Chef Italiano.

2. "Comida."

2.“Comida.”

La lluvia azotaba en la ventana del cuarto. La tormenta llevaba 1 semana, acompañándome en mi tristeza. Las paredes desgastadas y la cama destendida fueron mi única compañía durante días. El funeral había sido cuatro días atrás.

 

Hoy era el funeral de mamá, el seguro funeral había trabajado rápido. Nomas asistieron algunos vecinos, mi jefe y unos amigos. Nunca fui de muchos amigos porque me concentré en cuidar de mamá.

 

- Linda, ten, lo dejaste ayer, es tu propina y tu pago. -dijo mi jefe entregándome un sobre con el tamaño exacto para billetes. Me había dado dinero extra.

 

Desde ese día ha llovido. No he vuelto al trabajo. Azul me trajo comida hace 2 días, sólo que no la he probado. Me hicieron comer el día del funeral, pero después no he comido más. Solo me la paso viendo la cama donde mamá dormía. 

 

Recargada en la pared veo la cama igual a como la dejó ella. No la he movido, no he movido nada. 

 

No he trabajado ni cocinado. Simplemente me muevo para traer alcohol y al baño. Traté de comunicarme con mis hermanos. Pero al saber que era yo la que les llamaba colgaban el celular.

 

- Vamos Hades, contesta mis llamadas. -dije al buzón de voz.

- Diablos, Daniel. Los necesitó. No me dejen de lado. -dije a su buzón de voz. 

 

Llevaba 2 días ebria. La lluvia seguía pegando fuertemente en la ventana cuando unos toques a la puerta se escucharon en el departamento. Me levanté con cuidado y tratando de no tropezarme fui caminando hasta la puerta. Todo a mi alrededor se movía. 

 

- Aris, abre la puerta se que estás ahí. 

- ¿Qué quieres? -dije como pude, mi lengua en verdad estaba entumecida por tanto alcohol. 

- Por dios, Aris, ¿que tienes?

- ¿Aparte de haber perdido a la única persona que me quería?

- Vamos te llevaré a dormir. -dijo la mujer encargada de la renta del edificio.

- No quiero. 

 

Unas ahorcadas se hicieron presente por lo que corrí al baño y vacié mi estómago. 

 

Aris, con las fuerzas que le quedaban, salió corriendo al baño, rápidamente la señora mayor marcó al 911 al ver cómo la joven convulsionaba en el baño. La operadora le ordenó que la pusiera de lado.

 

En pocos minutos llegó una ambulancia, entonces la auxiliaron. Mientras la sacaban del edificio, Septis Sciarrone iba llegando al lugar en busca de la joven mesera que lo había impresionado.

 

- ¿Qué pasa? -preguntó el hombre a la mujer mayor.

- Estaba borracha, tenía días encerrada en el departamento fui a verla, pero entonces vomitó en el baño y empezó a temblar mucho. 

- Alguien tiene que ir con la chica, ya. -dijo el paramédico terminando de subir a Aris.

- Iré yo, gracias. -dijo el hombre.

 

La ambulancia fue al hospital central de la ciudad. Le habían dicho al hombre que la joven había sufrido un coma etílico. Niveles muy altos de alcohol había en su sangre.

 

- Señorita Wilson, cancele todos mis pendientes de hoy. Estaré ocupado. -dijo el hombre a su secretaria a través de una llamada.

 

El doctor, y los enfermeros, hacían todo lo que podían para mantener estable a Aris. Le hicieron un lavado estomacal.  Fueron 2 horas extensas para el hombre sentado en la sala de espera.

 

Un hombre exitoso, esperando en una sala de hospital, por una joven mujer que fue su mesera. Ni él lo veía venir. 

 

- ¿Familiares de Aris Cohen? -dijo el médico a la sala de espera.

- Yo.

- ¿Usted es…? -dijo el médico sorprendido.

- Si, soy Septis Sciarrone. -dije sonriendo.

- Señor Sciarrone, ¿conoce a la chica?

- Es amiga mía. 

- Lo siento, no lo puedo dejar pasar,  señor. Es contra las reglas.

- Soy lo más cercano a la familia que tiene, hace pocos días murió su madre. 

- Oh, en ese caso… Creo que puedo hacer una excepción. -dijo aceptando. Dio unos pasos y lo seguí, pasamos unas puertas automáticas y dijo;- Está estable, le hicimos un lavado estomacal y la conectamos a suero con vitaminas ya que venía desnutrida. Creo que puede ser por lo de su mamá. Suena más coherente, ahora con esa información. 

- ¿Necesita algún cuidado? ¿Medicamento?

- No, sólo es recomendable que deje el alcohol por unos días,  ejercicio y alimento sanó. También algo de terapia le vendría bien, para superar lo de su…

- Si, lo entiendo. Me encargaré personalmente. 

- Bien, ella está despierta. Por lo que se, no espera a nadie. ¿La quiere pasar a ver?

- Si, por favor.

- Esta es su habitación. -dijo parándose en una.

 

Puso su mano en la manija de esa puerta azul y la abrió. Una habitación con blanco y azul se dejó ver, tenía iluminación, muchos aparatos que no todos estaban conectados al paciente, un sillón, una silla y la camilla donde descansaba la joven.

 

Ella se sorprendió al ver al hombre de los comerciales, y del que su mamá estaba enamorada, parado en la habitación del hospital. Se veía más imponente de lo que lo recordaba.

 

- ¿Qué haces aquí? -dijo el hombre.

- ¿Cómo? 

- ¿Qué haces aquí? -la joven se quedó callada al no entender la pregunta.- Perdiste a alguien especial para ti y en vez de seguir adelante te hundiste en el alcohol. ¿Qué haces aquí? Y no allá afuera trabajando o cocinando.




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