Chef Italiano.

3.“Ropa.”

3.“Ropa.”

Delante mio tenia a Septhis Sciarrone. Un italiano de 25 años que era dueño de una repostería y era muy famoso, tanto él como su repostería, además de que era modelo y tenía muchos seguidores en su página de Instagram.

 

- Te estoy esperando, Aris. ¿Por qué ese hombre te pone una mano encima? -Mis ojos se habían llenado de lágrimas. En realidad no sabía porque lo había buscado. Sin esperar mucho, me abrace a su pecho.- Tranquila, ya no volverá a pasar. ¿Me puedes contar por favor?

- Papá… Nos abandonó cuando tenía 6, a los 8 mis hermanos se fueron y mamá trabajó siempre hasta que cumpli 13. Regresó hace poco, 2 semanas, al principio no lo quería pero se comportaba bien. Pero se empezó a beber el dinero. Se comía mi comida. Lo trate de echar hoy y me golpeo.

 

El miedo de que me echara de lado o me regresara a mi casa llegó. No podía regresar a mi casa. Solo necesitaba unos días para conseguir trabajó y poder juntar para rentar otro departamento. 

Veía su pecho sin querer mirar sus ojos, no podía ver los ojos de la única persona que me ha apoyado desde que mamá se fue. No podía ver el rechazo de él.

 

- Tranquila, te vas a quedar conmigo. No quiero que regreses allá.

- Pero tengo que regre…

- No. Te vas a quedar, ven.

 

Agarro mi mano y fuimos hasta la cocina. Dentro había una mujer.

 

- Nonna, puoi prepararle la cena?

- Sì figlio.

- ¿Qué quieres? -dijo Septhis.

- No quiero comer.

- La pasta va bene, nonna. -dijo mirando a la mujer, esta asintió.- Espérame aquí, piccola mio. Iré a bañarme. Si necesitas algo, nana te lo puede dar, habla poco inglés, pero si le dices despacio te entenderá. Está aprendiendo inglés.

- Está bien.

 

Me senté en uno de los bancos y la mire hacer la cena. Era todo un arte mirar a otra persona cocinar, de pequeña siempre me gustaba ver a mamá o a la señora que me cuidaba, preparar la comida.

La mujer estaba picando unas verduras que ocuparía, mientras picaba cilantro y perejil, tenía un sartén con puré de tomate, mantequilla, sal y pimienta al fuego. Mientras picaba se distrajo con el sonido de la mantequilla al chispear, por lo que el cuchillo la logró cortar. Soltó el cuchillo de golpe y miró su cortada, era mínima. Me levanté rápido y puse su mano bajo el chorro de agua. 

 

- Tranquila. Esto parara la sangre. -dije despacio, ella asintió, le di una servitoalla y le hice sentarse.- Yo le ayudaré ahora.

- Ok, ma solo questa volta. -dijo sonriendo. Supongo que dijo algo que aceptaba porque no se levantó a quitarme cuando agarré el cuchillo.

 

Agarré el cuchillo después de lavarme las manos y terminé de picar el perejil y el cilantro. Piqué unas salchichas y escurri la pasta. Revolví la salsa y cuando estuvo lista metí la pasta y las salchichas como la mujer me indicó. Termina de sazonar y agarre un poco para que la mujer probara.

Con cuidado le sopló y le probó. Al instante que lo trago, me sonrió y me asintió.

 

- Molto ricco, ragazza. Molto ricco. Septhis, questa è una brava donna. -dijo la mujer emocionada, oh eso parecía.

- Che succede nonna? -dijo este entrando rápido a la cocina.

- Questa donna è molto brava, sa cucinare.

- Lo so, nonna, è molto brava a cucinare.

- ¿Qué dijo? -pregunté cuando Septhis me miró.

- Que está muy rico. Siéntate, yo sirvo los platos, piccola. -se acerco a mi tomando mis manos y beso mi frente y nudillos.

 

Me senté a un lado de la mujer. Después de cenar y que Septhis lavara los platos ambos subimos a su cuarto, me metió al baño y me sentó en la barra del lavamanos. Este se agacho y miro por los cajones, me sentía pequeña en su ropa, llevaba una camiseta de el blanca y unos pantalones de dormir negros, ambos me quedaban grandes.

 

- ¿Qué haces?

- Busco el botequin… Limpiaré tus heridas abiertas y les pondré algo para que se cure.

- Asi estoy bien, se curará en unos días.

- Déjame hacerlo, piccola mio.

- ¿Qué significa eso? Me lo has dicho mucho hoy.

- Tal vez después te lo diga. Me cae de maravilla tenerte hoy aquí. -dijo mientras pasaba un algodón por una herida.

- ¿Por qué?

- ¿Recuerdas el proyecto sobre tu restaurante con mi apoyo?

- Sí.

- Bien, pues mañana, tu, presentaras la idea. -dijo sonriendo.

- ¿A quién?

- Personas que te ayudarán a cumplir tu sueño. Cuando se acepte empezaras con los cursos y mientras iremos viendo otras cosas.

- Está bien.

- Es en la tardé, por lo que después de desayunar iremos a comprarte algo de ropa.

- ¿Comprar ropa? -dije con una sonrisa tímida en mi cara.

- Si, ropa nueva, solo para ti, te verás más linda de lo que ya eres. -La sonrisa que tenía desapareció y mi expresión se endureció.

- No la quiero. No la necesito.

- Se que no, pero es un regalo, es de mala educación rechazar, piccola.

- No me gusta que gasten en mi. -dije mirando a la pared.

- No gastare, velo como una inversión. Es un apoyo para presentar tu proyecto.

 

2 meses habían pasado desde que mamá murió, 2 meses que conocía a Septhis en persona. En 2 meses se había convertido en un buen amigo, incluso algo más que amigo. Al menos para mí.

 

- No aceptaré un “no” por respuesta.

- Está bien. -dije no muy convencida.

 

Su cuarto era lindo, paredes grises, la cama igual, solo que almohadas negras, tenía una televisión con un sillón delante y una mesita en medio. Debajo de la tele había un mueble pequeño que sostenía unos controles, y debajo había más cosas. A pocos pasos estaba la cama. Su closet tenía acceso desde el cuarto y el baño, el cual tenía la regadera desde el techo y era de piedra negra y el baño blanco.




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