Chef Kisses

Capítulo 17 | Hazel

Hazel

Sin duda la hermana de Easton ha sido de una gran ayuda, ha pensado en todo porque incluso me ha puesto maquillaje entre la bolsa que me ofreció con los vestidos, cosa que no esperaba. Normalmente llevo mi maquillaje un poco natural pero debido a que es una noche importante, lo hago más cargado porque me gusta más de ese modo y siento que la ocasión lo amerita.

Mientras me maquillo, intento no pensar en Easton y la proximidad de su cuerpo cuando me intentaba subir el zíper del vestido. No debería de pensar en ello porque tan pronto como lo hago comienzo a pensar en lo atractivo que lo encuentro y lo mucho que me hubiese gustado que sus dedos acariciaran mi piel por más tiempo.

Hago mi esfuerzo por terminar de arreglarme e ignorar todos esos pensamientos de Easton tocándome, para cuando estoy lista, salgo de la habitación en busca de Easton quien aun lleva el cabello un poco húmedo y usa una simple playera.

─Ya estoy lista ─le dejo saber y él asiente levemente, su mirada me recorre de arriba abajo.

─Te ves ─se aclara la garganta─. Hermosa.

Concluye y su cumplido me hace sonrojarme.

─Gracias.

Me limito a responder, hay un pequeñito silencio en la habitación y él se aclara la garganta para después señalar a su habitación.

─Creo que iré a cambiarme, se hace un poco tarde.

─Adelante, ve.

***

Treinta minutos después, el auto de Easton se estaciona en el restaurant un poco alejados de la entrada ya que el estacionamiento se encuentra casi lleno de autos que han asistido al evento, Easton me ofrece su mano y la acepto con algo de timidez porque no quiero caerme con los tacones que me he puesto.

─¿Crees que habrá muchos invitados importantes allá adentro? ─Me pregunta cuando nos detenemos frente a la puerta, aprieto los labios en una mueca.

Papá tiene bastantes conocidos, no me sorprendería que encontremos a chefs demasiado importantes.

─Es lo probable, ¿tienes en mente encontrarte con alguien en específico? ─me atrevo a preguntarle y una mueca se forma en los labios de Easton antes de rascarse la nuca. De pronto creo que luce preocupado.

¿Habrá alguien en esta fiesta que conozca?

Al final se encoge de hombros.

─No realmente ─dice, pero presiento que hay algo más, aun así, no lo presiono porque creo que no estoy en mi derecho de hacerlo, es evidente que mi compañero de trabajo tiene muchos secretos─. Vamos, esperemos que la noche surja bien.

Es su comentario y de allí, los dos entramos al local.

Todo luce elegante como es de esperarse y me parece que han contratado meseros extras para esta noche porque todos los que trabajamos en el restaurant estamos aquí como invitados más, eso es algo que encuentro agradable por parte de mi padre.

Easton y yo partimos por caminos diferentes como si ninguno hubiese llegado juntos, Sheila me hace una seña para que vaya a la mesa en la que se encuentra ella, Johan, Chelsea y Nilson, otros cocineros que trabajan aquí. Los saludo a todos con entusiasmo y les dejo ver una sonrisa.

─Dios, Hazel, te ves hermosa.

Me dice Chelsea y Sheila al mismo tiempo. Ambas sueltan una risita por haberlo dicho al unisón.

─Sin duda tenemos a las compañeras más guapas, ¿No es así Nilson? ─Nos halaga Johan provocando que me sonroje.

─Gracias, todos aquí lucen espectaculares ─y de verdad lo hacían, se habían esforzado tanto como yo para arreglarse.

Los chicos al igual que Easton, lucían un traje de vestir de color negro, tengo que confesar que, aunque no le hice ningún cumplido antes de salir de su departamento, no dejaba de pensar que Easton se veía demasiado guapo para ser real con ese traje.

─¿Has llegado sola? ─Me pregunta Sheila cuando me siento a su lado. Niego.

─Me ha traído Easton.

─¿El gruñón de Easton? ─Pregunta Chelsea con sorpresa en su voz.

─Son vecinos ─le cuenta Sheila, lo que sorprende más a nuestra compañera.

─Vaya, esa es una sorpresa.

─Sí.

Suelto una risita nerviosa.

Un mesero viene hacia nuestra mesa y nos ofrece bebidas a todos, acepto una copa de vino y me quedo un rato a platicar con mis amigos hasta que quiero ir al baño y me levanto de la mesa dispuesta a ir. El restaurant es tan grande y la mayoría esta parado conversando y uno que otro sentado en las mesas también conversando que me toma tiempo llegar hasta el baño.

─¡Hazel! ─una voz femenina llama mi nombre en cuanto salgo del baño, me volteo para ver que se trata de la esposa de papá y tengo que mirar a mi alrededor un par de veces para comprobar que ninguno de mis compañeros del restaurant está cerca para vernos.

─Deborah ─mi voz suena llena de sorpresa y una pizca de miedo al saludarla, ella siendo tan entusiasta como siempre no duda en aproximarse para saludarme de beso en la mejilla.

─¡Cuánto tiempo! ¡Mírate! ─dice con entusiasmo y su mirada recorre mi cuerpo─. ¡Estás preciosa!




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