Su implacable agarre me decía que no me dejaría ir hasta que respondiera. La emoción que sentí por mi instintiva sensación de peligro, como si estuviera atrapada bajo las garras de una bestia, hizo que los latidos de mi corazón se dispararan.
(Cálmate... cálmate, MC. Respira hondo).
MC- Sinceramente, ni yo misma lo sé.
Chevalier- ...¿Estás bromeando?
MC- ¡No, no lo estoy! Estoy diciendo que mi corazón me impulsó a actuar antes de que mi cabeza lo pensara... No pude dejarlo pasar.
Chevalier- ¿Dejar pasar qué?
MC- Bueno...
(¿Cómo explico el indefinido 'algo' que me preocupa en mi corazón?)
Al no responder. El suspiro exasperado de Chevalier me hizo cosquillas en la mejilla.
Chevalier- Incluso los niños son capaces de poner en palabras sus propios pensamientos, a diferencia de ti, según parece.
MC- ¿Acabas de compararme con un niño?.
Chevalier- Es mejor que una tonta indecisa que no sabe decir nada.
(Gracias, ¿creo? Bueno, está molesto, pero no necesariamente enfadado...)
Chevalier me soltó el hombro, y yo respiré secretamente aliviada. Aún no había descubierto qué era esta extraña sensación, pero por el momento, una sensación de satisfacción la despejó.
(Ahora que lo pienso...)
MC- Príncipe Chevalier, ¿por qué no le presentó a esa joven a otra persona desde el principio?
(Si le hubiera dicho desde el principio su talento tiene valor para otros, se habría ahorrado muchos disgustos).
Chevalier- Ellos fueron los que finalizaron la conversación.
MC- ¿Qué?
Esa no era una razón que esperaba escuchar.
Chevalier- Esto es lo que suele ocurrir cuando hablo con los nobles. Todos se asustan de mí y dejan de hablar, impidiendo que la conversación continúe. Supongo que, a sus ojos, soy como una bestia al acecho. No es que estén equivocados.
(O sea, que todos se van antes de terminar de escuchar lo que tiene que decir. Pero...)
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Chevalier- Si no eres capaz de responder, no tengo nada que hacer contigo. Ahora, si eso es todo lo que tenías que decir, lárgate.
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(No me importa si son nobles o campesinos. Cualquier persona a la que se le diga eso va a pensar que la conversación ha terminado).
Sabía que era arriesgado decirlo...
(Algunas cosas es mejor no decirlas. Incluso si quiero decirle que puede llegar a ser desagradable).
Chevalier- Crees que soy desagradable, ¿no?
MC- ¡¿Qué?! ¿Cómo diablos has...?
Chevalier- Está escrito en tu cara.
(¿Realmente soy tan fácil de leer?)
Chevalier- Insultar a la realeza debe significar que te has vuelto estúpidamente valiente.
MC- ¡No trataba de insultarte! Sólo estaba siendo sincera con mis pensamientos, eso es todo.
(¡Uf, creo que estoy cavando este agujero cada vez más profundo...!)
¿Qué iba a hacer si perdía los nervios en este momento? Justo cuando estaba palideciendo ante ese pensamiento, un dedo me pinchó en la frente.
MC- ¡Ay!
Chevalier- Si quieres redimirte después de esto, te sugiero que me des una mejor explicación, simplona.
(¡Oh! Ahí está esa mirada en su rostro de nuevo).
Chevalier parecía estar disfrutando un poco... Mientras le miraba fijamente para grabar aquello en mi memoria, la orquesta que había estado en espera en un rincón del salón de baile comenzó a tocar.
(Sé lo que significa eso...)
MC- Es la hora del baile, ¿no?
Chevalier- Si miras a tu alrededor, tendrás la respuesta.
Hombres y mujeres fueron formando parejas uno tras otro, y comenzaron a moverse al compás de la elegante música. Vestidos de todos los colores y estilos se agitaban mientras las damas giraban, transformando rápidamente el salón de baile en un reluciente jardín de flores.
(He leído sobre este tipo de cosas en los libros, pero ni siquiera las descripciones más detalladas podrían prepararme para lo maravilloso que era...)
Chevalier- Una mujer a la que no le sacan a bailar es una flor perdida. Espero que haya un hombre por ahí que te considere digna de su tiempo.
(¿Qué?)
Con una carcajada despectiva, Chevalier me sobresaltó, mientras yo contemplaba la escena onírica, para luego darme la espalda.
MC- ¿Adónde vas?
Chevalier- No me interesan las interacciones sociales inútiles e improductivas como los bailes. Además, dudo que alguien te invite a bailar si estoy a tu lado.
MC- Oh...
Cuando miré a mi alrededor, los nobles que nos habían estado observando con curiosidad desviaron rápidamente la mirada. La razón era obvia.
(¡No tienen que estar tan abiertamente asustados!)
Me trataban de forma completamente diferente sólo porque Chevalier estaba conmigo.
Chevalier- Asegúrate de no ponerte al lado de la persona equivocada.
Con un aire de indiferencia, Chevalier se dirigió a la salida. Tan pronto como se perdió de vista, la tensión en el aire se disipó, y la ola de frío en las inmediaciones disminuyó como una ola.
(...Me preocupa.)
Incluso las expresiones de los nobles que conversaban se relajaron, y sentí una sensación de escozor en lo más profundo de mi pecho.
(Chevalier siempre me habla con tanta dureza, y ni siquiera somos tan amigos... No tengo ninguna razón para preocuparme por cómo lo mira la gente que lo rodea, y sin embargo...)