Luego de la locura de Jay, vi el vídeo que había grabado, fue muy tierno de su parte revivir ese momento que tuvimos. Tomé mi móvil y revisé todos los mensajes que habían llegado luego de enviar el vídeo.
Mensajes
Anny: JAJAJA
Marina: para eso quería el megáfono, ¿por qué no compró una bocina?
Me: ya saben cómo es Jay
Anny: es imbécil
Will: se cayó de pequeño
Jay: ¡Hey! Eso no es verdad
Marina: yo creo que si
Anny: la serenata más rara que he visto
Me: fue gracioso
Jay: dejen de burlarse, puedo leerlo todo lo que escriben.
Will: sabes que a Anny no le interesa.
Anny: Exactamente
Me: ya, debemos dormir
Marina: descansen, nos vemos
Will: adiós
Anny: bye
Jay es el principal objetivo de Anny en cuanto a molestar se refiere y viceversa, no saben cuando parar.
El domingo paso sin prisa ni pena, arreglé toda mi habitación ya que me había cansado de verla igual así que moví todo lo que pude de su lugar para darle un aire fresco y cambiar un poco.Pasé mi día viendo películas y algunos capítulos de una serie en Netflix, fue un día un tanto aburrido pero productivo o eso creo.
Al llegar la noche el timbre sonó haciéndome saber que mi mejor amiga había llegado para nuestra noche de chicas, me gustaria que Marina también viniera pero es seguro que debe estar con sus padres o con Pat.Al abrir la puerta esperaba ver la melena de rizos de Anny, en cambio vi además a una castaña sonriente junto a mi gran amiga, fue como si me leyeran la mente ya que ambas traían sus mochilas junto a varias bolsas con comida.
—¡Sorpresa!
Chillo Marina, solté un pequeño grito y abracé a las dos, estaba muy feliz de verlas.
—Me leíste la mente —dije una vez nos separamos del abrazo— estaba pensando en cuánto me gustaría que Marina nos acompañará.
—Sabía que sería divertido si estuviéramos las tres.
Me hice a un lado y ambas entraron, tome sus pequeñas maletas y las lleve a mi habitación mientras que ellas se encargaban de la comida, al entrar a la cocina sentí el aroma de las hamburguesas que habían comprado, y pude ver muchas frituras y dulces los cuales acomodaban en tazones.
—Si que compraron muchas cosas —tome una papa y me la comí.
—Aún faltan las palomitas —agregó la castaña quien sacaba las botellas de gaseosa y cervezas.
Ambas sabían que no me gustaba la cerveza así que saqué una botella de vino tinto y algunas copas, desde que empecé a tomar alcohol me desagrado el sabor de la mayoría de cervezas con excepción de algunas artesanales.
—Me sorprende que Jon y Patrick las dejaran venir con facilidad —las mire y ambas rieron.
—Jon me lo puso difícil, quería pasar el día de descanso conmigo pero logré convencerlo de que vaya con su hermana —habló la morocha quien tomó una de las copas luego de que sirviera un poco de vino en cada una.
—Patrick trabaja mañana junto a Jay y Kevin, yo pedí mi descanso para mañana cuando Anny me dijo que vendría y sugirió que yo también debería venir —ella me observó atenta cuando nombró al ojiazul.
—Hablando de Jay, ¿cómo pasó lo de ayer? —preguntó la morena con mucho interés y ambas me miraron curiosas.
—Al parecer recordó cuando hizo lo mismo en la adolescencia, en ese entonces yo la estaba pasando muy mal. En la escuela me habían humillado más lo que no sabe él es que mis padres estaban peleando mucho y tenía miedo por mi madre —fije la mirada en la copa que sostenía entre mis manos.
Quiero mucho a mi padre pero por su culpa mi madre se suicidó, ellas y Will sabían la verdad acerca de su muerte, para el resto del mundo y su familia ella había muerto en un accidente. No hay día que mi padre recuerde ese trágico momento y se lamente.
—Jay y Will siempre te han protegido como su hermana pequeña, Will más que todos y se sabe que a Jay no le agrada del todo —habló Marina luego de un largo silencio.
—Es cierto, muchas veces me comentó que sospechaba un posible enamoramiento de parte de Will, hasta que esté empezó a salir con April —mire a mi amiga luego de procesar esa información.
—Will nunca me vio con otros ojos, desde que nos conocemos lo tengo muy claro —las mire confundida.
—Pero Jay no sabe lo que Will si —la castaña me lanzó una mirada de regaño y tenía razón.
Jay carecía de conocimiento sobre lo que había sufrido en la adolescencia y a veces me sentía muy mal ocultando eso, pero no quería que tuviera miedo de que terminará igual que mi madre.
Editado: 06.10.2021