6.”Felicidades…”
Era jueves, hoy tenía el examen de nivelación de gastronomía. Desde el día de la comida no había visto a Septhis. Había desaparecido. Esa noche no fui a su mansión, me quedé a dormir como las demás chicas en casa de Fiama, ninguna me quería dejar sola en la mansión de Septhis. Estuve 2 días con ellas ahí. Mientras Fiama trabajaba las demás íbamos a pasear, me distrajeron, habíamos ido a comprar lo de la preparatoria, jugamos futbol y demás.
Gracias a Franco fue que me enteré que hoy tenía el examen. Empezaba a las 11 de la mañana. Eran las 9 cuando desperté. Fiama aún dormía a un lado de mi. Guido, su papá, me había dejado dormir en su casa, para que no me sintiera sola en casa de Septhis, ya que nonna estaba quedándose en casa de los papas de Septhis.
Me levanté y fui al baño, hice mis necesidades y me bañe, me puse ropa interior, que tuve que comprar en el centro comercial, unos pantalones de lycra, una camiseta negra de manga corta y unas calcetas. Cepille mi pelo y lave mis dientes.
Al salir mire como Fiama veía su celular.
- ¿Nerviosa?
- Un poco. -dije sentándome en el lado donde había dormido.- ¿Él vendrá…?
- No lo sé, Ari, papà dijo que lo había dejado a cargo de la empresa. No sabemos cuando regrese.
- Está bien.
- Vamos no te pongas triste. Ven bajemos a desayunar, apuesto a que mamma hizo algo especial para ti.
- Tu mamá es muy buena conmigo. -dije mientras me ponía unas pantuflas.
- Te tiene cariño, ambos de hecho. Vamos.
Ambas bajamos las escaleras y nos sentamos en la isla de la cocina, Franco estaba desayunando ya en traje.
- Buenos días.
- Buon giorno, Aris. -dijeron los tres.- Buongiorno, principessa.
- Buongiorno.
- ¿Estás nerviosa? -dijo Guido.
- Un poco, nunca he cocinado para alguien que me vaya a criticar hasta de como me paro.
- Tranquila, todo saldrá bien. -dijo Chandra, la mujer de Guido y mamá de Franco y Fiama.
- Eso espero…
- Massimo te llevará y va a estar ahí. -dijo Guido viéndome.- Cuando termines, tenemos más o menos calculado el tiempo, te llevará a la oficina para realizar la compra del local, ¿está bien?
- Sí.
- Suficiente de exámenes y trabajo, desayunen ragazze.
Chandra nos puso un emparedado de queso derretido con huevos revueltos y café, el de Fiama era capuchino y el mio simplemente café con leche. Desayunamos escuchando lo que pasó Chandra en el gimnasio y en el yoga. Ahí se nos fue 1 hora platicando, cuando nos dimos cuenta corrí al cuarto de Fiama y empecé a alistarme.
Me lave los dientes, me quite los pantalones de licra y me puse el de cocina, me puse unos tenis y me recogí el pelo en unas trenzas, agarre la filipina negra, mi identificación y mi celular. Baje al ver la hora y me paré delante de la cocina donde todos seguían inmóviles. Massimo estaba ahí. Con una caja en sus manos.
- Buon giorno Massimo. -dije un poco bajo, todos me miraron sorprendidos.- ¿Me salió mal?
- No, para nada Aris, te salió perfecto. -dijo Faima abrazándome. Estaba tratando de aprender italiano, ya que eran una familia italiana y me ponía nerviosa no entender todo lo que me decían y más con nonna.
- Buon giorno, cognata. -dijo sonriendo.- Sei nervoso?
- Estoy un poco nerviosa. -dije insegura si era eso lo que me había preguntado. Fiama asintió feliz.
- Vas avanzando en el italiano, toda la familia estará feliz por eso. Te traje algo. -dijo poniendo la caja en la isla.
La dejó a un lado de Chandra y se puso entre los hermanos. Me puse a un lado de ella dejando la filipina, mi celular y la identificación a un lado. Era una caja grande de madera, no era muy alta, pero si era grande.
Con la mirada de todos puesta en mí, la abrí. Al instante identifique que era. Una fiipina con mi nombre bordado. Aris Cohen. Un delantal de cocina profesional. Había algo envuelto en una manta negra y un gorrito negro.
- Abre el estuche. -dijo Massimo.
Agarre el estuche que era la manta negra, solté el nudo y lo extendí en la mesa, era un juego de 10 cuchillos diferentes, con su cuchara, tenedor y un trapito, todos marcados con mi nombre en dorado ya que tanto los cuchillos como los cubiertos eran en acero inoxidable de carbono. El trapito estaba bordado con mi nombre.
- Es una tradición en la familia. -dijo Guido.- Se le regala todo un kit para hacer su último examen de gastronomía.
- Muchas gracias.
- De nada. -dijo Massimo.
Envolví el estuche de nuevo y le hice el nudo. Agarre todo y lo metí en la mochila que Fiama me extendió. Me despedí de todos y seguí a Massimo hasta el carro. Me subí y el manejo hasta la cocina donde haría mi examen.
- Massimo…
- No se si vaya a ir, Aris. -dijo sabiendo que le preguntaría.
- Él prometió que iba a estar ahí.
- Lo siento. Pero ahí estaré, no me iré hasta que termines.
- Gracias, eres buen amigo.
- Lo sé. -dijo riendo.
La siguiente media hora solo me dediqué a controlar mis nervios. Sabía que haría 4 platillos, pero no tenía ni idea de que eran. Los edificios pasaban, estábamos en la zona de restaurantes costosos.
Cuando llegamos al lugar Massimo y yo nos bajamos, estaba temblando. Entramos y nos registramos, ambos dejamos nuestras identificaciones en recepción y entramos. Llegamos a un pasillo con pocas puertas dobles, a un lado había una sala pequeña.