En una discreta y pequeña sala de almacenamiento en el fondo de la biblioteca, acechaba la Bestia Brutal. Naturalmente, nadie querría acercarse a un lugar del que circulaban esos rumores. Nadie, excepto unos pocos.
Clavis- ¿Te enteraste, Chev? Aparentemente, Belle asistirá al próximo baile en el palacio. Y según tengo entendido, está buscando un príncipe que la acompañe.
Mientras recorría visualmente las letras extranjeras del libro que sostenía en mis manos, Solo estaba escuchando a medias a Clavis parloteando ruidosamente a la puerta de la sala de archivos. Era mi costumbre leer en esta sala después de terminar mis deberes del día.
Clavis- ¡Ya sé! ¿Por qué no lo haces tú? Una mujer podría sacar el encanto de una bestia temible como tú.
Seguí ignorándolo.
Clavis- Además, apuesto a que Belle es prácticamente la única mujer que te dejaría acompañarla. Digo, cualquier otra dama ni se te acercaría por miedo, mucho menos te elegiría como acompañante. ¡Ja ja!
Chevalier- Si viniste solo a charlar, lárgate. Me estás molestando.
Clavis- Ay, no digas eso. Solo estoy pasando el rato, igual que tú.
Siempre entraba a mi biblioteca sin permiso, hablaba todo lo que quería y luego se iba... Esta era la molestia que había tenido que soportar a diario desde que éramos niños.
(Si me va a hablar hasta matarme, al menos podría ofrecer información más útil.)
Clavis- Por cierto, ya llevas un buen rato leyendo ese 'Romance de la Rosa'. ¿Es interesante?
Chevalier- ...¿Por qué?
Clavis- Parece que te atrapó mucho más que los otros libros que sueles leer.
Chevalier- Ah, al contrario.
Clavis- ¿Mmm?
Chevalier- No lo estoy leyendo porque sea interesante. Lo estoy leyendo porque no puedo entender por qué les resulta tan atractivo a los demás.
'Le Roman de la Rose' era un poema sobre un hombre que se enamoró de una rosa en un sueño. Era impresionante la cantidad de palabras y frases que el autor usaba para hablar del amor en un solo libro. Pero cuanto más lo leía, más seguro estaba de que el amor era un sentimiento absurdo y sin sentido.
Clavis- Si no te gusta, quizá no deberías leerlo.
Chevalier- Es un buen argumento.
(Y casi nunca releo un libro, pero...)
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MC- ¿Ese es 'El Romance de la Rosa'?
Chevalier- ¿Lo conoces?
MC- ¡Sí! Ese libro profundiza mucho sobre el amor. A mí me pareció una lectura muy interesante.
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(No creo que llegue a entender ni remotamente el encanto de este libro según ella).
Y, sin embargo, había tomado 'El Romance de la Rosa' de nuevo del estante, incapaz de sacarme de la cabeza la expresión alegre de esa mujer. Me intrigaba el hecho de que ella no pudiera creer que estuviera leyendo este libro.
(No importa cuántas veces lo lea, mis sentimientos no cambian. Supongo que nuestros valores realmente son fundamentalmente diferentes)
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Chevalier- Así funcionan los valores. Que dos formas de pensar sean incompatibles no significa que una sea correcta y la otra equivocada. Solo podemos aceptar que no estamos de acuerdo.
MC- ¿No hay manera de llegar a un compromiso en lugar de simplemente descartarlo?
Chevalier- ¿Hmm?
MC- Incluso si tenemos valores opuestos, creo que el deseo de entendernos nunca es algo malo.
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(...Absurdo.)
Ignorando a Clavis mientras seguía parloteando sin parar, cerré el libro. Luego me sumergí en unos cuantos libros más, hasta que noté que los ruidos del área principal se habían desvanecido y el cielo estaba oscuro. Al salir de la habitación, divisé a una mujer en una escalera en una posición precaria mientras intentaba alcanzar un libro.
MC- ¿Príncipe Chevalier?
(¿Eres idiota?)
Como era de esperar, Belle, distraída, perdió el equilibrio en la escalera y cayó al suelo con un fuerte golpe. Fue un accidente tonto y fácilmente evitable que resultaría en moretones como mínimo, y una fractura como máximo.
MC- ¡Ay...!
(Lo que le pase a ella no es de mi incumbencia, pero...)
Mi cuerpo se movió por su cuenta, en contra de mis pensamientos. Me acerqué a Belle, que seguía en el suelo, y la miré desde arriba.
Chevalier- Eso fue torpe de tu parte.
MC- Bueno, esto es incómodo...
Chevalier- Ciertamente. Y necesitas moverte.
Observé cómo Belle se levantaba. Por la forma en que se movía, no parecía estar herida.
(Así que solo se llevará algunos moretones. Es sorprendentemente resistente.)
Después de asegurarme de que estaba bien, me acerqué a un estante de libros cercano, sin tener ningún motivo para hacerlo.
(Qué estúpida pérdida de tiempo. Debería haber sido más cuidadosa.)
Y sin embargo... Me había descubierto preocupado por ella sin saber por qué, y eso me irritaba. Mientras seleccionaba un libro adecuado, sentí una mirada intrusiva.
MC- Príncipe Chevalier, hay algo de lo que me gustaría hablar con usted.
Me mantuve concentrado en el libro que tenía en las manos.
(Si quiere hablar de algo ahora, probablemente sea sobre el baile.)
MC- Es sobre el baile que se celebrará pronto...
Chevalier- No.
MC- ¿No qué? ¡Ni siquiera me dejó terminar!