Chica Lobo

11.

Las clases terminaron y los alumnos nos íbamos yendo con tranquilidad. La conversación principal era sobre la fiesta de Roddick, más concretamente sobre el trapicheo de drogas. Supe después que aquellos chicos que las vendían y las puso en los vasos de esas chicas fueron detenidos y encerrados en el calabozo de la Policía hasta que se dictara la sentencia.

Tom no volvió a decirme nada. Se mantenía algo alejado de mí, dándome mi espacio. Me alegro que se preocupara y que me ayudara aquella noche, pero ante él me sentía como una sospechosa que ocultaba algo, lo cual es cierto.

Pero me daba igual. Ahora estaba bastante preocupada de lo que había visto en clase.

¿Qué narices era eso? Bueno, sabía lo que era sí, pero jamás había visto algo parecido. Bueno sí, en las películas de vampiros ¡Ahhhh! ¡¿Por qué no podía expresarme mejor?!

Lo normal era ser un lobo normal, de esos que si te ven te vean como un animal corriente, no como un mutante peludo. Aquel aroma, ese hombre lobo... No entendía nada de lo que pasaba.

-¿Estás bien? -me preguntó Rose preocupada. No me había dado cuenta que me estaba agarrando la cabeza como si fuera una desquiciada.

-Sí, es solo que la clase de hoy me ha dado un fuerte dolor de cabeza.

-Esa mujer es insoportable explicando las cosas. Es como si las leyera sin emoción -puntualizó Rose y me agarró por el brazo- Pero ya sólo quedan dos clases, así que aguanta nena.

Reí falsamente.

En las siguientes clases tampoco atendí a la lección. Estaba distraída haciendo apuntes sobre aquel hombre lobo, y en un momento dado me puse a dibujarle.

Sabía dibujar a la perfección (bueno en eso exagerada). Era algo en lo que podía destacar. Me gustaban los paisajes, las caras y los animales, cosas realistas. Incluso llegué hacer un retrato de Dory por sus diecisiete como regalo de cumpleaños. Sus padres le encantaron tanto que lo tienen colgado en su salón.

Plasmaba en el papel lo que se reflejaba en mi cabeza. Los amarillentos ojos, el largo hocico, sus garras... me salía tal y como lo había visto. Estaba tan absorta que me asusté cuando la clase terminó y mi dibujo estaba a medio hacer. Lo guardé en mi cuaderno y recogí mis cosas.

-¡No es justo! -se quejó Rose en el pasillo- ¿Cómo es que tenemos examen la semana que viene?

-Espera, ¿qué?

-¿No has escuchado a la profesora? -intervino Tom de improvisto.

-La verdad es que estaba distraída.

-Pues van a ser de los dos primeros temas que ni siquiera ha terminado de dar -dijo Rose enfadada- Sólo llevamos una semana de clase y ya tengo que empezar a estudiar. Y cuenta como un 20% de la nota final.

-Ya me dijeron que esa mujer era la prima del demonio -dijo Tom.

-¿La prima? -pregunté burlona. Jamás había escuchado una expresión así.

-Lo de hija del demonio está ocupado por una de Literatura Clásica.

-Uhh, no quiero ni conocerla.

Por extraño que pareciese, los tres reímos mientras caminábamos a la salida, donde los demás nos esperaban.

-¿Y Adel y Wallace? -preguntó Tom.

-Les queda una clase de más. Saldrán a las 15:00 -informó Scarlett.

-Pues no pienso esperarlos. Hay un examen por el cual tengo que estudiar.

-¿Examen?

-Así es. Y yo también me iré a casa a estudiar -dijo Rose.

-Pues hoy no quedamos -dijo Jackson arraigado- Yo tengo que hacer un trabajo de investigación para el viernes.

-¡Pues cada uno a su casa! ¡Nos vemos mañana! -dijo Scarlett yéndose al aparcamiento.

-¡Hey, llévame, que vivimos cerca! -gritó Rose persiguiéndola.

-¿Vamos en autobús? -pregunté a Dory.

-¡Claro!

-Ojalá hubiera traído mi coche y os llevaba -se disculpó Jackson con nosotras.

-¡Ey, prometiste llevarme a casa con la moto! Ya puedes estar con Dory en otro momento -dijo Tom echándose encima de él, escondiendo la cara de avergonzado del bombonazo.

-¡Vale vale, suelta ya! -se zafó de su agarre- Nos vemos mañana.

-¡Adiós!

Nos dimos la vuelta y caminamos hacia la parada del bus, un caminito que duraría cinco minutos.

-¡Bueno! ¿Algún progreso con tu Adonis de chocolate?

-Me ha propuesto salir los dos solos... -dijo sonrojada.

-¡Qué bien! ¡Espera! ¿Le has dicho que sí?

-¡Pues claro, idiota! -y me golpea en el hombro.

-Ya lo sé. Me alegro mucho.

-¿Qué tal con Rose y Tom?

-Bien, nos llevamos bien.

-Me ha sorprendido ver a Tom tan hablador.

-Sí... es raro -me mordí el labio pensativa- Pero no le conocemos. A lo mejor ya no estaba con su menstruación.

-¡Idiota! -vuelve a golpear mi hombro. Finjo que me quejo.

-¡Algún día me lo vas a dislocar!

-¡Si estás hecha de acero! ¡Oye! ¿No te vas a apuntar a atletismo?

0 no, el tema de los clubs.

-Estoy pensando en no apuntarme a nada.

-¡Pero si eres muy buena corredora! ¿No te acuerdas que batiste un récord en el instituto?



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En el texto hay: hombreslobo, romance, mates

Editado: 11.10.2018

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