Hazel
Termino dando vueltas en la cama una y otra vez sin poder dormir pensando en Easton y Daniel, cuál sea que sea la relación entre ellos dos, estoy segura de que no es buena.
Siempre he pensado que, en algunas ocasiones, el pasado de alguien no lo define por completo. Y pienso en que aquello aplica para Easton.
Después de unos minutos, decido salir de la cama a por un vaso de agua y como sé que me cuesta quedarme dormida, decido comenzar a limpiar, no es que esté muy sucio, pero eso ayuda a calmar mis nervios de cierto modo.
Para cuando termino, es alrededor de las cuatro de la mañana y estoy cansada, voy directo a la cama sin importarme la hora y me quedo profundamente dormida.
Cuando digo profundamente, lo digo en serio porque ni siquiera oí el despertador para comenzar a alistarme para el trabajo y cuando me despierto, me doy cuenta que voy tarde.
Me meto a la ducha lo más rápido posible con intención de despertarme por completo porque aún me siento un poco somnolienta y me maldigo por no haberme ido a acostar de nuevo cuando tuve oportunidad.
No es que yo fuera obsesiva con la limpieza, pero a veces limpiar calmaba mis nervios y anoche eso había ayudado.
Antes de salir de casa, me apresuro a tomar conmigo la botella de insecticida para no olvidarme de rociar la entrada como siempre y las escaleras hasta que consigo llegar a mi carro con éxito y conducir al trabajo.
****
─¿Te encuentras bien? ─Es lo primero que Sheila me pregunta al verme y asiento de inmediato.
─Claro.
─¿Segura? Nunca sueles llegar tarde al trabajo ─enarca las cejas.
─Segura, es solo que me quedé dormida.
─Suena raro viniendo de ti.
─Bueno, tuve una larga noche.
Digo, cosa que es algo cierto. Tan pronto como le explico que me ha costado dormir y he terminado limpiando en vez de intentar irme a la cama como era correcto, me da los platillos que debemos elaborar para el día y comienzo a cocinar como siempre.
Me concentro lo mejor que puedo, aunque mi cabeza sigue aun rondando en Easton y Daniel. Cuando le doy una mirada a Easton para ver qué está haciendo, veo que tiene el ceño fruncido mientras decora uno de sus platillos, me he dado cuenta que casi siempre hace eso cuando se concentra, aunque la mayoría del tiempo da la impresión de estar algo enojado.
Easton alza la mirada en mi dirección y no me da tiempo voltear a otra dirección que termino sonrojándome por ser atrapada viéndolo, esquivo su mirada de inmediato y vuelvo a concentrarme en mi platillo, para la hora de descanso, termino almorzando uno de los postres de más que hemos preparado con la intención de volver a preparar otro más tarde.
─¿Hazel? ─Pregunta Herbert cuando aparece frente a mí, dejo de usar mi celular para prestarle mi atención, él me ofrece una media sonrisa antes de volver a hablarme─. ¿Te importaría acompañarme a mi oficina?
─¿Ahora?
Pregunto y él asiente.
Me levanto de inmediato de mi lugar y lo sigo hacia su oficina sin importarme si alguien me ha visto seguirlo, aunque teniendo en cuenta que ha venido a buscarme a la hora del almuerzo y no soy la única aquí, es obvio que se han dado cuenta de ello.
─¿Pasa algo malo? ─Pregunto en cuanto entramos en su oficina.
─Oh no, tranquila. No es nada malo, espero ─dice mientras se dirige hacia su escritorio y se sienta detrás de este, me hace una seña para que tome asiento en la silla frente a él y lo hago─. Tu padre ha llamado, Hazel.
─¿Ah sí?
─Sí ─aprieta los labios en una mueca─. Ha estado un tanto preocupado por tu estadía aquí en el restaurant y aunque él me ha hablado del anonimato que has querido que mantengamos sobre ti y él, se interesa por saber si te sientes realmente cómoda con la idea de toda esta clase de competencia.
Ahora soy yo quien aprieta los labios con fuerza, no debería sorprenderme que papá intente recurrir a Herbert para tener las conversaciones que evito tener con él.
─Estoy cómoda ─me apresuro a responder tan pronto como puedo─. Y aunque no lo crean, estoy conforme con la idea, quiero decir, sería injusto que solo me diera el titulo de chef estelar porque soy su hija cuando puedo demostrar que realmente lo merezco, además, es justo para Easton.
─Supongo que lo es, aunque sinceramente no esperábamos que durara mucho aquí.
─¿Por qué?
Siento curiosidad, Herbert suspira y se recarga en su asiento.
─Porque tiene talento al igual que tú ─dice con un leve asentimiento─. Los chicos como él y tu no suelen durar mucho aquí y no es porque no merezcan el trabajo, sino que por lo general suelen irse, ya sabes, emprenden su negocio.
─Oh ─siento un poco de alivio con esa respuesta, no sé que otra clase de respuesta esperaba, pero puedo decir que no era una buena─. Ya veo.
─Bueno, no quiero quitarte más tiempo, pero solo quería confirmar que realmente estás bien aquí.
─Lo estoy.