Tal vez no es la mejor idea traer a Hazel al hospital conmigo, pero tiene razón, si la llevaba primero a casa, iba a retrasar la visita con mamá quien nos recibe con una sonrisa a los dos.
─Hola ─la saludo como de costumbre colocando un beso en su frente.
─Veo que trajiste visitas ─susurra muy cerca de mí oído, intento ocultar mi sonrisa─. Hola querida, ¿tú eres?
─Hola señora, Hart ─saluda Hazel dando un paso al frente─. Soy Hazel.
Mamá me da una mirada divertida y con la mía le suplico que no diga nada al respecto, por suerte, me apoya.
─Es un gusto conocerte, ¿eres amiga de Easton?
Mamá eleva las cejas y voltea a verme al tiempo que Hazel lo hace, no soy bueno dándole un titulo en mi vida a las personas, amigos, relaciones, familia. Me cuesta a veces creer que hay realmente alguien en mi vida que de verdad me aprecie, aún así, asiento en acuerdo.
─Trabajamos juntos en el restaurant ─me limito a responder antes de Hazel y solo espero que la situación no se vuelva tan incómoda.
─¿Y por qué han venido hoy juntos? Digo, siempre estoy feliz de tener nuevas visitas, es solo que, ya sabes ─se encoge de hombros hacia Hazel─. Mi hijo es un cascarrabias.
─Mamá…
─¿Qué? ─protesta de manera divertida─. Todos somos conscientes de tu mal genio, me sorprende que hayas conseguido que la chica te acompañe.
El comentario consigue que Hazel se ría.
─Bueno, es un tipo agradable cuando quiere ─le deja saber a mamá quien sonríe divertida. Es bueno verla sonreír de esa manera aun cuando es a cuestas de mi mal carácter.
─¿Y bien? ¿Qué tal el trabajo hoy?
Nos pregunta a ambos.
─Ya sabes, ajetreado ─le respondo de inmediato y ella asiente.
─¿Qué hay de ti, Hazel?
─Pienso lo mismo que Easton ─dice de una manera educada─. Los días son ajetreados en el trabajo.
─Ya lo creo ─mamá habla con una media sonrisa─. Gracias por venir.
─No tiene que agradecerme ─Hazel se apresura a negar y mamá también lo hace.
─Créeme, no suelo tener muchas visitas además de este grandote, es bueno tener caras nuevas por aquí ─le asegura y de pronto me siento un poco fuera de lugar cuando Hazel le pregunta a mamá como ha estado y mamá le cuenta un poco sobre sus días en el hospital, decido no interrumpir mucho su conversación solo cuando mamá se dirige a mí porque sé que le sienta bien tener a alguien distinto platicando.
Mía no suele venir seguido porque venir al hospital la pone nostálgica, así que Hazel le alegra el día a mamá platicando y eso me alegra el día a mí de cierto modo.
─Gracias por venir chicos ─dice mamá cuando ya quedan pocos minutos de la hora de visita, me acerco a ella para besarle la frente, mamá me da un abrazo como de costumbre, sin embargo, susurra en mí oído─. Es muy linda, East.
─Lo sé.
Susurro de vuelta y me aclaro la garganta cuando me aparto de ella.
─Fue un gusto en conocerla, señora Hart.
─Por favor, Hazel, llámame, Rachel ─le dice con una pequeña sonrisa que Hazel responde de vuelta.
─De acuerdo.
─Espero vuelvas a visitarme pronto, ha sido agradable conocerte y me alegra que Easton tenga una amiga.
─Mamá.
Sentencio y ella rueda los ojos.
─Por cierto, el doctor Molina dijo que hablaron sobre una fecha para la cena que organizaras ─me dice cambiando de tema.
─Ah sí, ya nos hemos puesto de acuerdo.
─¿Tendrás tiempo para ello? Sé que trabajas bastante y no quiero que…
─Mamá, sabes que consigo hacer tiempo para todo ─le dejo saber y ella pone una pequeña mueca.
─Lo sé, siempre lo haces ─termina diciendo y hay un pequeño silencio antes de que ella vuelva a hablar─. Gracias.
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Hazel y yo volvemos a casa, el trayecto en el auto es silencioso y para cuando estaciono mi auto y apago el motor, los dos nos quedamos en silencio dentro de este.
─¿Qué es eso de que organizarás una cena? ─Se atreve a preguntarme y romper el silencio entre nosotros.
─Le prometí a mamá una cena para ella y sus amigos del hospital y también para los doctores, ya sabes, por su esfuerzo y trabajo.
Respondo y veo un poco de sorpresa en ella.
─¿Y cocinarás tu solo?
─Es la idea ─asiento con la cabeza, las cejas de Hazel se elevan en asombro.
─Podría ayudarte ─dice después de unos segundos en silencio─. Claro, si quieres una mano, me gustaría ayudar.
Parece sincera y definitivamente no me vendría mal un poco de ayuda, me quedo en silencio por casi un minuto observándola, pienso en lo guapa e inocente que me parece al mismo tiempo y solo pienso en que me gustaría acortar la distancia entre los dos ahora mismo y besarla, solo que contengo mis ganas de hacerlo.