Hazel
No tengo palabras para lo que ha sucedido. No tenía la menor idea de cuanto Daniel odiaba a Easton hasta hoy, el que haya venido y destrozado mi departamento me confirma que no es una buena persona y que claramente no debí confiarme al no mencionarle su visita a Easton, ahora estoy pagando las consecuencias e intento lidiar con ello.
─Hazel… ─Easton vuelve a llamar mi atención y volteo a verlo, aún estoy en una especie de shock, intentando procesar lo que ha sucedido─. Hazel, mírame.
Insiste de una forma tan suya, tan seria que me hace mirarlo al instante.
─¿Qué quieres? ─Mi voz es como un susurro.
─No puedes quedarte en tu departamento, no es seguro ─dice algo que ya he pensado de antemano.
─Lo sé.
Respondo con una mueca en la boca y él da un paso hacía mí que me hace no apartar la vista de él.
─Podrías quedarte en mi departamento si quieres, sería….
─No hace falta ─le corto de inmediato y sus labios se aprietan. No estoy lista para estar cerca de él de nuevo y dudo que él también quiera estar conmigo. está vez las cosas son diferentes.
Daniel no es confiable.
Daniel es su amigo.
Daniel quiere vengarse de Easton y de aquellos cerca de él.
Es lo que pasa por mi mente y mi instinto es retroceder para poner distancia de por medio entre los dos, Easton lo nota y aunque no luce conforme ante la idea de que me aparte de él, no dice o hace nada, respeta mi decisión.
Niego antes de volver a hablar.
─Le pediré a Sheila quedarme con ella ─pienso que es lo más seguro porque no creo que quedarme en el edificio sea bueno, Daniel podría aparecerse de nuevo y no podría ser bueno.
Easton da un leve asentimiento.
─Bien, te llevaré.
Asegura y sinceramente, no creo que esté en las mejores condiciones para conducir así que asiento.
***
Luego de buscar mis pertenencias, las cuales son un par de cambios y ropa interior para un par de días, Easton me lleva a la casa de Sheila luego de pedirle quedarme con ella por un par de días. Easton no se baja de su auto o dice una sola palabra hacía mí, yo tampoco lo hago y solo bajo del auto cuando hemos llegado a la casa de mi amiga.
─¿Está todo bien? ─Me pregunta cuando ve el auto de Easton desaparecer.
Aprieto los labios con fuerza.
Definitivamente no.
Nada está bien. Quizás las cosas están peor que nunca y no quiero decírselo.
─Ha habido un problema en el edificio, solo eso.
Aunque Sheila no se cree mis palabras no me insiste en el tema y agradezco que así sea.
─Bien, he preparado la cena ─me dice con una media sonrisa en la boca─. ¿Quieres comer?
Se me ha ido el apetito con todo lo que ha pasado hoy pero no he comido nada en todo el día que me caería bien un poco de comida en el estómago.
─No tengo mucho apetito ─le dejo saber─. Pero acepto comer.
─Perfecto.
Dice y me deja un tiempo a solas en la sala de estar mientras ella sirve la cena. Aprovecho la oportunidad de estar sola para procesar lo que ha pasado.
Daniel realmente ha entrado a robar a mi departamento y lo ha hecho con descaro, no se ha molestado en ocultar que ha sido él y todo por vengarse de Easton. Aun me cuesta un poco creer que ese hombre realmente lo odia y le debe guardar demasiado resentimiento como para perjudicar a otros, a quienes Easton quiere.
Aprieto los labios con fuerza mientras intento entender las cosas.
A veces es difícil de comprender a los seres humanos, la forma en la que le podemos destrozarnos, lastimarnos solo por el hecho de que estamos molestos, de que estamos frustrados ante una situación que a veces es sin sentido.
Nunca voy a entender con exactitud como es que a veces podemos lastimar a personas que realmente no nos han hecho nada.
Quince minutos más tarde Sheila viene a decirme que la mesa está lista. Las dos tomamos asiento la una frente a la otra, comemos en silencio por un par de minutos que realmente se sienten incómodos hasta que Sheila insiste en hablar.
─Lo siento, pero me preocupo por ti, ¿sí? ─dice ladeando la cabeza─. ¿Quieres decirme qué sucedió?
Me muerdo los labios con un poco de fuerza. Supongo que decirle que ha sucedido es lo justo porque he venido a su casa a mitad de la noche. Un suspiro se me escapa y decido contarle la verdad.
─Alguien entró a mi casa a robar ─suelto como si nada y Sheila abre los ojos con asombro.
─¿Qué? ¿qué ha pasado? ─Pregunta con intriga en ella.
─Ha sido un amigo de Easton… ─aprieto los labios cuando digo esto, pero termino negando segundos después─. Daniel, se llama Daniel…
Quizás no es lo correcto dale información sobre él, pero lo he dicho sin pensar y ahora que lo hago, creo que me arrepiento. Sheila aprieta los labios y reflexiona.