Easton
Después del incidente con Hazel, fui directo a buscar a Daniel y decirle que ella no tenía nada qué ver conmigo y el pasado que nos unía a ambos, sin embargo, solo conseguí que Daniel se riera de mí junto con sus amigos a pesar de que le llevé cierta cantidad de dinero para poder evitar que se entrometiera más en mí vida, pero claro, una persona como él jamás se queda tranquila y pedirle que no haga algo es como pedirle que lo haga más veces si le es posible.
Mía me ha llamado esta mañana para decirme que Daniel le ha terminado haciendo una visita para decirle que le debo dinero y por supuesto, eso ha puesto a mi hermana preocupada y sin dudar, ha provocado un gran enfado en mí.
Aprovecho que la puerta del departamento de Daniel está abierta y entro como si nada y sorprendo a los amigos que están con él, claramente no se esperaban mi visita y mucho menos Daniel, quien frunce el ceño al verme.
Acorto la distancia entre los dos lo más rápido que me es posible y lo tomo por el cuello de su camisa, haciendo que se levante del sofá en el que está holgazaneando con el resto, por unos segundos vislumbro temor.
─Te dije que no te metieras con mi familia ─seguido de ese comentario, le doy un puñetazo en la cara, seguido de otro y otro hasta que uno de sus amigos, que reconozco como Donovan me separa de él y otros vienen a ayudar, tomando a Daniel para impedir que se me eche encima.
Contemplo el rostro de Daniel ensangrentado por culpa de los golpes que le propiné y sonrío por ello, al menos le he causado un poco de dolor a pesar de que no se compara con el dolor que él ha causado en mi familia por años.
Me saco el sobre que llevo detrás de mis pantalones, es café y dentro hay el dinero suficiente como para que deje de molestarme. Ya no le debo más. Ya no me debe buscar.
Se lo aviento de mala gana.
─Espero que eso sea suficiente como para que no me molestes más, y mucho menos a mi familia porque la siguiente vez me aseguraré de refundirte en la cárcel ─espeto con bastante odio. Daniel me conoce bien, diría que lo suficiente como para saber que no estoy mintiendo, que podría meterlo a la cárcel si realmente me importara hacerlo, pero no quiero involucrarme más con él, no quiero saber nada que tenga que ver con él, drogas, vicios, o cualquier persona que lo conozca.
Me safo del agarre de sus amigos y salgo del edificio tan pronto como puedo, ninguno se molesta en venir a buscarme para devolverme la paliza que le he dado y supongo que eso quiere decir que estamos a mano.
Subo a mi auto y conduzco a toda prisa para alejarme del edificio donde vive y cuando estoy lo suficientemente lejos, siento que al fin respiro.
He tenido que ir al banco a sacar más dinero de lo que imaginé que alguna vez le pagaría, pero no quiero tenerlo más en mí vida, quiero cortar toda relación con él y conseguir que de una vez por todas me deje en paz y por supuesto, que no se meta más con las personas que amo.
Por mucho que quiero ir a casa, no lo hago porque irme a encerrar solo conseguirá alimentar la ansiedad que de pronto estoy sintiendo, así que termino conduciendo al hospital y agradezco que aun sea hora de visita y Quinn me deje ver a mi madre tan pronto como le hago saber mi llegada.
─Easton ─me saluda mamá con una media sonrisa que respondo, aunque no dura ni un segundo en mi rostro─. ¿Está todo bien?
Pregunta al darse cuenta de que no estoy de los mejores ánimos.
Tomo una silla y la aproximo hacia ella, después tomo su mano y la aprieto con fuerza antes de acariciarme la mejilla con ella, sin embargo, un bufido lleno de exasperación se me termina escapando y eso le deja saber que realmente nada en mi vida está bien en estos momentos.
Nunca he sido una persona tan insensible, quizás, cuando era niño, no tenía ningún problema en contarlo todo, en mostrar mis emociones hacia la gente, sin embargo, ha medida que fui creciendo, fui poniendo un gran caparazón en mi que ahora es demasiado duro y muy difícil de derrumbarse.
─Nada está bien mamá ─confieso y siento un gran nudo en la garganta.
─Ay mi niño ─dice con algo de preocupación en ella─. Esperaba que te animaras a contármelo, me he dado cuenta de que no eres el mismo desde tus últimas visitas, que las cosas no están bien. ─Dice y esa confesión me revuelve el estómago, tal vez es ese instinto de ella, ese instinto de mamá que la hace darse cuenta de todo sin necesidad de decírselo─. ¿Te importa contármelo?
Siento que debo considerarlo, sin embargo, no lo trato de pensar más y me apresuro a decirle todo.
Le cuento a mamá la verdad, de que Hazel es hija de Marshall Laurier y no una simple empleada y lo mucho que esto me ha afectado.
─Ay, East ─dice con una mueca en la boca─. Entiendo que estes molesto y sientas que ella te ha engañado con eso, pero no quiere decir que vas a tirar todo a la borda después de lo que pasó. Hazel tuvo sus razones para no decírtelo, así como tu tuviste tus razones para no contarle lo de tu padre, ambos mintieron y no por eso deberían odiarse. Ustedes dos se quieren, East. Pude notarlo en las veces que ella estuvo aquí.
Siento una extraña sensación en mi interior y pongo una mueca, tal vez mamá esté en lo cierto, ambos tuvimos nuestras razones para mentir al respecto, sin embargo, no puedo evitar sentirme herido.