Me cambié de ropa y me dirigí enseguida a la sala de la mesa redonda, donde encontré más asientos ocupados de los que esperaba.
MC- Buenos días, Sus Altezas.
Leon- ¡Buenos días, MC! He oído que vas a unirte a nosotros a partir de hoy.
Jin- ¡Ah, maravilloso! Esta fiesta de salchichas en la mesa carece de bellezas, así que eres muy bienvenida.
Yves- Los plebeyos rara vez llegan a compartir una mesa con la realeza como nosotros. Deberías estar agradecida.
Luke- MC, tu asiento está al lado del mío.
Clavis- ¿O puedes sentarte a mi lado, si quieres?
Nokto- Pero ese es el asiento de su Alteza, Clavis.
Clavis- A menos que algo extraño esté pasando con él, no vendrá.
MC- ¿De verdad? Me dijeron que es costumbre que todos los príncipes coman aquí.
Licht- ...Él no aparece a menos que haya algo importante de lo que hablar.
Clavis- Y como bien sabes, es un tipo muy tímido. Oh, sí...
(Es absolutamente imposible que tenga una razón tan peculiar para no venir. Me pregunto cuál será la verdadera razón).
Mientras miraba la silla que de pronto me pareció triste y vacía, Clavis hizo un alarde de aplaudir.
Clavis- ¡Eso es, Belle! ¿Por qué no vas a buscar a Chev por nosotros?
MC- ¿Perdón?
Clavis- ¡Quizá incluso venga a unirse a nosotros en la mesa si lo convences lo suficiente!
MC- Clavis. Dos veces me engañaste, qué vergüenza.
(Tengo que tener cuidado cuando tiene esa sonrisa evocadora en su rostro).
Clavis- ¡Ja, ja, vamos! ¿Sigues enfadada por el libro de desnudos de ayer? Esto es algo totalmente diferente. Ya que estás decidiendo al próximo rey, ¿no sería mejor que estuviéramos todos juntos al mismo tiempo?
MC- Yo...
Estaba a punto de protestar, pero me di cuenta de que tenía razón. Su deslumbrante sonrisa parecía decir que estaba seguro de haber ganado este asalto.
Clavis- Entonces ve a darlo todo. Ahora mismo, Chev debería estar...
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(Clavis tenía razón. Él estuvo aquí todo el tiempo).
Al final, acepté a pesar de esa sonrisa sospechosa. Entré en la habitación de Chevalier sintiendo una pizca de inquietud. Allí, en una gran cama, la 'Bestia Brutal' yacía durmiendo, completamente indefensa.
(Incluso cuando está dormido, emite una vibración feroz. Como si pudiera despertarse y abalanzarse sobre mí en cualquier momento. ¿Fue realmente una buena idea entrar aquí sin permiso?)
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Clavis- Y no te molestes en llamar antes de entrar. Es el tipo de persona que no responderá, incluso si está allí.
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(Los otros príncipes estuvieron de acuerdo con Clavis, así que pensé que no estaría mintiendo. Esto me parece cada vez más arriesgado, pero voy a intentar despertarlo de todos modos).
La habitación, bellamente decorada, estaba repleta de estanterías, pero me concentré más en el hombre dormido mientras me acercaba de puntillas a la cama.
MC- Buenos días, Príncipe Chevalier.
Todo lo que pude ver fue un bulto grande, silencioso e inmóvil bajo las sábanas que no respondió a mi saludo.
MC- Umm, despierta, despierta, el desayuno esta listo.
Todavía no hay respuesta.
MC- ¡Príncipe Chevalier!
Chevalier- ...Cállate.
Cuando Chevalier se asomó por fin de debajo de las sábanas, sus ojos estaban vidriosos.
Chevalier- Si haces más ruido... lo lamentarás...
(¡¿Qué?!)
Su voz era ronca, pues acababa de despertarse, y eso hacía que la amenaza fuera aún más desgarradora.
MC- Yo...
Chevalier- Mmph.
Ignorándome mientras yo me quedaba de pie tratando de averiguar qué decir, Chevalier se sumergió de nuevo en el mar de sábanas.
(Oh, es cierto...)
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Clavis- Chev y las mañanas realmente, realmente no se mezclan. Probablemente no será fácil despertarlo, pero no te desanimes, ¿de acuerdo?
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(Clavis dijo eso, ¿no?)
Aunque Chevalier estaba bajo las sábanas, había una tensión en el aire que me hacía sentir que la bestia podría morderme si no vigilaba mis pasos. Sin saber qué más hacer, carraspeé ligeramente para intentar llamar su atención, y él volvió a abrir los ojos lentamente.
Chevalier- ...por qué...
MC- ¿Sí?
Chevalier- ¿Por qué... has venido... a despertarme?
MC- A partir de hoy, comeré con los príncipes, pero tú no estabas en el salón con los demás.
Chevalier- ...Así que Clavis... te convenció de venir aquí...
(¡Vaya, se dio cuenta muy rápido!)
Chevalier- ...No necesito desayunar... Vete.
MC- Pero no puedes saltarte el desayuno. No es bueno para... ¡oh!
Una mano salió disparada de la cama, agarrándome del brazo y tirando bruscamente de mí hacia el mar de sábanas. De repente me encontré muy cerca del apuesto rostro de Chevalier, cuya expresión era más sensual que de costumbre.
MC- ¡¿Qué estás haciendo?!
Chevalier- Te he dicho que te vayas. Si eres incapaz de eso... tendré que silenciarte yo mismo.
Su voz en mi oído era extrañamente lánguida, y recorrió mis labios con la punta de su dedo, como si quisiera puntualizar su advertencia. Estaba tan cerca que podía sentir el calor que emanaba de su cuerpo. No fui capaz de hablar al darme cuenta de lo vulnerable que me sentía.