Chicago

Capítulo 10

Un dolor en la espalda y un golpe en la cara me despertaron, al abrir los ojos vi a Anny desparramada en la cama ocupando bastante espacio, detrás de ella estaba Marina durmiendo tranquilamente. Mi cama era grande y entrábamos las tres sin problema salvo por el hecho de que Anny se mueve mucho mientras duerme, razón por la que siempre duerme en la habitación de invitados pero terminamos tan cansadas que las tres nos quedamos en mi habitación.

Me estiré un poco antes de levantarme, me dolía la cara y debía hacer pagar a Anny por eso, fui al baño y me dispuse a hacer mis necesidades. Tenía planeado hacer hot cakes para el desayuno, los acompañaría con Nutella y frutos rojos.Me vestí y fui a la cocina para empezar a cocinar, a los minutos una muy despeinada morena entró a la cocina frotándose los ojos mientras bostezaba. 

—Pensé que dormirías dos horas más —ella me miró con los ojos entrecerrados por la acusación mientras yo reía ante el gesto.

—Debería ofenderme por eso, pero es verdad tenía pensado dormir más.

—¿Y qué te detuvo?

—El aroma de café recién hecho llegó a mis fosas nasales y mi cuerpo se movió solo.

Ambas reímos por la tontería, ella se sentó en una de las sillas que había en la isla luego de servirse una taza de café, continúe haciendo la mezcla para los hot cakes mientras que la morena me contaba lo que había ocurrido en estos días.

—Así que… ¿Cuándo piensas decirle a Jay que lo amas? —soltó de repente mi amiga haciendo que casi se me cayeran los hot cakes que ya había cocinado, me tomó desprevenida la pregunta y la mire un poco fastidiada.

—No amo a Jay… —mi tono de voz no sonó tan convincente como lo esperaba.

No sabía el por que de la duda, desde que lo conocí le he tenido un cariño muy especial por todo lo que ha echo por mí, no niego que me parece atractivo más no podía afirmar que no me haya gustado alguna vez o haya tenido un crush con él. Siempre admití que soy celosa con mis amigos, más con él pero no le tomaba importancia, cada vez que lo veía con alguien algo me molestaba pero me alegraba verlo feliz. Había un secreto que nadie sabía y era que Jay me dio mi primer beso, fue un acto reflejo en medio de una pelea, nunca aclaró la razón de esa acción y lo mantuvimos entre nosotros.

—Sabes que no es verdad, lo amas locamente y no quieres admitirlo —la voz de mi mejor amiga me trajo a la realidad y seguí con el desayuno.

—Jay es uno de mis mejores amigos, soy como su hermana menor y punto —trate de mantenerme firme mientras hablaba pero mi voz en ciertas partes no cooperaba, últimamente pensaba mucho en mis sentimientos.

—Claro, sigue engañándote a ti misma pero a los demás no nos engañas.

No conteste y me concentré en terminar de cocinar, no podía argumentar nada al respecto y era un poco frustrante. A los diez minutos Marina se despertó y llegó a la cocina, el ambiente tenso se disipó cuando ella entró y desayunamos entre risas, en mi mente aún daba vueltas la conversación pero no quería darle importancia...aún no.



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En el texto hay: amor, chicago, chicagopd

Editado: 06.10.2021

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