Chica Rara

Prólogo

No sé por qué, o el cómo me metí en esto, pero ¡Aquí estoy! Sentada a un lado de la Oficina del director, Harold Smith. Un hombre que a simple vista parece alguien amigable y que es amigo de todos, pero eso no es así, en realidad él es un hombre codicioso, racista y homofóbico que lo único que le importa es que; por una parte su Instituto sea el mejor en Chervallery, y que se llené su billetera hasta explotar.

Eso no es para nada agradable, ¿cierto? Bueno, hace unas horitas atrás me enfrente a una de las porristas que, según ella, le estaba viendo el culo a SU hombre. Lo primero que pensé en esa situación fue "Diablos, que posesiva es esta perra" Si, y aunque no lo crean, yo no le vi el trasero a el idiota de Sander, así se llamaba el chico, yo sólo le miraba las grandes nalgas que tenía. Ósea, si hubiera un concurso donde le midieran las nalgas a Sander y a las de su novia, ese chico sería el maldito ganador y no bromeó. Eso es mirarle el maldito culo de puta, callate subconsciente. — Ana, vámonos a casa ahora mismo. – fue lo primero que escuche de mi "madre" Que salió echando humos por las orejas.

– Usted manda jefa. – hago una pose de militar cuando ella paso al frente mío. Así que la seguí, sinceramente yo ya sabía que este lugar no soportaría a una chica tan buena como yo. Ósea, soy una bebé linda, carismática, cariñosa; y por supuesto obediente, aunque cuando se meten conmigo les pateó el trasero hasta que les duela. Pero como dije, soy una buena niña.

 

 

 

[•••]
 


 

Había pasado unos minutos desde que estaba encerrada en el auto esperando a que mi madre, si es que se le puede decir así a alguien como ella, terminara de comprar sus cigarrillos. Sinceramente a mi madre no le interesa que es lo que haga bien o que haga mal, ella no me crio y créanme que, si ella lo hubiera hecho, sería el gran ejemplo en el Salón, pero seamos realistas. A mi madre le interesa un bledo lo que haga, a ella solo le interesa su dinero y sus "medicamentos"; y ni hablar de mi papá, nunca lo veo y si lo veo, sólo durará unos 15 segundo no creo que más. Nunca fui criada con cariño y créanme, no necesito cariño en un mundo de mierda como este. 
 


– ¡Me tienes harta! – me grita una vez que estamos dentro del departamento donde mamá trabaja. –¿Acaso no puedes ser normal? ¡¿No puedes darme un día sin que me llamen en medio del trabajo diciéndome que mi estúpida hija golpeo a una perra?! – respiro profundo y suelto todo el aire, aquí vamos otra vez, adelante ma' desahógate con tu hijita. – eres una perra inútil. – un golpe, seguido de otro y otro, oh mami, no sabes cuánto te quiero. – lo único para que te tengo aquí es porque tu padre me da dinero, agradece a Dios que no estás en la calle comiendo basura. – créeme, quiero estar en la calle comiendo lo que haya en los contenedores. – este es el último Instituto que te inscribo, si te expulsan. Despidete de este lugar y tus pocos lujos, porque te me vas de la casa.

– Espera... ¿Qué? ¿A qué te refieres?

– lo que oíste, así que más te vale hacer una excepción, mocosa. – eso no me la esperaba, sinceramente no. Pero bueno, que se le hará. Ponte las pilas maldita perra, si no acabarás gorda y fea como tu madre. Uff gracias conciencia, me animaste de lo mejor.

Continuará... 



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En el texto hay: humor, novela juvenil, romance adolesente

Editado: 24.10.2019

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