Chatarra

166

Gracias por llegar hasta el final; espero que esta historia haya sido de su agrado. Por favor recuerden dejar un comentario al final; me encantaria conocer sus opiniones sobre la misma para poder asi mejorar mi escritura.

Sin nada mas que agregar, es hora de finalizar esta larga historia:

Gerli.

 

-----------------------------

 

Cinthya lo percibió, vagamente, pero estaba ahi, no podia ignorarlo. Fue como un relámpago súbito seguido de un trueno que comenzó a retumbar en lo profundo de su mente y a crecer… 
Matt. —dijo volviéndose hacia el chico. —¡Matt!
El joven lo había sentido mucho más claramente. Con un grito se acuclilló mientras se tapaba los oídos como negándose a escuchar aquello.
Virya tambien lo sintio. Giró su cabeza en dirección a aquello aun cuando centenares de metros de acero se interponian entre ella y el lugar donde Ralph y Midori sellaban su destino con un beso.
—Se han ido. —dijo la meltran sacudiendo la cabeza. —Aquella conocida como Midori y el guerrero alto como un Comandante. ¿Tu tambien lo has percibido, Micrón? preguntó dirigiéndose hacia Matt.
Quinn miró la extraña reacción de los jóvenes sin comprender lo que estaba sucediendo. —¿Que está sucediendo? ¿Quien se ha ido..?

Cinthya se inclinó junto a su amigo. —¿Que sucede Matt? ¿Qué es lo que le ha pasado a Ralph y a Midori? ¿Matt…?
El joven levantó la cabeza y tenía los ojos llenos de lágrimas. —Ellos…. ellos han desaparecido. —dijo enterrando su rostro en el pecho de la joven inspectora.
Cinthya no comprendió en seguida. Sostuvo la cabeza del chico contra su pecho mientras su mirada se dirigía hacia el gigantesco robot plateado. —No… no puedes estar diciendo que…
—Algo ha sucedido allí fuera. —dijo Virya cerrando los ojos y llevándose una mano al pecho. —Lo siento en todo mi ser… sea lo que sea que esos dos han hecho, han desencadenado una fuerza terrible, devastadora.
Matt apartó el rostro y miró a la joven a los ojos. —¿Por qué? —preguntó. —¿Por qué harían algo así? Ellos debían ser felices… ¡Se supone que finalmente serían felices al encontrarse!
Cinthya volvió a abrazar al joven con fuerza sin saber qué decir. La pena la embargaba porque reconocía la verdad en las palabras de Matt, pero más aún en su propio corazón; había un vacío allí, un sensación de pérdida real, allí donde una vez todos habían compartido sus pensamientos y emociones.
—Se fuerte Matt. —dijo en cambio derramando sus propias lágrimas. —Sea lo que sea que haya pasado ellos están juntos ahora.

 Virya abrió los ojos en cuanto sintió que su cuerpo volvía a la dimensión original. Aun sin haber visto como los espejismos del FOLD se plegaban sobre sí mismos y se desvanecian como un sueño, hubiese sabido con seguridad que el salto había terminado. 
—Es hora de que vuelva a combatir. —dijo mientras la cabina se cerraba y la enorme máquina de combate se erguía en toda su altura.
Quinn retrocedió en cuanto vió que la armadura se preparaba para salir. Todavía estaba shockeada por aquello que había visto en aquella misteriosa guerrera: sus ojos, aquellos ojos tenían algo que jamás había visto en otra meltran.
—¡Matt! ¡Cinthya!
El grito vino de Dan, quien corría a la cabeza del grupo de hombres que mientras tanto atravesaba el puente al reconocer la cabellera rojiza del único músico de la Colonia. En ese momento Virya despegó a toda velocidad y los colonos debieron arrojarse al piso para evitar ser arrojados al precipicio.
El Rau se elevó sobre el puente y permaneció suspendido en el aire a unos veinte metros de altura mientras Cinthya ayudaba a Matt a levantarse del suelo. 

—¡Dan! —gritó la joven inspectora al reconocer la oscura barba del obrero, quien apenas recuperado de la sorpresa llegó corriendo los últimos metros hasta donde estaban.
—¡Gracias al cielo están ustedes dos bien! —exclamó aliviado. Dan iba a preguntar algo más pero se apartó de un salto cuando Quinn se interpuso entre el y Cinthya. —¿Qué está pasando aquí? ¿Quien es esa meltran que los trajo? —preguntó mirando fijamente a los dos asustados jóvenes.
—Virya. —respondió Matt
La forma tan casual en la que el chico había dicho aquel nombre fue como un golpe en el estómago para Quinn. Como si hubiese recibido un shock cultural, su cuerpo quedó paralizado.
—No… no es…. posible. —dijo sin poder articular bien las palabras… ¡Es imposible! ¡Mientes! ¡No sabes lo que….!
En aquel momento las luces exteriores de la nave se encendieron y el abismo quedó iluminado por completo. La voz de Amanda sonó por los altavoces que estaban ubicados sobre la compuerta de entrada. —¡Atención! ¡Partimos enseguida! ¡Aborden la nave de inmediato!
Quinn aun no podía reaccionar debido al shock, pero Dan estaba más acostumbrado a seguir al pie de la letra y sin discutir una orden de la Capitán Kyle, y aquella orden había sido dada de forma especialmente apremiante. —¡Todos crucen el puente! —gritó mientras empujaba a Matt por los hombros. —¡Quinn! ¡Cinthya! ¡Deprisa!
—Vamos. —dijo la joven inspectora tomando a la guerrera meltran de la mano. —Todo está en manos de Virya ahora. —dijo.

El grupo cruzó el puente deprisa, bajo los poderosos reflectores de la popa de la GoldPot mientras una poderosa vibración y un lejano rugido habían comenzado a sentirse al terminar la comunicación de Amanda.
—Han encendido los motores. —dijo Dan apremiando a sus hombres mientras se llevaba la mano al auricular de su oído derecho. —¡Andy! ¡Sube el maldito puente! ¡Deprisa!
En cuanto el último hombre saltó sobre la rampa de entrada a la nave, el hábil operario retiró el puente y comenzó a elevarlo mientras la compuerta del hangar empezaba a cerrarse.
Una vez que todos estuvieron a salvo en el interior de la nave, pudieron relajarse un poco mientras la vibración de los motores iba en aumento. 



#3006 en Ciencia ficción
#5650 en Fanfic

En el texto hay: drama, mechas, macross

Editado: 01.03.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.