Demoramos en total cuarenta minutos en el supermercado, no sabíamos bien que cocinar y al final decidimos hacer carne asada.
Para cuando llegamos al departamento ya eran las doce y media así que nos pusimos a cocinar, aparte iba hacer brownies como postre.
—Vas a hacerlos con mantequilla de maní…¿verdad? —miré a Will y este sostenía el bote de la mantequilla entre sus manos— los favoritos de Jay.
—Si…¿qué tiene? —tome los ingredientes y los puse a un lado para empezar con la carne.
—¿Por qué nunca me haces brownies especiales? —podía sentir su mirada fija sobre mi acusante y de reproche, estaba celoso.
—¿Cómo que nunca?, para tu cumpleaños siempre te preparo los postres que te gustan.
—Lo sé, solo bromeaba —sonrió de forma inocente y tomó los vegetales.
—Muy gracioso, ¿te desayunaste un payaso hoy?
—Tal vez.
Negué con la cabeza y seguí preparando la carne mientras que él lavaba y cortaba los vegetales, cada que tiene la oportunidad hace una escena de “celos”, Jay y Will siempre han peleado por saber quién de los dos es mi favorito; no tengo uno, ambos son únicos y los quiero por igual...tal vez a uno más que al otro.
Estuvimos cocinando, hablando y cantando ya que habíamos puesto música para acompañarnos cuando los temas de conversación se terminaron, cuando todo ya estaba listo vi la hora y faltaba poco para las dos de la tarde cuando el timbre interrumpió nuestra batalla de rap, si a lo que hacíamos le podemos llamar así.
—¡Voy! —grité y corrí a la puerta.
—Gracias por dejarme sordo.
Reí ante el comentario de Will y abrí la puerta, en el umbral se encontraba un castaño con los ojos azul claro que se tornaban verdes según la luz o el color de su ropa, alto y ejercitado con apariencia de modelo, tal vez exagero pero Jay es un tipo muy guapo al igual que Will, nadie pensaría que son un doctor y un detective respectivamente.
—Una foto dura más sabes —la voz un tanto gruesa de Jay me sacó del trance en el que estaba mientras observaba cada detalle de él.
—Lo siento, pero no te veo muy seguido por el trabajo —aparté la mirada avergonzada y me hice a un lado para que pudiera entrar.
—Trataré de venir más seguido —beso mi mejilla antes de entrar provocando un leve sonrojo en mis mejillas.
—Eso me gustaría —cerré la puerta y regresé a la cocina con él a mi lado.
—Entonces verás este rostro más seguido y no tendrás que estar estudiando mis facciones cada vez que me ves —sonrió y se acercó a Will— hola hermano.
—Acabas de llegar y ya estás molestando —se dieron un pequeño abrazo como saludo— no extraño eso.
—Yo también te quiero —él le lanzó una mirada burlona mientras que su hermano rodó los ojos.
—Ya. No quiero peleas, sabemos como terminará todo —les reproché y ambos levantaron las manos en forma de rendición.
—Bien, nada de peleas —sentenció Will para luego empezar a poner la mesa.
Entre los dos acomodaron todo mientras yo llevaba la comida, por más que ambos suelen discutir, llegaban hacer un gran equipo si la situación lo amerita sobre todo en el trabajo. Eran increíbles, sufrieron durante su vida pero siempre estuvieron para el otro y no dejaron de apoyarse entre sí.
—¿Estás escribiendo un libro de nosotros en tu mente? —habló el ojiazul una vez estuvimos sentados.
—No dejas de observarnos sin decir ni una palabra —continuó el pelirrojo que se encontraba frente a mí con una mirada expectante.
—No...pero podría —los mire con una expresión pensante y ambos se miraron.
—Si es así, debes poner que soy el más guapo de ambos —Jay fue el primero en hablar luego de unos segundos de debate mental.
—Obviamente que pondré que Will es el más guapo —hable lo más sería posible y pude ver como su expresión cambiaba.
—Que mala eres —se hizo el ofendido y empecé a reír.
—Bajale a tu ego —lo regaño su hermano mientras se servía lo que iba a comer.
—Está bien, pero enserio —tomó la ensalada y puso una gran cucharada en su plato— ¿si vas a escribir un libro de nosotros? —preguntó el mayor de los hermanos antes de comer su primer bocado.
—No lo sé, tal vez podría incluirlos como personajes de uno —me serví la comida.
—Eso sería genial —habló el menor quien ya se encontraba comiendo.
—Si, acción y drama con peleas —comentó Jay mientras hacía movimientos extraños con las manos.
—Emma no suele escribir esos géneros.
—Pero podría intentar, sería difícil más no imposible —miré a Will y este sonrió.
—Todo lo que escribes es genial, leo tus historias desde que empezaste a los quince años a escribir —observe al castaño que se encontraba a mi izquierda y ambos sonreímos ante lo comentado.
Jay es dos años mayor mientras que Will me lleva un año de diferencia, ambos se sorprendieron cuando les enseñé mis escritos por primera vez, recuerdo que nunca antes había enseñado lo que escribía a otras personas. Desde el principio me apoyaron, estuvieron junto a mi y les estoy agradecida ya que sin ellos tal vez no me hubiera atrevido a ser escritora.
Editado: 06.10.2021