Chica Lobo

10.

Respira Valentina, respira.

¡¿Cómo diablos me voy a calmar?!

Intentaba racionalizar conmigo misma encerrada en el cuarto de baño, que por cierto era una maravilla de baño. Era un estilo elegante y entonado con la naturaleza, con el suelo de mármol y la pared de la ducha de piedras de río.

¡No te distraigas con la decoración! Lo primero es lo primero, ¿qué narices era ese olor?

Tenía los nervios a flor de piel y me costaba tanto normalizar la respiración. Aquel olor seguía perforando mi cerebro y mi cuerpo se calentaba más. Me refresqué un par de veces pero nada, era como si tuviera fiebre.

Se escuchaba el jaleo de la fiesta a través de la puerta. Tuve suerte en que no hubiera nadie dentro y que estuviera limpio antes de que alguien decidiera vomitar como una fuente.

¡¿Y ahora qué?! ¿Salgo o me quedo a vivir al lado del váter? También podía salir y descubrir de donde provenía ese olor, pero era una cobarde. Prefería quedarme con el misterio que averiguarlo y morir de forma literal.

¡¿Y los demás?! ¡Claro el móvil! Tendría que avisarles. Le mandaría un mensaje a Dory de que me encontraba mal y que me iba a casa. Andando se tardaba una hora, pero con mi rapidez estaría en la casa en quince minutos...pero Dory se preocuparía de que fuera sola... ¿Qué hago?

Mis manos temblaban mientras escribía. Tuve que corregir algunos errores por culpa del tembleque de los dedos. Cuando ya tenía el mensaje casi listo, me sobresalté al escuchar los porrazos en la puerta.

-¡El que esté ahí, sal ya que necesitamos el baño! -y el chico siguió aporreando la puerta.

-¡Qué ya voy!... joder -miré el teléfono y ya había enviado el mensaje- Mierda.

Ya no tenía alternativa, y el imbécil tras la puerta volvió a la rutina.

-¡Aunque sigas golpeando no me voy a dar más prisa!

Me miré en el espejo. Todo estaba en su sitio, incluso el pintalabios rojo no había perdido su tono después de los tres cubatas. Respiré profundamente y abrí la puerta.

-¡Ya era hora! -dijo el gilipollas y entró, cerrando de un portazo la puerta.

-Imbécil... -susurré para que no me oyera. Gracias a la Diosa que era humano.

Miré a la gran multitud, ¿y ahora cómo salgo de aquí? Tenía que meterme entre las personas hacia la salida... ¿Y dónde estaba la salida?

Y otra vez, el olor volvió.

No esperé un segundo más. Me fui hacia el lado contrario de donde lo olía, atravesando todos los cuerpos a mi paso. Apretaba los tacones contra mi pecho y me mantenía encogida para no recibir tantos golpes.

Se está acercando. Deprisa, deprisa.

Logré llegar hacia la hoguera. De repente, alguien me agarró y pegué un brinco con el corazón encogido.

-¡Val, ¿qué pasa?! -me preguntó Dory preocupada.

-Nad...nada. Que deberíamos irnos ya.

-¿Por qué?

-Ya son las 03:30... deberíamos estar antes de las cuatro...como dijo Donna.

-¡Lo dijo de broma Val! ¿No pillaste el sarcasmo?

-Ya...pero...

-¿Qué te pasa? -Se acercó para tocarme y retiró la mano de inmediato- ¡Estás ardiendo!

-No me encuentro muy bien...

-Vale... quédate aquí. Le pediré a Jackson que nos lleve a casa.

-Te he enviado un mensaje...que ya me llevará alguien.

-¡No pienso dejarte que te vayas con un desconocido! Voy a buscarle y se lo pediré amablemente... quédate aquí - me guió y me sentó en un tronco frente a las llamas- Volveré enseguida.

Volví a quedarme sola (aparte de estar rodeada de borrachos danzarines), pero sabía que Dory no se entretendría y volvería lo más rápido posible.

Tenía que tranquilizarme. Estaba tan alterada que dos chicas me preguntaron si estaba bien, y eso que con el pedo que tenían eran las que peor cara tenían.

Pasaron los minutos y Dory no aparecía. Cada vez me impacientaba más.

Y como las malas pesadillas, el olor volvió. Lo olía de lejos, pero sabía que me había encontrado.

Me levanté y huí de la hoguera. Buscaría a Dory si era preciso.

Me choqué con alguien, y no me caí de puro milagro al suelo ya que me agarró por a cintura.

-¿Estás bien?

Levanté la cabeza y observé a Tom con aturdimiento.

-¿Tom?... No me siento... bien...

-¡Valentina!

Nos giramos y vimos a Jackson llamándome y a Dory tras él.

-¿Qué ha pasado? -le preguntó a Tom.

-No lo sé. Caminaba desorientada... se ha chocado conmigo y ya.

-Bien. Ayúdame a llevarla al coche -pidió Jackson. Los dos me agarraron por los brazos y me ayudaron a caminar hacia los coches estacionados.

Se acerca, ¡Se acerca!

-¡Está temblando más! -informó Dory al verme.

-¿La habrán drogado? -preguntó nervioso Tom.



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En el texto hay: hombreslobo, romance, mates

Editado: 11.10.2018

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