Hazel
El resto de los días transcurren un poco lentos, después de mi jornada en el restaurant, me voy a casa para preparar uno que otro platillo. El sábado, me despierto con la tripa encogida por culpa de los nervios, normalmente no soy la clase de chica que se pone nerviosa ante ciertas situaciones, pero cuando se trata de mi padre, la situación se vuelve diferente.
Quiero impresionarlo y para ello, tengo que perfeccionar mi platillo.
Llego más temprano de lo habitual al restaurant y por suerte, aún no han llegado los demás, aunque no hay prisa en que lleguen ya que hoy solo prepararemos la comida que ofreceremos más tarde.
Enciendo todas las luces de la cocina y aprovechando que no hay nadie, me permito salir de la cocina para observar el restaurant, bastante ha cambiado desde que era una niña, el color de las paredes son de un tono beige, la decoración es simple y las mesas están cubiertas por un mantel de color blanco que es adornado con decoraciones doradas.
Avanzo entre las mesas, es enorme y ni hablar del vestíbulo en la entrada para registrarse.
─¿Reviviendo viejos recuerdos? ─Pregunta la voz de mi padre a mis espaldas y me sobresalto.
Me doy la vuelta de inmediato para verlo cerca de la puerta que da a la cocina.
No sé por qué ha hecho ese comentario, pero me produce una extraña sensación en mi corazón.
─Tal vez.
Decido responderle y él asiente antes de apartarse de donde está y caminar en mi dirección.
─Es bueno verte, Hazel.
Es la primera vez que los dos nos vemos desde que llegué a la ciudad, papá lleva un traje de vestir de color negro, una corbata a juego y unos impecables zapatos negros, la última vez que lo vi, recuerdo que llevaba su chaquetilla de chef justo como yo traigo ahora.
Trago con fuerza porque no me siento con la seguridad de responderle que también es bueno verlo, porque en el fondo no estoy cien por ciento segura de ello.
¿se es justo no extrañar a alguien que debería haber estado presente en tu vida, pero nunca lo estuvo?
No tengo manera de responder a mi pregunta por lo que solo me obligo a dibujar una pequeña sonrisa y asentir con la cabeza.
─¿Has llegado antes?
Me pregunta con intenciones de entablar una conversación.
─Sí ─respondo en segundos─. Quería estar lista para cuando sea hora de cocinar.
─Seguro que sí ─asiente con la cabeza y se acerca un poco más a mí─. De verdad me alegro que hayamos coincidido ahora, hija, ¿sabes? Tengo algunos colegas que me gustaría presentarte.
Aunque la oferta de mi padre es tentadora y es tonto de mi parte rechazar la oportunidad de que me presente con algunos chefs de prestigio, es algo que me veo rechazando en segundos.
No quiero que me acepten solo por ser hija de uno de los chefs más conocidos en la gastronomía, sino porque me he ganado un lugar entre ellos demostrando que soy buena.
De alguna forma, papá me hace ver las cosas como si fueran fácil de conseguirlas, como si él solo necesitara anunciar que soy su hija y mi vida se solucionaría.
Tomo una profunda respiración.
—No estoy segura de que me interese conocerlos.
Por mucho que no quiero ser grosera, lo soy con mi comentario, veo que aprieta los labios con fuerza.
—Sería bueno para ti.
Mis ojos se posaron con firmeza en los suyos.
—Papá...
¿Por qué de pronto me importaba medir mis palabras? Pienso en que no debería de importarme, en que él en ocasiones anteriores me ha lastimado, pero creo que ese es parte del problema, yo no soy él y aunque me haya lastimado con anterioridad, una parte de mi siente culpa por lastimarlo mientras que otra quiere hacerlo, decirla las verdades en la cara.
Tal vez es por el hecho de que sé de primera mano el peso que tienen las verdades y lo mucho que duelen cuando alguien te las dice.
Suspiro.
—Necesito el trabajo, pero no necesito de tu ayuda para hacerme un nombre.
—Yo solo intento ser amable contigo, Hazel.
—Y yo intento ser clara. Te dije que trabajaría para ti solo por el dinero, pero no hace falta que andes por allí intentando ayudarme, quiero que me reconozcan por mi talento.
—Y para eso necesitas ser perseverante —tal vez no tiene una mala intención al decirme esas palabras, pero la forma en que salen disparadas me hace sentir una pizca de rencor hacia él en mi interior.
Soy consciente de que papá no la tuvo fácil, el éxito que ha conseguido durante tantos años se debe a todo el esfuerzo que ha puesto en lo que hace, en su pasión por la comida y más, y yo he de cierto modo tratado de seguir sus pasos, aunque él no suela verlo, que mencione que no soy perseverante me molesta.
—Hago lo mejor que puedo.
—No siempre es suficiente, Hazel. Si quieres hacerte de un nombre, a veces tener ayuda de alguien más no significa que no eres buena en lo qué haces, a veces es bueno tener a alguien que nos impulse, ¿crees que a mi no me hubiese gustado que mi padre me ayudara? ¿O tener las mismas oportunidades que tú?