el candidato ideal.
Mientras decía esto la joven acarició el rostro lastimado del gigante. Ralph abrió los ojos asombrado ya que pudo sentir el tacto de aquella suave mano en su mejilla. —¿Comprendes? —preguntó Midori acariciando lentamente aquel amado rostro. —Yo no necesito un cuerpo ahora, lo que estoy a punto de hacer no lo requiere, pero para proteger a todos los que quiero, incluidos tú y todos esos colonos que aprendí a amar durante todos estos años, es menester que haga lo que tengo que hacer.

Tanto Matt como Cinthya guardaban silencio expectantes. Virya también observaba la escena pero ninguna emoción se reflejaba en aquel severo rostro. ¿Qué estaría pensando aquella mortífera guerrera en esos momentos? ¿Comprendía realmente lo que se estaba desarrollando ante ella?
Ralph miró un instante a Midori y sonrió en forma enigmática. —¿Sabes? —dijo. —Hace unas pocas horas unos amigos estuvieron aqui mismo junto a unos prisioneros que luego llevaron ante Amanda. Uno de mis hombres sugirió ejecutar a uno de ellos y yo me opuse rotundamente, ahora me alegro haber tomado esa decisión.
—¿Por qué? —preguntó Matt intrigado.
—Porque de ninguna forma una guerrera de la talla de Virya hubiera aceptado un cuerpo de escoria como esa. —dijo Ralph soltando una carcajada.
El cambio en la actitud del gigante sorprendió a todos. ¿Como había pasado del llanto a la risa en tan poco tiempo? Cinthya miró con preocupación el rostro del obrero. —Ralph… ¿Te sientes bien? —pregunto.
Ralph no contestó, simplemente se arrastró hacia la orilla y lentamente se introdujo en las frías aguas del onsen mientras maldecía en voz baja (Pero perfectamente audible para todos) 
—Maldición, esto está más frío que el corazón de Amanda. —dijo tiritando.
Las aguas pronto se tiñeron con la suciedad y la sangre que manchaba las raídas ropas del gigante, dejando un rastro mientras se adentraba mas y mas en el estanque. Pronto el agua le llegó al cuello, pero los brazos del gigante conservaban la fuerza y fue capaz de nadar hasta llegar al promontorio de rocas que se erguía en el centro del Onsen. Con evidente esfuerzo Ralph se encaramó a las rocas y se incorporó mientras se sujetaba de la enorme piedra que coronaba el montículo. Agitado, temblando de frío y con el agua chorreando por sus cabellos, el gigante sonreía.
Nubes de vapor blanquecino habían comenzado a rodear el cuerpo del gigante cuando el agua comenzó a evaporarse por el calor que generaba aquel enorme cuerpo. Sin perder un segundo más Ralph abrazó la enorme roca con ambos brazos. El silencio era total.
—Virya no se merece cualquier cuerpo. —dijo el gigante. —Así que le daré el mejor, mi mas preciado tesoro.
Los enormes músculos de los brazos se tensaron y la roca tembló en cuanto el gigante aplicó toda su fuerza para levantar aquel monstruoso peso.



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En el texto hay: drama, mechas, macross

Editado: 01.03.2021

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